1

1

sábado, 25 de febrero de 2023

Bienvenida










Queridos internautas y amantes de la música BIENVENIDOS a...



A lo largo de las entradas que voy presentando , se desarrollan contenidos acerca de los diferentes periodos, estilos y estéticas de un arte que como eco de un mundo invisible, entra por el oído y conquista directamente nuestros corazones





Mi agradecimiento a todos los que desde cualquier tiempo, lugar y forma, contribuyeron y contribuyen a que no pare la música. 


Desde aquí os deseo feliz lectura y audición

histoclasica@gmail.com

Sergei Rachmaninov - Segunda parte - Periodo de madurez y tardío

Segundo periodo, intermedio o de madurez 
1900-1917

Sumido aún en su depresión, a finales de febrero de 1899, Rachmaninov intentaba componer y completó dos piezas cortas para piano, le Morceau de Fantaisie in G menor y la Fughetta en fa mayor así como los romances "Did You Hiccough, Natasha. Dos meses después viajó a Londres por primera vez para actuar y dirigir, obteniendo críticas muy positivas.



Entre enero y abril de 1900, Rachmaninov se sometió a sesiones diarias de hipnoterapia y terapia de apoyo con el doctor Dahl, con el fin de mejorar sus patrones de sueño, estado de ánimo y apetito y reavivar su deseo de componer. Ese verano, Rachmaninov sintió que nuevas ideas musicales comenzaron a agitarse y reanudó con éxito la composición entre 1900-01: La Suite para dos pianos nº 2, la primera gran obra del periodo, su Segundo Concierto para piano y la Sonata para cello y piano.
La creación del Segundo Concierto para piano marcó no solo la salida de Rachmaninov de la crisis, sino al mismo tiempo, la entrada en el período de madurez de su creatividad. La década y media siguiente se convirtió en la más fructífera de su producción. Aparecieron las obras más bellas y exitosas. El piano como un instrumento y los géneros que lo involucran dominan las composiciones completadas en este período intermedio de su carrera: 

Preludios, Estudes-Tableaux, dos Sonatas, el Tercer concierto para piano. Se crearon las obras sinfónicas más grandes de estos años: la Segunda Sinfonía y el poema sinfónico, la Isla de los Muertos. De este periodo son sus maravillosas obras corales a capella,"All-night vigil y sinfónicas “the Bells”, así como las óperas, El caballero avaro y Francesca da Rimini, y prosiguió con sus ciclos de Romances para voz y piano.
Rachmaninoff no volvió a ser acusado del mal uso de la disonancia o de cualquier exceso de libertades armónicas, si bien las tuvo. Comenzó a inclinarse hacia armonías suntuosas y melodías ampliamente líricas, a menudo apasionadas.
Es el Periodo donde se forman y desarrollan las características peculiares de la música de Rachmaninov asociadas a tres fuentes principales de inspiración : El canto litúrgico de la Iglesia ortodoxa o Znamenny, La evocación del sonido de las campanas de la Iglesias y el uso de las melodías populares campesinas y urbanas.

La suite nº 2 para dos pianos Op 17 (1901)

El trabajo es de virtuosismo y de sonido sinfónico, es asertivo, audaz y confiado desde el principio. La Introducción, robusta marcha de apertura precede a un brillante vals. Aquí y a lo largo de la Suite, Rachmaninov integra las partes para los dos pianos de manera que apenas se pueden distinguir. La segunda parte del vals, es una de las grandes melodías del compositor, romántica y madura que resuena en acordes y recuerda muchas melodías de este periodo, al igual que la melodía del tercer movimiento (Romance). El Romance es introspectivo, pero de apasionado clímax. La obra se cierra con una Tarantela donde de nuevo, encontramos al compositor en su mejor momento, elaborando un final que exige un virtuosismo asombroso de ambos intérpretes. 
Rachmaninov había retornado a la creatividad. En Los Ángeles, a principios de la década de 1940, justo antes de la muerte de Rachmaninov, él y Vladimir Horowitz estaban en una fiesta y tocaron juntos la pieza, la primera y única vez que lo hicieron. 
A cuatro manos o para dos pianos solo hay una obra en este periodo y es la famosa Polka Italiana de 1906, recuerdo de unas vacaciones de Rachmaninov en Italia. De ritmos alegres y juguetones con un cierto aire bufonesco. Una cautivadora obra de virtuosismo de salón que evoca al Liszt más ligero y folclórico con toque italiano.

Suite For two pianos Op 17 (Argerich & Rabinovicht ) *** Comienza en Minuto 23:04 del video



Me gusta mucho esta Polka a cuatro manos pero sin ninguna duda yo me quedo con este arreglo impresionante de Vyacheslav Gryaznov. Además el video incluye su arreglo del bello Romance "The Night is sad"


Concierto para piano nº 2 Op 18 (1900-1901)

Rachmaninov pasó gran parte del verano de 1900 con el famoso cantante Chaliapin en Milán y escribió sus ideas para un nuevo Concierto. A su regreso a Rusia, escribió el segundo y tercer movimiento antes que el primero. Fueron interpretados en una especie de pre estreno el 2 de diciembre 1900 en el Salón de la Nobleza de Moscú, bajo la dirección de Ziloti. 
La recepción fue tan espléndida que animó al compositor a completarlo. El concierto fue estrenado el 27 de octubre de 1901 con el autor al piano, bajo la dirección de Alexander Ziloti. El éxito fue rotundo. Continúa siendo la obra más popular de su autor y una de los conciertos para piano más interpretados.

Generalidades.
Esta genial partitura está compuesta en el estilo romántico, a comienzos de siglo cuando ya para muchos aunque no para todos, había sonado la campana que ponía fin al periodo romántico. Sin duda que Rachmaninov como otros compositores fueron totalmente indiferentes a este tipo de campanas, periodos o estilos. Sencillamente Rachmaninov en este concierto, con toda la perspectiva del prodigioso siglo XIX, fue capaz de leer y de asimilar su pasado, y tomar de él tantas referencias como quiso de los compositores y de los estilos pianísticos más destacados. Sobre ese crisol construye su concierto nº 2 y establece su propio estilo, basado en el virtuosismo y en melodías amplias y nobles.
Se ha dicho que el sonido orquestal podría entrar en el arquetipo cinematográfico, mucho antes de que se inventara la música de cine. Para parte del publico y del mundo de la música, esté arquetipo contribuyó a aumentar su popularidad desde los años treinta. Sin embargo en esto hay que ser tajante, ni en este concierto ni en ninguna otra de sus obras tuvo el compositor la más mínima intención de componer música de cine.
Lo que si es cierto es que Rachmaninov se opuso a un mundo musical que él entendía efímero, y buscó en general en este periodo de madurez, la embriaguez de los sentidos. Esta característica se aplica especialmente al Concierto para piano n.º 2 en do menor op. 18, el más famoso de todos. A pesar de su atmósfera de contención y melancolía, es una obra de alegría y gratitud, dedicada al doctor Nicolaï Dahl, quien liberó a Rachmaninov de su crisis creativa.

La obra es un monumento sin par a la suntuosidad de la nostalgia, basado en el fatalismo y el pesimismo inherentes al autor, pero también de alegría y esperanza.
Todo el concierto desde la primera hasta la última nota está impregnado de un apasionado color ruso más profundo y personal que el de sus obras de juventud. Detalles de lo ruso que se pueden contemplar nada más empezar el concierto con esa impresionante serie de acordes profundos del piano que evoca el sonido de las campanas que va creciendo. Una brillante alusión a los carillones de las iglesias ortodoxas rusas, recordatorio de la alegría y del dolor. La evocación del sonido de las campanas será una de las firmas del lenguaje armónico, nacional y colorista de Rachmaninov. 

Asimismo vemos la evocación del canto ortodoxo en el ya legendario tema, especie de coral, del segundo movimiento. Mucho antes de aprender estas cosas en los libros, hace ya muchos años que en una interpretación del concierto a la que yo asistí, una voz que venía de una butaca próxima a la mía, pronunciaba en voz baja: "es como una oración" 

A lo largo concierto se da un perfecto equilibrio entre forma y fondo. Aúna la solidez arquitectónica con riqueza melódica. Todas las modulaciones son suaves y graduales, sin repentinos cambios a distintas tonalidades. Rachmaninov pensaba que la misión de la música era dar expresión tonal a los sentimientos, y así, la languidez, el olvido y la belleza solemne se dan cita en la rica y cálida orquestación donde predominan cuerdas y maderas, permitiendo a los metales brillar sólo en los clímax.

El concierto ofrece un maravilloso desarrollo continuo con una estructura personalísima del autor, como una combinación de la clásica concepción en tres movimientos con el poema sinfónico y con la sinfonía, como destacaremos después.

La presencia del piano a lo largo del concierto es continua e infatigable sin romper por un momento el genial equilibrio con la orquesta: las figuraciones virtuosisticas del piano a veces están sobre la orquesta, a veces por debajo de ella o en plano de igualdad pero siempre en equilibrio. 
No es un concierto en el que la contienda entre el solista y la orquesta importe o debiera importar. No siempre los pianistas y los directores de orquesta lo consiguen, en gran parte debido a los bellísimos papeles que tienen tanto el piano como la orquesta. La tentación de romper el equilibrio por el lado del piano o de la orquesta puede ser irresistible. Al menos así lo quiso Rachmaninov según el mismo admite al señalar que su concierto “aspira a superar la ultima barrera entre la verdad y su expresión."

Los tres movimientos

I-Moderato (Do menor)

II-Adagio sostenuto - Più animato - Tempo I (Do menor > Mi mayor

III-Allegro scherzando (Mi mayor > Do menor > Do mayor)

La estructura del concierto se despliega como un todo sinfónico continuo y perfectamente proporcionado y desarrollado; esta vez no fue necesaria ninguna revisión posterior. La forma en que el solista y la orquesta se entrelazan es una maravilla constante, al igual que la orquestación.
Cualquiera que desconozca que el primer movimiento fue escrito en último lugar podría creer razonablemente que la famosa entrada del solo de piano fue la idea a partir de la cual se gestó toda la obra. La progresión de tonos oscuros con sus movimientos ascendentes cromáticos regulares y refuerzos en forma de campana en el bajo, reaparece de varias formas en puntos cruciales de la obra.

Las dos ideas principales del Primer Mov. ambas soberbiamente líricas, están separadas por una figuración brillante. La sección central, construida en gran parte sobre secuencias, logra dar la impresión de una frescura de invención aunque no hace otra cosa que adherirse estrictamente al material temático ya existente.
El memorable adagio sostenuto "es una oración". Rachmaninov combina una melodía noble y sentimental dentro del marco de la luz del mi mayor, que se vuelve más luminoso aún por contraste con el do menor inicial. Todo este adagio constituye un estudio de los conceptos románticos de densidad orquestal e intensidad expresiva en el que el autor demuestra de que modo ambos pueden aumentar y disminuir de forma paralela.
El último movimiento presenta unos compases de introducción, tras los cuales el solista hace una aparición frenética. Parte del material temático recuerda y se relaciona con los movimientos previos, dato en el que muchos estudiosos han querido ver eso que se denomina la “forma cíclica” (es decir, que hay temas o motivos de cada movimiento que aparecen en los demás). No obstante, el verdadero componente cíclico, lo que es inmutable de principio a fin del concierto, es la omnipresencia del piano, apenas desaparece de la escena en ningún momento y siempre está ahí, con luz propia o como sustrato para la orquesta. Un último tema melódico de elevada inspiración y cierto aroma a exotismo romántico sirve a Rachmaninov para elaborar el cierre de la obra.

La sinfonización del género.
Una de las aportaciones más importantes de Rachmaninov al género del concierto es el avance hacia la sinfonización del mismo. El Concierto núm. 2, op. 18 ilustra la salida de la forma tradicional del concierto, forma que todavía estaba presente en su Primer Concierto. La sinfonización del género ya está presente en el primer concierto para piano de Tchaikovsky y en los Conciertos de Brahms, especialmente en el segundo.
-Como indica Warren Darcy y James Hepokoski: "La historia y evolución del concierto en el siglo XVIII y más allá, que se desarrolla junto a la de la sinfonía, es la de sentirse el concierto atraído gradualmente por la música y la forma sinfónica. El concierto a lo largo del XVIII conserva importantes rasgos de su identidad pero alrededor de la cuarta década del siglo XIX sucumbe a los principios de la sinfonía."
Una manifestación concreta de esta sinfonización la vemos tanto en el Segundo como en el Tercer concierto, al dividirse los segundos movimientos en dos secciones muy contrastantes. En el Segundo Concierto que nos ocupa, se aprecia en el segundo movimiento cuando se introduce en el (Piu animato) una sección más rápida (una especie de Scherzo simbólico) que se convierte dentro del propio segundo movimiento, en una sección separada y completa, lo cual acerca el Concierto de Rachmaninov a una estructura sinfónica en cuatro partes.
-La idea de separar el segundo movimiento en dos secciones se relaciona estrechamente con el concierto de Tchaikovsky, el cual puede ser visto como un intento de acercarse a los cuatro movimientos de la estructura sinfónica (Steinberg)
Esta técnica también se puede ver en el segundo concierto de Brahms. (Horton) Pero Brahms divide claramente la obra en cuatro movimientos, siendo el vals el segundo (Allegro appassionato), mientras que en los Concierto para piano núms. 2 y 3 de Rachmaninov, la idea de “Scherzo” se integra en el segundos movimientos de los conciertos.
-Las similitudes de material temático del segundo y tercer movimiento con el del primer movimiento contribuyen a la idea de sinfonización.
-Rachmaninov no solo pretendía sinfonizar el concierto, sino también y sobre todo crear un fuerte equilibrio entre el solista y la orquesta. El equilibrio funcionó perfectamente en los Conciertos para piano núm. 2 y 4, y en menor medida en el Concierto 3 que se diferencia por un enfoque más centrado en el piano.

Si bien la influencia de Tchaikovsky se deja notar en el segundo concierto para piano , las nuevas características: como introducciones en modulación que se ven al comienzo de cada movimiento, los pasajes de enlace y de transición basados en el material principal y la unidad temática general, crean una especie de híbrido entre la forma del concierto para piano y la forma cíclica sinfónica y que se aparta de la forma de concierto tradicional. 
Rachmaninov se mantuvo fiel a esta idea de sinfonizar el género de los conciertos para piano hasta su última obra para piano y orquesta que es la Rapsodia sobre un tema de paganini.

Si bien comparte algunas características comunes con el primer concierto para piano de Tchaikovsky (especialmente en el segundo y tercer movimiento) y con su propio Primer Concierto, el Segundo concierto es más desarrollado y maduro que el Primero. El estilo musical del compositor se hace gradualmente más complejo. Incluye nuevas ideas tales: la forma de vincular, dando unidad a toda la estructura, mediante suaves transiciones basadas en motivos de los temas, y un realce de la representación armónica mediante alteraciones debidas al cromatismo intratonal.
Esa misma economía del material a través de los enlaces temáticos entre los movimientos del Concierto para piano No. 2, se puede apreciar también en la Sinfonía nº 1. El segundo ofrece un mayor y más importante papel a la orquesta en comparación con el primer concierto más centrado en el solista. Se trata pues de una modificación importante en la técnica compositiva de Rachmaninov que muestra el desarrollo de su visión musical desde sus años de estudiante.

Las múltiples voces secundarias de los temas principales son patentes no solo en la estructura del concierto para piano núm. 2 y 3 sino también en la Sonata para piano No. 2 y en los Études Tableaux.

Podemos concluir señalando que desde su Segundo Concierto para piano, Rachmaninov comenzó a romper con sus predecesores, al expandir tanto los límites de la forma romántica tradicional como del lenguaje armónico. El examen del desarrollo estilístico desde el segundo concierto hasta el complejo tercer concierto, así como la revisión de su primer concierto para piano al final de su periodo ruso (1917), permite definir a Rachmaninov como un compositor innovador dentro de la tradición del concierto romántico.

Concierto para Piano nº 2, op. 18 en do menor (Earl Wild & Horenstein Royal Philharmonic Orchestra)




Sonata para cello y piano en sol menor Op 19

La sonata fue terminado en noviembre de 1901, y estrenada por el propio compositor junto al violonchelista Anatoliy Brandukov (a quien está dedicada). La confianza que demuestra la escritura para violonchelo se debió a su colaboración durante gran parte de la década anterior con este violonchelista.
Como sabemos su catálogo de cámara es modesto, y finaliza en de 1901 con esta obra maestra.
Rachmaninov no pensó en la obra como una sonata para violonchelo, sino como una obra de colaboración para ambos instrumentos. Por eso el compositor llamó a esta obra Sonata "para violonchelo y piano", porque pensó que los dos instrumentos eran tratados por igual aunque el piano a veces tenga un papel más importante.
La sonata está en la línea lírica y expansiva del Segundo Concierto y de la Segunda Sinfonía y dentro del estilo generoso de su periodo intermedio. Está a la altura melódica y técnica de aquéllas, aunque en su momento fuera eclipsada por el deslumbrante concierto nº 2 .
Escrita, casi al mismo tiempo que su famoso Concierto para piano, esta sonata es impresionante por su expresividad y su sonoridad casi orquestal. Como ha señalado Steven Isserlis, "muchos de sus temas llevan la impronta estilística de los himnos ortodoxos, especialmente en el uso de intervalos cerrados, su repetición obsesiva de notas sueltas y sus sonoridades de campana."

La parte pianística de esta sonata es casi tan difícil y espectacular como cualquiera de sus preludios y conciertos. La mayoría de los temas son introducidos por el piano, antes de ser embellecidos y ampliados por el cello.
La sonata está llena del carácter típico de la era romántica Rusa. Pocos compositores antes de Rachmaninov podrían haber explorado tan profundamente la capacidad del cello para la ternura y la intensidad expresivas.
Por apremiante que sea la parte del piano, los instintos líricos del cello nunca quedan del todo desbordados y en algunos momentos el cello canta casi sin freno.

Como es típico de las sonatas románticas, tiene cuatro movimientos que incluyen un hermoso Allegro moderato, un Allegro scherzando de ritmo rápido, un Andante sentimental y, finalmente, un Allegro mosso triunfante.

A lo largo de la sonata Rachmaninov nos regala melodías inolvidables, en especial en el Andante, una de las más tiernas de la música romántica, tan llena de amor como el gran tema del adagio del Segundo Concierto para piano
La Sonata es aclamada como una de las sonatas para violonchelo más importantes del siglo XX. ( Ver versión Heinrich Schiff · Elisabeth Leonskaja)








******

Antes de continuar con la producción pianística y sinfónica que domina todo este periodo ruso de madurez de Rachmaninov, trataremos de los demás géneros musicales que también cultivó el compositor en estos años : las óperas, las canciones y la música coral.

Las Óperas

Un evento significativo en la historia de la música rusa fue la llegada de Rachmaninov en el otoño de 1904 al Teatro Bolshoi como director del repertorio ruso y al frente del cual estuvo entre 1904 y 1908.

Rachmaninov escribió tres óperas. Aleko 1892, obra de juventud como ya sabemos, Francesca da Rimini y The Miserly Night (El caballero avaro). En su producción el género operístico es el más desconocido.



Francesca da Rimini Op 25, fue escrita entre 1904-05. Inspirada en la historia de amor de Paolo y Francesca que aparece en el Infierno de la Divina Comedia de Dante, y con libreto de Modest Tchaikovsky, hermano menor del compositor.
Con un largo prólogo fuera de proporción con las dos escenas cortas y el epílogo que siguen, los grandes momentos de la ópera son puramente orquestales. Rachmaninov incluso la llamó una "ópera sinfónica" debido a sus largos interludios. Algunos momentos son maravillosamente atmosféricos y emocionalmente turbulentos al mejor estilo tchaikovskiano que la convierten en una ópera que vale la pena escuchar.



El Caballero Avaro Op 24 (1903-05) es una ópera basada en un icono de la literatura rusa como Aleksandr Pushkin. Una de sus Pequeñas tragedias (1830) sirve de libreto para expresar en música las consecuencias del pecado capital de la avaricia, reflejadas en una patológica relación paternofilial ambientada en la Europa medieval. Rachmaninov compone una partitura de atmósfera oscura y angustiosa, con un lenguaje personal que lo aleja de los cauces de la ópera tradicional. Ambas óperas se estrenaron conjuntamente en el Teatro Bolshoi de Moscú el 24 de enero de 1906.


Aparte de estas tres óperas, Rachmaninov dejó algunos proyectos entre 1906-1908 sin terminar. El primero de ellos fue "Monna Vanna", para el cual completó el primer acto en una breve partitura vocal. Desafortunadamente, perdió los derechos del resto de la obra en la que se basaba y abandonó la obra. En cuanto a “Salammbô” fue solo una concepción, como lo demuestra una carta que le escribió a su amigo Nikita Morozoff en 1906. En esa carta, el compositor describió escena por escena su idea, pero finalmente nunca encontró un libretista adecuado.

Las Canciones o Romances

Mucho más importantes y de mayor interés que sus óperas, son las canciones o romances compuestos durante el periodo de  1902 a 1916. Rachmaninov continua la composición de romances, género que ya había abordado como vimos en su época de juventud.

Al periodo intermedio corresponde los conjuntos de canciones Op 21, Op 26, Op 34 y Op 38.

Después del fracaso de su Primera Sinfonía en 1897 y una larga y agobiante depresión superada en 1901 con la composición y triunfante recepción de su Segundo Concierto para piano, compuso pocas canciones.
Volvió a escribir canciones en serio en la primavera de 1902, en la época de su matrimonio con Natalya Satina. La década de 1900 supuso un ascenso en la creatividad vocal de Rachmaninov. 
En las dos series de romances, op. 21 (1900-02) y Op 26 (1906), escritos entre el Segundo y el Tercer Concierto (1909) vamos a encontrar algunos de los ejemplos más perfectos de las canciones de Rachmaninov.

El conjunto de 12 canciones del op. 21 es generalmente reconocido como uno de sus más espontáneos. El Op 21, marca una nueva y más sutil etapa en la integración de líneas vocales y pianísticas que llevará aún más lejos en el conjunto de 15 Canciones, op. 26.

Opus 21 (1900-02)

El nº 1 “Destiny” es un gran monólogo dramático sobre versos de Apukhtin, dedicado al cantante Chaliapin, sostenido de manera declamatoria. Un Romance de tipo balada-narrativa, que consiste en una secuencia de episodios contrastantes más o menos independientes. El principio unificador es el “ritmo del destino”, motivo de la Quinta Sinfonía de Beethoven, como símbolo del destino inexorable que se apodera de una persona en diferentes momentos de su vida.


El nº 4 They answered/respondieron, es una representación de las aguas embravecidas en los obsesivos arpegios del acompañamiento del piano.

El nº 5 "Lilacs” sobre versos del poeta E. Beketova, la parte vocal es acompañada por el movimiento ostinato del piano invariablemente incluso rítmicamente. Predominan unos giros que transmiten tanto una sensación de frescor matinal como un estado de tranquilidad sin nubes. Solo gradualmente la expresión crece, se espesa, y el curso cromático de la melodía en las palabras finales "Mi pobre felicidad está floreciendo" trae un eco de tristeza persistente.


El nº 6 An excerpt from Alfred de Musset,/Un extracto de Alfred de Musset es una canción sobre el tormento de la soledad que se viste de música apropiadamente oscura. Pertenece a ese grupo de romances dramáticos imbuidos de sentimientos de soledad, insatisfacción o apasionado patetismo de protesta. En este grupo Rachmaninov se acerca inesperadamente a Mussorgsky: la fuerza de la tragedia puede compararse con algunas de las canciones del ciclo "Sin sol". Los violentos estallidos de desesperación contrastan con el inquietante letargo del silencio.

El famoso nº 7 “se está bien aquí”/ It's Good Here, sobre versos de la poetisa Glafira Galina, tiene una exquisita linea de voz que se une con un acompañamiento de delicado refinamiento. Describe una escena pastoril donde los jóvenes amantes han llegado a estar solos con la naturaleza y con ellos mismos. Rachmaninov lo compuso durante su luna de miel con Natalya. Igual que en Lilacs, el estado de ánimo de alegría y paz tranquila y serena se mezcla con una tristeza inexplicable y oculta.


El número 12, Cuánto duele/ I am hurt deeply, también sobre versos de Galina, es notable por la intensidad de la emoción que transmite


Romances Opus 26 (1906)

El conjunto de 15 Canciones op. 26, que Rachmaninov completó en 1906, lleva aún más lejos la integración de la melodía vocal y el acompañamiento. A veces el piano reemplaza o llena los espacios de la línea vocal para que ambos se entrelacen estrechamente en un único continuo melódico.

El nº 2. “Todo me ha sido arrebatado/Everything has been taken from me, sobre versos de Fyodor Tyutchev es una breve declaración que comienza con una vena dramática que pronto se vuelve más lírica a medida que descubrimos que el protagonista lo ha perdido todo, incluida su salud, como castigo de Dios.

El nº 3, “Descansamos”/ We shall have a rest, se basa en una escena de un pasaje del Acto IV de la obra de teatro “El tío Vanya” de Anton Chekhov, tratado de manera declamatoria.


Lo mismo ocurre con el número 6, “¡Cristo ha resucitado!”/Christ is Risen! donde ambienta un poema religioso del novelista y filosofo místico Merezhkovsky; sin embargo, no es un canto de regocijo, sino un lamento por la condición corrupta del mundo en el que Cristo renació, un sentimiento que encajaba con el lado más sombrío de Rachmaninov.


El No. 9, “Una vez más, estoy solo”/I am alone again se basa en un poema ucraniano traducido al ruso por un contemporáneo cercano de Rachmaninov, el poeta simbolista Ivan Bunin; es una pieza tenue e introspectiva. Pertenece a ese grupo de romances dramáticos, como el Op 21 nº 6.

El nº 10 "En mi ventana”/ By my windows sobre versos de Galina posee la misma sutileza de matices, un constante "juego de luces y sombras" con la unidad y consistencia del tono emocional básico.


El nº 12 “Noche triste”/Sad is the night sobre texto de Bunin retrata el desesperado anhelo de felicidad del poeta. El compositor ofrece una atractiva melodía lúgubre y un hábil acompañamiento de contrapunto.
Es uno de los ejemplos más notables en términos de profundidad. La imagen de un viajero solitario, vagando de noche en una estepa remota hacia una meta lejana, poco clara, pero irresistiblemente atractiva, adquiere un significado simbólico en este breve y lacónico poema de Bunin. Está imbuido de una sensación poética de Chéjov-Bunin sobre la naturaleza. Pero como en todo el grupo de romances del Op 21 y 26 donde trata la naturaleza, (Lilacs, By my Windows, Se está bien aquí) al compositor no le interesa el paisaje como tal sino la naturaleza como especie de eco de una experiencia lírica y personal. 
Los elementos de la escritura sonora se minimizan en ellos y están completamente subordinados a la expresión de la experiencia emocional interna. La selección de medios de expresión excluye todo lo innecesario para llenar el espacio sonoro.

El inspirado número 13, “Ayer nos conocimos”/We met yesterday, sobre un poema de Yakov Polonsky, utiliza casi en su totalidad un acompañamiento sencillo, sincopado, con gran efecto expresivo.




Finalmente, la colección termina con el nº 15 sobre un poema de Daniil Rathaus “Todo pasa”/All things come to pass, otra meditación depresiva sobre la mortalidad que se eleva a un poderoso clímax final.


Romances Opus 34 y 38

La poeta de veintitrés años Marietta Shaginyan comenzó a escribir a Rachmaninov en febrero de 1912, bajo el nombre misterioso de “Re” (la nota D). Shaginyan quería confesar su fe y el amor por su música. Durante ese tiempo Rachmaninov no confiaba en sus habilidades compositivas porque la gente decía que era un pianista fenomenal pero un mal compositor. 
Desde aquella primera carta, la poeta y el compositor establaron una entrañable amistad por carta y con ocasionales encuentros que duraría hasta 1917. Marietta Shaginyan habría de convertirse en confidente de las inseguridades de Rachmaninov y además en su musa, suministrandole poemas y sugerencias que Rachmaninov habría de utilizar para la composición de sus romances. 
De las catorce canciones del Opus 34, la mitad de los poemas habían sido analizados y sugeridos por “Re” en su mayoría de poetas románticos. Para el conjunto de las seis canciones del Op 38, nuevamente “Re” le proporcionó textos de poetas simbolista rusos contemporáneos, iniciando a Rachmaninov en esta nueva corriente poética de moda en Rusia.
“Aparte de mis hijos, la música y las flores, también te amo a ti, mi querida Re y a tus cartas. Enséñame a tener fe en mí mismo, mi querida Re!” (Rachmaninov carta a Re)

14 canciones Opus 34

Las 14 canciones del Opus 34 fueron compuestas en 1912 y publicadas el mismo año.
El Op 34, no sigue el canon de sus canciones anteriores. Tienen una naturaleza cada vez más declamatoria, incluso lacónica. Rachmaninov logra un estilo aún más refinado, con introducciones largas y sugerentes y arreglos sobrios y directos de los textos que descubren su núcleo emocional.

En estas canciones se inspira en los poetas más importantes de la era romántica, que inspiraron a los compositores en el apogeo de la canción en la Rusia del siglo XIX: Pushkin (1, 3, 5), Korinfsky (2), el decadente Konstantin Balmont (4), Khomyakov (6), Maykov (7), Polonsky (8, 13), Fyodor Tyutchev (9, 10 ) y Fet (11, 12).
El nº 14, conocido como Vocalise, es el más famoso del conjunto y ha sido arreglado para piano solo, para orquesta, para instrumento solista con acompañamiento de piano y muchos otros.

Nº 1 La Musa (sobre poema de Pushkin). Rachmaninoff captura perfectamente el sentido del poema, desde su imagen de un niño aprendiendo a tocar la flauta hasta su atmósfera extática cuando la musa le quita la flauta al niño hasta su estado final de sereno encantamiento. Suena como el eco de una flauta y comienza con su favorito intervalo de quinta. Es una magnífica efusión, se asemeja a un aria lírica y está dedicada a su musa, Marietta Shaginyan



Nº 7 It Cannot Be/No puede ser, sobre un poema de Maykov. Trata sobre la muerte de la hija del poeta. Rachmaninoff dedicó esta canción al famosa actriz rusa Vera Komissarzhevskaya, en la que transmite los sentimientos de desesperación incredulidad, pasión y agonía.


Nº 12 What Happiness/Qué alegría. Pone música a un apasionado poema de amor, de uno de los románticos rusos más importantes de mediados del siglo XIX, Afanasy Fet.



nº 14 Vocalise: La última canción Vocalise es una canción sin palabras, que Rachmaninov dedicó a Antonina Nezhdanova (1873-1950), una soprano de coloratura rusa y la primera intérprete de la pieza. 
Vocalise fue la única canción que fue revisada en septiembre de 1915. Rachmaninov quiso expresar emociones y el duelo ante la Gran Guerra. Además, el hecho de que esta canción no tenga letra hace que Vocalise suene como un lamento. La mano derecha del piano tiene corcheas a lo largo de la pieza, que dan un tono fúnebre. El tono de Vocalise es triste pero exquisito. La pieza comienza suave y es tranquila y Rachmaninov usa tonos contrastantes para ilustrar las diferentes etapas del duelo: negación, ira, depresión y aceptación.


Dedicatorias del Opus 34
Cuatro canciones de la colección están dedicadas al famoso cantante Chaliapin: “In our all souls”, pone música al poco conocido poeta Apollon Korinfsky; “La Resurrección de Lázaro es un tratamiento delicado de la oración de Khomyakov para elevarse a una vida superior como el hombre devuelto a la vida por Cristo; "Tú lo conocías" de Tyuchev y “El Heraldo” de Afanasy Fet, otro poema religioso, habla de una extraña procesión a través del bosque hacia la santidad.
Rachmaninov disfrutó de este trabajo y le escribió a “Re”, Maria Shaginyan: “Puedo decir que, en general, estoy satisfecho y extremadamente feliz con estas canciones, porque me resultaron fáciles y me causaron poco dolor.

Seis canciones para soprano Op 38.

Después terminar la canción “Del Evangelio de Juan”, escrito como reacción al sufrimiento de la Primera Guerra Mundial Rachmaninov, escribe en 1916 las seis canciones para soprano Op 38, en medio Primera Guerra Mundial y un año de revoluciones inminentes en Rusia. Dedicó la obra a la soprano Nina Koechtz a la que había conocido y admirado en un balneario de montaña. Shaguinian se sintió profundamente ofendida y decepcionada por esta dedicatoria.
Por esas fechas, Rachmaninov estaba buscando una nuevo estilo o voz compositiva. 

La muerte de Scriabin en 1915, músico atraído por el simbolismo, impresionó a Rachmaninov. Y aunque no disimulaba su falta de simpatía por el modernismo de Scriabin, quería comprender mejor su música.
Poco después, le pidió a la escritora Marietta shaguinian que lo introdujera en un género de poesía contemporánea simbolista con el que, según él mismo admitió, no estaba familiarizado. Todos los textos de Op. 38 fueron tomados de las sugerencias de Shaguinian.
El Opus 38 da un paso de los poetas románticos del Op 34 hacia los simbolistas, que se ha habían convertido en fuerza dominante en la poesía.  El paso del estilo declamación propio del Op 34 al impacto melódico que sugerían las cualidades tonales de los palabras simbolistas. Más preocupación por los colores que por la línea melódica.

La música de estas canciones acogen a la perfección los temas de los poemas de la serie: el verso libre y métricas irregulares se traducen en frases musicales irregulares. Las emociones de los textos, en general, pesimistas de desesperación y tristeza son recogidas por la música. Los temas de los poemas van desde introspectivos, místicos y profundos (como en el Romance Sueño) hasta temas banales y exuberantes de emoción (Margaritas, es un simple confesión de amor hacia las margaritas sin segundas intenciones.
El Opus 38 se convirtió en el ciclo preferido de Rachmaninov.

El Opus 38 es una de las obras más ricas y experimentales armónica y melódicamente. No faltan las características expresivas habituales del compositor pero en una escala completamente nueva. Acorde complejos, a menudo sin resolver, ritmos inesperados y una atrevida escritura vocal que está inspirada en la citada Nina Kochetz.
Existe una independencia importante del piano con respecto a la línea vocal. Este enfrentamiento de ambas líneas genera situaciones en donde la voz no es tan dominante, convirtiendo a este ciclo en la obra vocal de carácter más pianístico dentro del catálogo de Rachmaninov.

"En mi jardín de noche" Op 38 nº 1.  Traducción de Alexander Block, uno de los más importantes simbolistas sobre un poema de Avetik Isaakian.  Cuenta la historia de un sauce que llora amargamente en el jardín de noche; a la llegada del amanecer la doncella seca sus lágrimas. A partir de esta idea, la canción se estructura en dos secciones, que representan la noche y el amanecer respectivamente.

"To Her" Op 38 nº2. Sobre poema Andrei Bely. El poeta llama en vano a su amada arrastrada por el rio. El acompañamiento se vuelve más denso evocando la música fluida del río (Río del Hades, río del Olvido)

"Margaritas" Op 38 nº 3. Sobre un poema Igor Severianin. La sencillez de la música y del poema encajan bien en la mitad del ciclo pues viene después de dos canciones que son de gran dificultad vocal. Con sonoridades orientadas en los agudos, sus melodías son gráciles e independientes en la voz y el piano.

"The pied piper (The Rat-catcher)" Op 38 nº 4. Este El flautista de Hamelin muestra el lado humorístico raramente visto de Rachmaninov sobre el poema de Bryusov. El flautista atrae, no ratas ni niños, sino a una inocente doncella fuera de su casa con los tentadores sonidos de su flauta, deliciosamente representados tanto en la voz como en el piano. La historia va mostrando de forma paulatina sus verdaderas intenciones, pasando de un carácter apacible, inocente e inofensivo al inicio, y convirtiéndose en un secuestrador de la doncella al final. La representación literaria del carácter del flautista es el refrán recurrente “Tralalala..” Rachmaninov logra captar muy bien la esencia del personaje, intercalando episodios armónicamente estables con armonías cromáticas más inestables, en un intento por representar las intenciones ambivalentes del flautista.

"Un Sueño" Op 38 nº 5. Una maravillosa canción que responde ingeniosamente a las imágenes de sueños incorpóreos del poeta Fyodor Sologub. La parte del piano es atmosférica, utiliza varios sonidos parecidos a campanas que preparan el escenario para las líneas vocales altísimas. 

"A-oo” (The Quest) Op 38 nº 6. Sobre poema de Konstantin Balmont. Un amante recuerda con cariño la risa de su amada y el sueño de ellos corriendo juntos a la ladera de una montaña. El brillo pianístico de Rachmaninov transmite acertadamente la anticipación ansiosa del poeta por encontrarla, sus acordes agitados y frases vocales cortas retratan la confusión del amante al no encontrarla. La música alcanza un pico increíblemente apasionado cuando el amante dice 
"A-oo" esperando una respuesta que no llegará, al morir la esperanza en el postludio que se apaga en un silencio abierto.

Evolución de sus canciones

Durante el período de veinticinco años que separa la primera obra vocal de Rachmaninov del último grupo de sus romances Op 38, el carácter de sus romances tuvo cambios significativos: no solo la paleta sonora se vuelve más rica y compleja, también en la selección de medios expresivos se vuelve más riguroso. La estructura figurativa y emocional también cambia en muchos sentidos.
El trabajo vocal temprano de Rachmaninov de los años 90 aún no es completamente independiente estilísticamente y, en general, se desarrolla dentro del marco de las formas y tradiciones establecidas del romance ruso del siglo XIX. La influencia de Tchaikovsky es especialmente notable. Se ha ido viendo como la variedad de textos poéticos del primer período de creatividad, el derroche de colores, la inundación de sentimientos, se transformaron gradualmente en el periodo de madurez en monólogos monolíticos y estilizados y declaraciones ascéticas y simbólicas.

Las transcripciones y arreglos de sus canciones para el piano y para otros instrumentos las han hecho famosas en muchas ocasiones. Basta con citar a dos grandes pianistas que nos han dejado unas adaptaciones que son verdaderas pequeñas joyas. Por un lado lo ha hecho el pianista estadounidense Earl Wild. Por otra parte están los maravillosos arreglos de pianista ruso Arcadi Volodos. De ambos vale la pena escuchar algunas de sus obras.




Transcripciones de otros pianistas


Transcripciones para cello y piano


Otros arreglos y voces 

Versiones de Vocalise 

Música coral

Spring Cantata Op 20 para baritono, coro, y orquesta. Esta mini cantata, escrita en 1902 poco después del Segundo Concierto para piano del compositor, habla de un marido que intenta asesinar a su esposa infiel, aunque abandonará sus planes con la llegada de la primavera. La obra representa el nacimiento y el florecimiento de la naturaleza durante la primavera, aunque en colores más apagados que los que solemos encontrar en el compositor. Sus armonías pivotan en torno al Concierto nº 2.

A menudo se dice que el compositor Rachmaninov es "el compositor más ruso”. Rachmaninov hizo una contribución destacada al desarrollo de la música sacra rusa.


A su regreso a casa después actuar y dirigir en los EEUU en la temporada de conciertos 1909-10, Rachmaninov se convirtió en vicepresidente de la Sociedad Musical Imperial Rusa. En la década de 1910, prestará mucha atención a las grandes formas corales. De gran importancia para la música espiritual rusa han sido la Liturgia de San Juan Crisóstomo, la Vigilia de toda la noche y el monumental poema "Las campanas" sobre los versos de Edgar Alan Poe para solistas, coro y orquesta.

La liturgia de St Juan Crisóstomo Op 31 (1910) fue compuesta en julio de 1910 para coros sin acompañamiento. La Divina liturgia de San Juan Crisostomo es el principal servicio de la Iglesia Ortodoxa Oriental. 
La figura de San Juan Crisostomo es venerada como uno de tres grandes jerarcas y considerado como el padre de la Iglesia Ortodoxa. De gran belleza y sobriedad. “Empecé a trabajar en ella de alguna manera por casualidad, y de repente me fascinó. Hacía mucho tiempo que no escribía nada con tanto placer.” 
Las autoridades eclesiásticas ortodoxas rusas se opusieron enérgicamente porque no seguía el formato de un servicio litúrgico.

Moscow Chamber Choir conducted by Vladimir Minin.


All-Nigth Vigil (Vigilia de toda la Noche o Vísperas) Op 37 fue su segunda obra coral litúrgica compuesta en 1915 para coros sin acompañamiento. Su característica más importante es la profunda nacionalidad de la estructura figurativa y el contenido de la entonación. Considerada como una de las piezas más difíciles de interpretar en el repertorio a cappella , su monumental Vigilia de toda la noche es realmente el último gran logro de la música coral ortodoxa rusa, una obra maestra de un compositor en la cúspide de sus poderes creativos. Rachmaninov estableció 15 textos, que abarcan las Vísperas. Nueve de los movimientos se basaron en cantos ortodoxos tradicionales, incluidos no solo algunos de los cantos antiguos de Znamenny, sino también cantos griegos y de Kiev. Cada emoción humana está englobada en las páginas de la Vigilia : alabanza, meditación, penitencia y, finalmente, la proclamación.
Rachmaninov nos muestra hallazgos en el campo de la presentación coral polifónica, la armonización del tejido musical y la naturaleza de la entonación.

Olga Borusene, soprano.
Yuri Korinnyk, Mykhaylo Tyshchenko, tenores. El Coro Académico Nacional de Ucrania Dumka. Yevhen Savchuk, director.

The Bells (Las Campanas) Op 35 Sinfonia coral, para soprano, tenor, baritono y coro (1913)

Durante una estancia en Roma en 1913 en la que vivía solo en un pequeño apartamento en la Piazza di Spagna mientras su familia se hospedaba en una pensión, recibió una carta anónima que contenía una traducción al ruso del poema de Edgar Allan Poe, “Las Campanas” de Konstantin Balmont. Incitado a escribir música por está carta anónima, la obra poética se hundió de inmediato en el alma de Rachmaninov, y comenzó con fervor febril a trabajar en su composición que fue estrenada a finales de ese año en San Petersburgo.

“El sonido de las campanas de las iglesias dominaba todas las ciudades de la Rusia que solía conocer: Novgorod, Kiev, Moscú”, explicó Rachmaninov. “Acompañaron a todos los rusos desde la infancia hasta la tumba, y ningún compositor pudo escapar a su influencia. […] Toda mi vida he disfrutado de los diferentes estados de ánimo y de la música de las campanas que repican alegremente y tañen tristemente. Este amor por las campanas es inherente a todos los rusos.”

The Bells es una sinfonía coral en cuatro movimientos. Así la consideró el compositor. Una de las obras más significativas de Rachmaninov, que se distingue por la profundidad de la concepción filosófica, la riqueza y variedad del color orquestal y la amplitud de las formas sinfónicas. Brillantemente innovadora, saturada con nuevas técnicas corales y orquestales sin precedentes, este trabajo tuvo un gran impacto en la música coral y sinfónica del siglo XX.

Las sombras de angustia y desesperación que aparecieron por primera vez en La Isla de los Muertos se revelan con inusitada claridad en "Las Campanas" . Incluso en sus momentos más alegres, la sombra de la muerte parece cernirse sobre la pieza.
The Bells tiene un tono claramente trágico. Dados los catastróficos acontecimientos que iban a ocurrir en Rusia durante la revolución de 1917, la obra parece profética. Sus cuatro movimientos son como cuadros musicales, atmosféricos que “expresan los distintos matices de la experiencia humana”. El tema de esta obra es típico del arte del simbolismo. Encarna simbólicamente varios períodos de la vida humana que van desde la niñez a la juventud (matrimonio), la madurez y la consiguiente proximidad a la muerte inevitable.

Igualmente "Las Campanas", pasan en los diversos poemas por distintos metales según su significado: de plata, doradas, de bronce para terminar con las de hierro.

I. Allegro ma non tanto. "The Silver Sleigh Bells" (Campanas de plata del trineo) nos muestra un recuerdo gozoso de un paseo en trineo animado por una fría noche de invierno; el poema compara el tintineo de las campanas con la risa de los niños. Rachmaninov utiliza la enorme orquesta por sus efectos de color, que evocan no solo sonidos de campana, sino ráfagas de nieve, estrellas brillantes y la emoción de correr a toda velocidad sobre un paisaje invernal.
Pero incluso en este movimiento despreocupado, hay premoniciones de muerte; el tenor solista canta que las campanas hablan de la profecía de resurrección descrita por San Pablo en su epístola a los Corintios, cuando “los muertos serán resucitados incorruptibles” en el Día del Juicio.

II. Lento. "The Mellow Wedding Bells" (Las suaves campanas de boda)
Describe una ceremonia matrimonial acompañada por el repique de campanas doradas de boda. Una meditación sensual sobre mirar a los ojos de la persona amada que no contiene alusiones directas a la mortalidad, aunque la música se basa en las primeras cuatro notas del Dies irae. Rachmaninov pronto transforma este motivo Dies irae en un exuberante tema romántico.

III Presto. "The Loud Alarum Bells" (las fuertes campanas de alarma)
El tercer movimiento transita por el mundo de la profecía. Las campanas de este movimiento son campanas de alarma de bronce que gritan, lloran, mientras un fuego aterrador amenaza con engullir la tierra. 
El movimiento comienza en silencio pero rápidamente se convierte en una intensa conflagración orquestal. Es en esta introducción orquestal donde se escucha más claramente el sonido distintivo de las campanas de las iglesias rusas. La música llega a un clímax desgarrador cuando el fuego insaciable declara su intención de llegar a la luna.

IV. Lento lugubre. "The Mournful Iron Bells" / Las lugubres campanas de hierro
El horror de las campanas de alarma da paso al sombrío tañido de una campana fúnebre que comienza con un sombrío corno inglés. “El final fúnebre tenía el precedente de Tchaikovsky”, señaló Rachmaninov, refiriéndose al final lento y mortal de la Sinfonía Patética de Tchaikovsky. 
De hecho, Rachmaninov escribió las iniciales de Tchaikovsky en la partitura autógrafa en el punto donde el barítono solista y el coro cantan "Porque sollozamos al recordar, nuestros ojos se cerrarán, nuestro corazón estará quieto". El movimiento llega a un clímax desgarrador cuando los cantantes describen la horrible risa de la figura sobrenatural que toca la campana de hierro en la torre de la iglesia.
Después de este intenso pasaje, las violas comienzan a tocar una figura simple y descendente que Rachmaninov escuchó por primera vez muchos años antes. “Uno de mis mejores recuerdos de la infancia está asociado con las cuatro notas de las grandes campanas de la Catedral de Santa Sofía de Novgorod, que a menudo escuchaba cuando mi abuela me llevaba a la ciudad en los días festivos.” “Los campaneros eran artistas. Las cuatro notas eran un tema que se repetía una y otra vez, cuatro notas de llanto veladas en un acompañamiento siempre cambiante entretejido a su alrededor. Siempre asocié la idea de las lágrimas con ellas”.

Rachmaninov incorporó esta figura de cuatro notas en el tercer movimiento de su primera Suite para dos pianos (inspirada en el poema de Tiuchev, Lágrimas, Tears), y aparece nuevamente en The Bells cuando el solista y coro cantan sus últimas palabras. Al final, la orquesta ofrece una esperanza a los oyentes con una cálida melodía para cuerdas. Las campanas terminan con una cadencia y la palabra “Amén”.


Textos del Poema de Edgar Alan Poe

Las obras para piano y sinfónicas del Periodo

Las Variaciones de Chopin Op 22 (1903)

Fue la primera gran obra para piano solo de Rachmaninov y un ejemplo del dominio de la gran forma en el piano. El tema, es del preludios Opus 28 nº 2 de Chopin. 
Las 22 variaciones se agrupan irregularmente, dando un contorno de una sonata de cuatro movimientos. (Primer movimiento: variaciones 1 a 10; segundo movimiento: variaciones 11 a 18; el scherzo: variaciones 19 y 20; y el Finale: variaciones 21 y 22. En la mayoría de los casos, cada variación es más larga que su predecesora dando la impresión de un viaje acumulativo de crecimiento completamente orgánico.

Después de la declaración grandiosa del tema, las tres variaciones iniciales proceden en un clasicismo similar al de Bach; la primera variación de una sola línea se convierte en el contratema de la segunda y el material canónico de la tercera. El clasicismo se funde maravillosamente con el romanticismo de Rachmaninov. A lo largo de estas variaciones, Rachmaninov exhibe un dominio seguro de la estructura a gran escala.
Comparadas con las Variaciones Corelli última obra original para piano solo, son dos conjuntos de variaciones de extremos opuestos en la carrera del compositor: Las Chopin, sus primeras variaciones y primera gran obra para piano. Las Corelli, son su última obra para piano y contienen una mayor libertad rítmica y armónica.


Los Diez Preludios Op 23

Tradicionalmente, el preludio se presenta en conexión con dos formas de existencia:

-Como introducción a la fuga (en ciclos, por ejemplo, de J.S. Bach)
-Como miniatura (en las obras de Chopin, Lyadov) En la obra de Rachmaninov aparece una tercera dirección en la vida del género: el juego independiente a gran escala.
Rachmaninov compuso dos conjuntos de preludios. El primer conjunto, Opus 23, contiene diez preludios y fue escrito entre los años 1901 y 1903. El segundo conjunto, Opus 32, contiene trece preludios y fue escrito en 1910. Con la adición del Preludio op. 3 nº 2 en Do sostenido menor se representan las veinticuatro tonalidades mayores y menores.
En todo caso Rachmaninov continuó la tradición del Clave bien temperado de Bach y de los Preludios de Chopin; sin embargo, las tonalidades de los Preludios de Rachmaninov no se presentan en un orden sistemático con respecto a la relación o tonalidad. Estas brillantes piezas pueden ser la culminación de la tradición romántica del pianismo iniciada con Liszt y Chopin (Matthew-Walker). En ellos se escucha el "dominio de la forma, el concepto armónico único, el estilo melódico distintivo, la conciencia de las posibilidades rítmicas y la versatilidad general en la técnica de composición de Rachmaninov.
En comparación con los Preludios de Chopin, son más largos y de textura más compleja, con dificultades técnicas comparables a los Estudios de Chopin. Los Preludios contienen una inconfundible intensidad rusa, fuertes melodías líricas, y cambios de carácter que van desde la dulzura sublime hasta el virtuosismo apasionado” (Ashkenazy). Se encuentran entre los mejores ejemplos del romanticismo del siglo XX.

En los ciclos de preludios, hay una combinación de tres principios: letra, epopeya y drama. Cubren una amplia gama de imágenes, se distinguen por el virtuosismo, la brillantez, el desarrollo de las formas, la monumentalidad; no tienen nombres de programas.

Hay una consistencia de estilo entre los Preludios op. 23 y 32 a pesar de que que fueron escritos con siete años de diferencia. Norris sugiere que la escritura que se encuentra en el primer conjunto de Preludios es comparable al Segundo Concierto para piano, mientras que la escritura en los Preludios, op. 32 recuerda al Tercer Concierto para piano. 
La comparación de los ciclos de preludios (diez preludios op. 23, 1903 y trece preludios op. 32, 1910) demuestra cambios de emociones en la música: estados de ánimo de lírica ligera poética característica de un ciclo anterior (Op 10) se sustituyen por el papel de imágenes alarmantes, dramáticas, fatales y también de una épica majestuosa y un aumento en el brillo del color nacional (Op 34) Esto afectará el estilo de escritura del piano: el fortalecimiento de la monumentalidad, la riqueza de los colores le dan rasgos de orquestalidad

Preludes Op 23 (1903)
1.Largo (F♯ minor)/2Maestoso (B♭ major)/3Tempo di minuetto (D minor)
4.Andante cantabile (D major)/5 Alla marcia (G minor)/6 Andante (E♭ major)
7 Allegro (C minor)/8 Allegro vivace (A♭ major)/9 Presto (E♭ minor)10 Largo (G♭ major)
Creados en un estallido de creatividad tras su matrimonio con Natalia Satin. Los años anteriores a su a su matrimonio que habían encontrado a Rachmaninov seriamente comprometido económicamente. Alexander Siloti, lo apoyó financieramente durante algunos años para que Rachmaninov pudiera componer y el fue el padrino de bodas. Los Preludios op. 23 llevan una dedicatoria a Siloti.

núm. 1 en fa sostenido. Esta pieza lúgubre y reflexiva contiene una rara combinación de forma ternaria y variación con un epílogo al final que es característico de muchos de los preludios. Tiene una textura principalmente homofónica con referencias ocasionales al contrapunto. Como es característico de varios preludios, marca registrada de Rachmaninov, una figura cromática ascendente y descendente unifica la obra. En esta pieza la figura aparece en el acompañamiento y produce sonoridades cautivadoras.

núm. 2 en si bemol mayor. De estilo imponente, elegante y noble. Este preludio ha sido comparado con el Estudio Revolucionario de Chopin (Matthew-Walker). Inspirado por la excelente técnica de ejecución de acordes de Rachmaninov, este trabajo exige mucho del intérprete. Éste incluye arpegios que contienen bloques de acordes que abarcan varias octavas y sucesiones rápidas de acordes de cuatro notas. Junto con el numero 5 en sol menor, uno de los favoritos de siempre para el público.

núm. 3 en re menor. Un motivo solemne, acorde, parecido a una marcha contra un pasaje entrecortado, parecido a una escala, crea una textura contrapuntística a lo largo de la pieza. En la obra se incluyen ingeniosos dispositivos de fuga, como la disminución, el aumento, el stretto, la imitación canónica y la fragmentación. Es uno de los mejores ejemplos de vitalidad armónica y rítmica en la música de Rachmaninov.

núm. 4 en re mayor. Es como un tranquilo nocturno con los rasgos de una canción de cuna o barcarola. Introspectivo y lírico, el preludio contiene una línea melódica cautivadora y expansiva apoyada por un amplio acompañamiento de arpegio que “evoluciona en un conjunto complejo de melodía, contramelodía, cánones y ecos agudos resonantes.”
Muy popular como el Quinto en sol menor, después del famoso Preludio en do sostenido menor nº 2 Op 3. El Nº 4 junto al Nº 6 regresan a la ternura y los sueños con melodías conmovedoras y poéticas.

Núm. 5 en sol menor. Este preludio ocupa el segundo lugar en popularidad después del famoso Preludio en do sostenido menor. Su belleza está intensificada por una segunda voz que hace eco de la primera (Ashkenazy). 
La forma de la pieza es similar al rondó clásico : La sección A es una marcha acorde y ricamente sonora. La sección B es etérea y conmovedora y tiene un sabor algo español. En esta sección aparece una contramelodía que da como resultado la aparición de tres voces que crean un efecto de trío de carácter realmente noble. La variedad de acordes ritmos propulsores y ricas sonoridades encarnan un verdadero espíritu romántico.

Núm 6 en mi bemol mayor. Una pieza apasionante con una melodía lenta pero conmovedora. Tanto el motivo melódico de apertura como el acompañamiento sugieren que Rachmaninov “conocía y amaba el último Nocturno en mi mayor de Chopin, opus 62, núm. 2” (Ashkenazy).
Junto con el color armónico de esta pieza, la línea melódica fluida recuerda los temas del Segundo Concierto para piano (Glennon 55). Estas características, junto con el uso de la segunda menor y la tercera menor, dan a la pieza el famoso “sonido Rachmaninov”. Tanto este preludio como el Preludio núm. 7 se construyen a partir de un acompañamiento lineal de semicorcheas. Los dos preludios se complementan y con frecuencia se interpretan juntos.

Núm 7 en do menor. Al igual que el Preludio en mi bemol mayor, este preludio está construido sobre una figura de semicorchea y tiene el “espíritu” del Segundo Concierto para piano, que fue escrito dos años antes (LaMagra 104). En esta obra la figura es precipitada, tempestuosa y virtuosa. El tema implacable, sostenido por la mano izquierda dentro de configuraciones alternas más rápidas, se mueve rápidamente y termina sorprendente y triunfalmente en un acorde de do mayor. Esta conclusión inesperada da como resultado uno de los finales más singulares de los Preludios (Ashkenazy).

Núm 8 en la bemol mayor. Este preludio es similar en calidad al Preludio Nº.7 con sus características similares a las de un estudio. Contiene “colores que cambian rápidamente y patrones rítmicos que cambian sutilmente” (Baylor 3). 
Escrito en forma de tres partes con una coda, da la impresión de ser monotemático. Cada sección de la pieza crece a partir de elementos que se encuentran en la introducción y el primer compás. Breves combinaciones de fragmentos de escalas cromáticas ascendentes y descendentes que se encuentran a lo largo del preludio unifican la pieza. Ha sido descrito por Ashkenazy como “una melodía que fluye alegremente entre ondulantes semicorcheas.”

Núm. 9 en mi bemol menor. Es el más corto de esta obra y compite con el si bemol mayor como el más difícil de tocar. Una "efusión de notas dobles en busca inquieta para la mano derecha de una manera posiblemente sugerida por los Estudios de Chopin". (Ashkenazy). Igualmente evocador de "Feux follets" de Liszt, está marcado como Presto y contiene una melodía muy cromática, moviéndose principalmente en semicorcheas.

Núm. 10 en sol bemol mayor. Esta sentida meditación pasa de un “monólogo a un diálogo” y puede contarse junto con los Preludios op.23, no. 4 y 6 como los inspirados “Preludios de primavera” de Rachmaninov (Ashkenazy). Uno casi puede "ver los campos y prados rusos que fluyen sin límites y que tanto conmovieron al compositor" (Anderson)


La sinfonía nº 2 Op 27 (1901-03)

Introducción, composición, estreno, contextos.
Rachmaninov renunció a su posición en el Bolshoi donde se había familiarizado con la ópera rusa y occidental y se traslada en 1907 a la ciudad de Dresde con su familia para componer en soledad y de incógnito una nueva sinfonía. Durante sus tres años allí, negó cualquier especulación de una sinfonía. “Doy mi palabra solemne: no más sinfonías. ¡Las maldigo!
En febrero de 1907, el compositor le escribió a un amigo sobre un rumor que circulaba en la prensa rusa: “Es cierto, he compuesto una sinfonía. Sin embargo, está en su estado bruto. Lo terminé hace un mes e inmediatamente la dejé de lado. Ella era una gran molestia para mí, y no quiero pensar más en eso. Pero el hecho de que los periódicos supieran de su existencia me desconcierta.”
Rachmaninov tenía todas las razón para ser cauteloso al anunciar una nueva sinfonía, ya que la única interpretación en 1897 de la Primera, había sido un desastre.

Es posible que su trabajo esté entre las más grandes sinfonías rusas desde Tchaikovsky.

Estrenada en San Petersburgo el 20 de abril de 1908 bajo la dirección del autor, dirigió las primeras representaciones en San Petersburgo y en Moscú una semana después. En los seis años que siguieron, la dirigiría en varias ocasiones, tanto en Europa como en Estados Unidos, pero nunca más la volvería a dirigir tras salir de Rusia en 1918, y lamentablemente nunca tendría la oportunidad de hacerlo.

Generalidades
Esta sinfonía corresponde al periodo de oro de su producción, a su periodo de desarrollo creador que también verá nacer el poema sinfónico la Isla de los Muertos y el Tercer Concierto para piano. Como sucede alrededor de las obras de ese periodo, la Segunda Sinfonía contiene lo mejor de Rachmaninov, proponiendo un ritmo deliberado e impulsado por ese maravilloso sentido de expansión melódica del que era un maestro.
Es una obra a gran escala en la que el compositor se enfrenta a la forma sinfónica con confianza, con la melodía triunfante. Rachmaninov dijo una vez que componía para expresar sus sentimientos: una clara proclamación es esta sinfonía, de melodías sombrías y melancólicas pero también cálidas y tiernamente románticas.
La música brota en abundancia, exuberante y magníficamente concebida y propulsada por una brillante tenacidad, operando dentro de texturas orquestales de rica sonoridad. La artesanía es evidente en la solidez estructural de la obra.
La orquesta suena rica y completa pero, a diferencia de contemporáneos como Strauss y Mahler, Rachmaninov utiliza una fuerza relativamente pequeña. También es bastante poco ruso en su forma de abordar la orquestación. Mientras que compatriotas como Glinka y Shostakovich rara vez mezclan colores, Rachmaninov multiplica los matices y las combinaciones, y obtiene una mezcla orquestal generosa y sonora, con trompas y vientos bajos (en particular, el melancólico corno inglés y el clarinete bajo) apoyando la textura media y el doblaje de la tuba.

Las tres sinfonías de Rachmaninov son tan típicamente representativas del sinfonismo ruso (Tchaikovsky, Borodin) como del postromanticismo occidental (Mahler, Sibelius). Las dos primeras sinfonías datan del periodo ruso (1895) (1907) y la Tercera fue escrita en los EEUU (1936) como penúltima obra. Es sin duda la mayor de las tres según general aceptación. Incomparablemente más rica, más densa y más madura que la Primera Sinfonía aunque en la Tercera algunos descubren una verdadera joya.

La sinfonía es de inspiración épica, cercana en este sentido a Borodin o Sibelius. Las referencias a Tchaikovsky no están ausentes, sobre todo en el primer movimiento, pero las encontramos más a nivel de factura que a nivel de espíritu.
La sinfonía está regida y no se aparta en ningún momento del principio cíclico que deriva del motivo principal y de los temas del Primer Movimiento.

Los movimientos
1- Largo - Allegro moderado. Desde la introducción, Rachmaninov envía el lema, tema o motivo de apertura de su Sinfonía a todos los movimientos, un procedimiento que Tchaikovsky había adoptado en sus Cuarta y Quinta Sinfonías.
Una introducción lenta que comienza con todo un grupo de temas derivados del principal, se escuchan uno tras otro: la frase inicial al unísono de los cellos y bajos, los acordes amenazadores de los metales y los instrumentos de viento, y la frase que pasa de los primeros a los segundos violines. Introducción, rica de por si en los temas presagia la magnitud de lo ha de seguir.

El Allegro moderato, comienza con un tema principal en clave menor claramente adaptado del tema principal. Hay un conmovedor segundo tema de carácter muy ruso en clave mayor.
Los materiales se desarrollan, luego se recapitulan con opulencia y pasión los componentes principales.

El Allegro moderato en Mi menor fluye orgánicamente desde la introducción. Su primer tema ardiente continúa con las mismas técnicas secuenciales que caracterizaron la introducción, pero el tempo más alto le da a la música un carácter más positivo y tenaz. El segundo tema, que comienza y termina en sol mayor, no está diseñado para contrastar fuertemente con el primero, sino para extender su discurso melódico en diferentes colores más claros. El desarrollo es turbulento y desemboca en la repetición del primer tema, que conduce al clímax más intenso del movimiento, haciéndose eco del pasaje que representa el torbellino infernal en Francesca da Rimini
El regreso del segundo tema marca la primera aparición de Mi mayor, sugiriendo una conclusión en la tonalidad mayor; pero, a medida que el tempo se acelera para la coda, la música se oscurece y el movimiento termina en un mi menor tormentoso. Aunque la actividad del movimiento es intensa, el ritmo de los cambios armónicos, deliberadamente regulares y bastante lentos en su conjunto, hace que no se trate realmente de un movimiento rápido.
Son rasgos destacados del movimiento: una excelente cohesión de estructura que viste toda la sinfonía; los límpidos acordes en la madera y los diálogos con las cuerdas; los notables cambios de clima, desde la ternura a la amenaza; la artesanía de las transiciones temáticas y motívicas. Los toques de metal en la reexposición parecen visiblemente inspirados en la culminación del movimiento inicial de la Sexta Sinfonía (Patética)

2- Allegro Molto: un animado Scherzo ocupa el segundo lugar como movimiento rápido en lugar del tercero. Así se consigue un perfecto equilibrio de tempos entre el primero y el segundo. Es uno de los movimientos más vigorosos, más incisivos en ritmo y más claros en sus contornos compuestos por Rachmaninov. El tema principal de la trompa no solo genera las ideas contrapuntísticas que retozan en la sección central, sino que al final del movimiento también se revela como un derivado de los siniestros acordes de viento de los primeros compases de la sinfonía. La música se desvanece en un susurro espeluznante.

3- Adagio: La más famosa romanza sinfónica del compositor, la música pasa del vigor de La menor al lirismo de La mayor. La frase de apertura, que emerge en los violines, también proviene del mundo de Francesca da Rimini, esta vez del dúo de amor extático. Es uno de los tres elementos melódicos principales del movimiento, uno en la cuerda muy amplia, el otro en el clarinete que le sigue inmediatamente y la frase del violín, tema de la introducción a la sinfonía.
Luego la sutil combinación de estos tres elementos, permanece en todo momento, apoyada por una amplia variedad de figuras que lo acompañan.

Sin duda el movimiento más típicamente Rachmaninov, gracias a la sublime y ya legendaria belleza de su melodía, que tiene el sello bien reconocible del autor. En el Adagio se afirma el principio cíclico con la repetición del tema principal del primer movimiento.

4- Allegro vivace: cargado de la alegría de vivir y de una energía irresistible y resplandeciente. En el transcurso, sin embargo, se abre espacio para toda una paleta de sentimientos y para una de las más "grandes melodías" de Rachmaninov, presentada en cada una de sus dos apariciones por la masa de cuerdas.

En realidad toda la sinfonía en sus cuatro movimientos nos está hablando de la música de este segundo periodo de madurez de Rachmaninov cuyas principales rasgos, aparte de ese carácter inconfundiblemente ruso, están en la brillante alegría de vivir, en el derroche generoso de los sentimientos, en la contagiosa amplitud y expansión de horizontes y sobre todo en una una irrefrenable necesidad de comunicar abiertamente consigo mismo y los demás esos aspectos y cuestiones que siempre están presentes en el alma humana (Amor, Dolor, Felicidad, Desgracia). Se ha dicho mucha veces incluso en tono peyorativo que su música parece música de cine, no lo sé, jamás hizo música para el cine pero si creo que la música de Rachmaninov tiene un profundo carácter narrativo que suena como una maravillosa e inagotable variación musical impregnada de esos cuatro pilares del alma humana.



La Sonata para piano nº 1 en re menor Op 28 (1908)

Rachmaninov compuso dos grandes y virtuosas sonatas. Fueron escritas con seis años de diferencia, la primera en 1907 y la segunda en 1913. Matthew-Walker sugiere que las similitudes contenidas en ambas Sonatas, como la inclusión de segundos temas construidos de manera similar y una forma cíclica de tres movimientos, las conectan con la Segunda Sinfonía y el Tercer Concierto. 
Gordon sugiere que son obras que “muestran a Rachmaninov en completo dominio de su estilo”. Probablemente Faurot exageró cuando se atrevió a decir: “Si las Sonatas hubieran sido escritas hace cien años, en lugar de setenta, los arqueólogos ya las estarían programando, pues ninguna de los sonatas olvidadas del siglo XIX las igualó , ¿ Quien, después de Beethoven, escribió grandes sonatas?"

Rachmaninov comenzó a componer esta Sonata en Dresde, al mismo tiempo que estaba trabajando en la ópera Monna Vanna y la Segunda Sinfonía. Consideró recrear la Sonata como una sinfonía, pero decidió no hacerlo después de darse cuenta de la naturaleza pianística de la pieza. Rachmaninov dijo que los tres movimientos de la obra estaban inspirados en la Sinfonía Fausto de Liszt. El primer movimiento representa a Fausto, el segundo a Gretchen y Mefistófeles, y el tercero la huida (Darrell). Maurice Hinson resume bien la importancia del trabajo. Afirma: “Las demandas extremas de las habilidades técnicas del pianista y la implacable intensidad emocional hacen de esta Sonata una de las obras más desafiantes del repertorio para piano solo”

1-Allegro moderato Contiene deslumbrantes contrastes piano/forte, la impetuosidad del impulso subsiguiente, la rica variedad de materiales temáticos y las complejidades de la estructura formal que atrapa a los oyentes atentos a lo largo de la duración innegablemente exigente del movimiento.
Está escrito en forma Sonata-Allegro. Presenta dos temas principales que contienen la misma raíz tonal. El material tomado de este movimiento se encuentre en el Etude-Tableaux opus 33 no. 5 en re menor.

2- LentoUn scherzo que aparece en medio del movimiento. John Pickard describe esta sección central como un "vals de pies veloces de una delicadeza casi mendelssohniana". Esta forma, un movimiento lento que contiene un scherzo en la sección central, es utilizada con frecuencia por Rachmaninov y se puede encontrar en el Segundo Concierto para piano, así como en la Tercera Sinfonía. Este movimiento expresivo requiere un tono cantabile.

3- Allegro molto. Este es el movimiento más complejo de la Sonata. La sección de desarrollo es tipo scherzando. Es inusualmente largo y contiene temas escuchados en el primer movimiento. La recapitulación presenta la sección inicial con más dramatismo e intensidad. El segundo tema aparece en pleno estilo romántico. Temas adicionales de movimientos anteriores, así como el tema dies irae , aparecen antes de que el movimiento termine con acordes de re mayor fortissimo. Este movimiento es uno de los más difíciles en las obras para piano a gran escala de Rachmaninov.


La Isla de los Muertos , Poema Sinfónico Op 29 (1909)

En mayo de 1907, Rachmaninov participó en la Saison Russe de Diaghilev en París, tocando su propio Piano Concierto Nº 2. Durante su estancia en París vio una reproducción monocromática del cuadro Die Toteninsel (La isla de los muertos) del simbolista suizo Arnold Böcklin. Böcklin pintó cinco versiones diferentes de la pieza entre 1880 y 1886 y las reproducciones de la misma abundaban en Europa. Representando la llegada de un pequeño barco a una isla desolada vista a través de aguas oscuras, la pintura, que Böcklin llamó una "imagen de ensueño”, tuvo un profundo efecto en Rachmaninoff, como tantos otros de la época. Vladimir Nabokov señaló que se encontraban huellas de ella "en todos los hogares de Berlín", y también se podía encontrar en las oficinas de Sigmund Freud, Vladimir Lenin y Georges Clemenceau.

En lugar de la pintura original, Rachmaninov vio una reproducción en blanco y negro y al ver la pintura original más tarde, comentó que “si hubiera visto primero el original, probablemente no habría escrito mi Isla de los Muertos. Me gusta el blanco y negro”.

Estrenada el 18 de abril de 1909 en Moscú bajo la dirección del autor, el poema sinfónico también fue acabado en la ciudad de Dresde.
Es una indudable obra maestra en la producción del género sinfónico. Con su simbolismo pesimista, es especialmente representativa de la personalidad angustiada del compositor. The Isle of the Dead es un drama de voces instrumentales conversando. Se mueve desde las sombras del inicio a momentos de lamento silencioso y sensualidad exuberante.

Los aspectos pictóricos y metafóricos de la pieza están apoyados por una música de gran destreza e inspiración. Rachmaninov encuentra una asombrosa gama de colores cálidos y brillantes dentro de una paleta esencialmente sombría, y extiende e intensifica sus líneas de crecimiento con fluidas combinaciones contrapuntísticas.

Aunque la partitura no posee ningún texto de programa hay comentadores que están de acuerdo en cuanto a la interpretación de los sucesivos episodios : el comienzo en el registro de la cuerda, de los instrumentos de viento y del arpa, evoca el movimiento repetido de los remos de Caronte conduciendo el alma a través de la Estigia. El principio del Dies irae se hace escuchar episódicamente. La atmósfera lúgubre evoluciona hacia una angustia más nerviosa (cromatismo crescendo) mientras que prosigue el balanceo obsesivo de la barca.

La parte central, “tranquilo”, después de algunas figuraciones suaves y apaciguadoras de la cuerda y del clarinete y de un recuerdo del Dies irae en los instrumentos de metal, deja oír un nuevo tema en los violines : es el recuerdo de las alegrías de la vida terrestre, especie de melodía continua cuya pasión se exacerba en una página orquestal de magnifica transparencia e intensidad. Después de una abrupta caída, el largo, deja oír de nuevo, sordamente repetido, el Dies irae, que alterna con un ultimo recuerdo del tema del episodio anterior antes de imponerse definitivamente. En la conclusión volvemos a escuchar el movimiento de los remos, como al comienzo: el barquero vuelve a hacer el camino de retorno.




Concierto para piano nº 3 Op. 30 (1909)

Contexto, composición, estreno
Ocho años y numerosas composiciones, entre las que se encuentran, la Sinfonía n.° 2 (1907), La Sonata para Piano Sonata nº 1 (1908) y el poema sinfónico La Isla de los Muertos (1909), separan la composición de los Conciertos para piano núms 2 y 3.
Los primeros años del período de madurez están marcados por la formación de un estilo individual y maduro basado en la entonación del canto znamenny, la composición de canciones rusas y un estilo de romanticismo europeo tardío. Estas características están claramente expresadas en el famoso Segundo Concierto, Segunda Sinfonía y en los preludios para piano, op. 23.

Algunos autores han visto que a partir del poema sinfónico "La isla de los muertos", el estilo de Rachmaninov se vuelve más complicado, lo que se debe, por un lado, a la apelación a temas del simbolismo y a la modernidad, y, por otro lado, mediante la implementación de los logros de la música moderna: impresionismo, neoclasicismo, y nuevas técnicas orquestales.

El concierto fue compuesta en su mayor parte durante la primavera y otoño de 1909 en la residencia de verano del compositor, Ivanovka, pero su concepción probablemente data de dos o tres años antes. 
Preocupado por su situación financiera, Rachmaninov albergaba la esperanza de una lucrativa gira estadounidense como pianista, para la que tenía en mente un tercer concierto. La partitura estaba dedicada a Josef Hofmann quien, sin embargo, nunca la tocó. Rachmaninov practicó la parte solista endiabladamente difícil en un teclado mudo mientras cruzaba el Atlántico camino de su primera gira norteamericana (1909-1910).

Fue estrenado por el autor el 28 de abril de 1909 en Nueva York, bajo la dirección de Walter Damrosch. Durante la gira fue tocado en varias ocasiones, la segunda interpretación propició la colaboración con una de las leyendas musicales de la época, Gustav Mahler que lo dirigió el 16 de enero de 1910 en el Carnegie Hall de Nueva York con la Filarmónica de Nueva York.
Años más tarde, recordaría así su trabajo con el gran músico austriaco: “Conmovió inmediatamente mi corazón de compositor, consagrándose a mi concierto y ensayando su acompañamiento, que es bastante complicado, hasta la perfección […]. Para Mahler, cada detalle de la partitura era importante, actitud que, por desgracia, no es frecuente en los directores de orquesta.”

El 4 de abril de 1910 presentó este concierto en Rusia, con la Orquesta Filarmónica de Moscú bajo la dirección de Evgueni Plotnikov. Las reacciones de los críticos rusos fueron más cálidas que las de sus homólogos estadounidenses, pero en general los críticos europeos consideraron esta obra más como un magnífico vehículo destinado a enfatizar las cualidades pianísticas de Rachmaninov que como una composición notable en sí misma. Sin embargo, solo unos años después, el éxito del Tercer Concierto había llegado a ser tan grande que incluso una mente segura de sí misma como Prokofiev se sintió intimidada por esta obra y decidió superarla con su aún más gigantesco concierto para piano n.º 2

Casi tan popular como el segundo concierto, tiene unas proporciones mucho más grandes y una factura pianística especialmente cargada, lo que lo convierte en una de las obras más difíciles del repertorio. Profundamente ruso y al mismo tiempo cosmopolita, el tercer concierto se ha visto como la cima de su estilo compositivo y su máxima contribución al género del concierto para piano. Aunque rara vez se tocó en los años inmediatamente posteriores debido a sus desafíos técnicos, después se ha hecho muy popular entre los pianistas.
No es inferior en melodía y frescura de inspiración al Segundo Concierto y lo supera en madurez y firmeza de pensamiento. Según Asafiev, es a partir de esta obra que comienza a tomar forma el "estilo titánico de la música de piano de Rachmaninov.

Contenido y caracteres.
Dentro de sus cuatro conciertos, el Tercero ofrece la mayor complejidad estructural, temática y armónica. Ofrece la expansión y culminación de ideas que ya habían sido presentadas por primera vez en el segundo concierto. 
Con maestría, Rachmaninov llega al punto de transformar los esquemas del concepto tradicional del concierto para piano para acercarlo al esquema sinfónico cíclico. 
Sus armonías más complejas y aventureras, el ritmo extraordinario, a veces incisivo, brutal, la exposición de los temas, la riqueza, variedad y novedades melódicas y toda la estructura del concierto, constituyen una puesta al día del concierto romántico. 
Apenas quedan vestigios del sonido, ambiente y estéticas de los conciertos del siglo XIX. Toda la tradición, las características estructurales, armónicas y texturales del concierto para piano romántico fueron llevado al límite en este trabajo.

El concierto es un monumento a la belleza de la música y al género concierto para piano. Su interpretación reconocida como dificilísima, está dirigida a un virtuosismo brillante pero siempre subordinado al contenido épico y dramático de la obra y no como mero alarde.

Solista-orquesta. A diferencia del fuerte equilibrio entre el solista y la orquesta del Segundo concierto, el Tercero está orientado al solista y se destaca por un enfoque centrado en el piano lleno de materiales virtuoso-interpretativos que por momentos se queda sin apoyo orquestal. No solo hay abundancia de solos de piano fascinantes sino también el propio atractivo de los materiales secundarios tocados por el solista, que gana la atención incluso cuando la orquesta presenta el tema principal.

Orquestación. Mientras que el equilibrio entre el solista y la orquesta puede parecer más desigual en comparación con el Segundo concierto para piano, la orquestación del Tercero transmite el papel de una bella e inteligente conversación, con una interacción frecuente entre el solista y la Orquesta en ese permanente flujo de melodías rusas amplias y melodiosas.

Sergei Prokofiev escribió a propósito del Tercer Concierto: “El nuevo concierto refleja lo mejor del poder creativo de Rachmaninov, sinceridad, sencillez y claridad de pensamiento musical. La fresca inspiración sin pretender el descubrimiento de nuevos caminos; es agudo y conciso, con una orquestación sencilla y brillante. Todas las cualidades que asegurarán tanto el éxito, como el amor perdurable de los músicos y del público.”

Simplicidad se refiere a la orquestación y a cómo el oyente percibe la pieza pues los temas centrados en la tónica de hecho suenan simples y sin esfuerzo para el oído. Sin embargo, en cuanto a la interpretación, el concierto por su polirritmia y la escritura para piano de varias capas es técnica y emocionalmente extremadamente exigente. En realidad, casi todo el concierto cuestiona la noción de simplicidad desde el punto de vista del interprete: desde los temas notablemente largos que tienen varias partes, pasando por las numerosas transiciones y secciones de cierre y un desarrollo armónicamente inestable. Además una cadencia escrita en dos versiones en el primer movimiento así como la sección extendida de ese Scherzo simbólico del segundo movimiento. Toda una diversidad tonal y rítmica a lo largo del concierto comprometen el concepto de simplicidad.

En comparación con el segundo concierto, el Tercero evoluciona a un lenguaje armónico más avanzado: hay una mayor incertidumbre armónica especialmente en el primer movimiento. Y si bien es cierto que la armonía no va más allá de la tonalidad tradicional algunos de los pasajes con sus realces cromáticos y su ambigüedad armónica (especialmente en las secciones de desarrollo) forman nuevas características, que Rachmaninov desarrollará aún más en su cuarto concierto para piano.

Además, la ossia cadenza del primer movimiento es la sección con mayor densidad de texturas entre todas sus obras para piano y orquesta.

También evoluciona sobre el segundo concierto hacia una textura de piano multicapa llena de elementos polirrítmicos. Además, la conexión temática y motívica entre los tres movimientos se hace más evidente acercándolo al ciclo sinfónico. Ciclo sinfónico al que contribuye la introducción en el segundo movimiento de ese modo más rápido en forma de Scherzo simbólico.
El carácter variacional en que discurre el primer movimiento y la transparencia orquestal mayor que la del Segundo Concierto, funciona como preparación de su obra final para piano y orquesta: Rapsodia sobre un tema de Paganini, escrita en 1934.

También están ya presentes en el Tercer concierto el uso económico de los materiales temáticos así como la unión fluida de pasajes construidos sobre un fragmento de las secciones vecinas. Esta economía aún se percibirá más a partir de la primera serie de Études-Tableaux, La Sonata nº 2 y el Concierto nº 4, de forma que los temas melódicos largos, poco a poco se van acortando pues va a priorizar el enfoque melódico fragmentario breve en favor de un dinamismo que podría recordar a veces el estilo compositivo de Prokofiev.

Al desarrollar en su Tercer Concierto los rasgos característicos de su predecesor, y llevarlos a los límites de lo expresivo y del virtuosismo, se puede decir en cierto sentido que el compositor había creado un problema para él mismo: a lo largo de esta ruta había llegado a un punto más allá del cual era difícil avanzar.
Esta podría ser una de las razones por las que Rachmaninov buscó otra cosa y cambió su dirección compositiva y su lenguaje en el cuarto concierto para piano. Las constantes quejas de críticos y músicos sobre su tercer concierto como un concierto complicado física y técnicamente y demasiado exigente, probablemente motivaron en el compositor un cambio estilístico dirigido hacia una mayor simplicidad.

Movimientos.
I Allegro ma non tanto. El primer tema expuesto en el pianista a la octava asombra por su sencillez melódica: se ha visto la influencia de antiguas melodías rusas. Es repetido por la orquesta mientras el piano teje una ornamentación cada vez más brillante. El concierto en re menor comienza con una clara sensación de expectativa; cualquiera, excepto el nuevo oyente, sabe que este modesto pulso pronto desatará una asombrosa oleada de poder y energía. El segundo tema aparece en forma de una melodía lírica en el piano que la desarrollará intensificando su carácter cantante.
El resto de la exposición se basa de nuevo en una serie de accelerandos. Y todo esto es solo una preparación para la colosal acumulación del desarrollo. Esto comienza con una caída en picado para reunir energía antes del ascenso, y en el transcurso de este desarrollo, Rachmaninov se mueve a través de una desconcertante sucesión de diferentes tonos mientras mantiene un control inquebrantable de la trayectoria general (regulada por los bajos, entre el clímax revolucionario y la entrada de la cadencia). El ambiente del concierto ha cambiado del tono tranquilo y nostálgico del comienzo a una catarsis dramática en el desarrollo, donde se respira una sensación de frenesí y misteriosa y de angustiosa inestabilidad.

Entre sus retos para racionalizar la pieza, el autor previó dos versiones para la famosa cadenza : una corriente, la más lograda y otra de acrecentada dificultad gracias a los nutridos acordes que tiene.
Después de su clímax titánico, la cadencia entra en una fase de relajación, sosteniendo fragmentos del tema inicial alternativamente en flauta, oboe, clarinete y trompa, y el movimiento termina con una revisión rápida de todo el material, con los últimos compases marcados acelerando, de acuerdo con el principio estructural fundamental establecido en las fases iniciales.

Intermezzo - Adagio. Como en el Segundo Concierto, el movimiento lento comienza llenando el hueco armónico con el anterior. Este proceso se amplifica enormemente y, una vez más, todas las ideas principales se encuentran en un estado de mayor flujo tonal que sus contrapartes en los conciertos anteriores de Rachmaninov.
Es de muy bella inspiración melódica. La orquesta expone un único y largo tema que es repetido en una serie de variaciones por el piano. Durante éstas el primer movimiento reaparece en la orquesta. La parte central (poco più mosso) es un scherzo. El movimiento final se encadena inmediatamente.

Finale Alla Breve: Son los ritmos lo que predominan, especialmente el ritmo en cabalgada. Una vez más el principio cíclico se reafirma en esta obra con citas de dos temas del primer movimiento.








Preludes Op 32 (1910)

Los Preludios op. 32 fueron escritos en 1910 y muestran a Rachmaninov en la “cúspide de sus poderes compositivos” (Matthew-Walker). Rachmaninov tenía más confianza en este período de su vida. Había estrenado con éxito el Tercer Concierto un año antes en Nueva York y acababa de terminar una de sus obras sacras a gran escala, La Liturgia de San Juan de Crisóstomo, op. 31 (Noris). Este Opus 32 fue escrito muy rápidamente. 
Todo el conjunto se terminó en diecinueve días; a pesar de esto, los preludios son de la más alta calidad. Además de la línea cromática ascendente y descendente característica de Rachmaninov, en varios de ellos se encuentra una figura rítmica siciliana (Ashkenazy). Los Preludios op. 32 son "a menudo más audaces en los desafíos técnicos y estilísticamente más exploratorios" que la obra anterior (Ashkenazy). Estos “poemas sinfónicos en miniatura, poderosamente evocadores” imponen exigencias extremas al intérprete, tanto técnica como musicalmente.

No. 1, in C major/No. 2, in B♭ minor/No. 3, in E major/No. 4, in E minor/ No. 5, in G major/ No. 6, in F minor/ No. 7, in F major/ No. 8, in A minor/ No. 9, in A major

No. 10, in B minor/ No. 11, in B major/ No. 12, in G♯ minor/ No. 13, in D♭ major

Núm. 1 en do mayor. Este preludio introductorio declamatorio es brillante y difícil. Reminiscencia del primer Estudio Trascendental de Liszt. Es similar al Tercer Concierto, con su intrincado cromatismo, interacción entre mayor y menor, flexibilidad de ritmo, texturas complejas y especialmente la secuencia de acordes que aparece al final del preludio (LaMagra 135).

Núm. 2 en si bemol menor. Es de un profundo lirismo posiblemente inspirado en las campanas de Moscú (Matthew-Walker). El motivo reflexivo y “melodioso” que unifica la pieza es un ritmo siciliano (Anderson). Se considera un leit-motiv de esta obra y vuelve a aparecer en varios preludios que siguen. Estos incluyen los Preludios núms. 9, 11 y 13 (Ashkenazy). La textura contrapuntística y la variedad armónica que contiene este preludio aportan interés y movimiento a pesar del carácter monotématico de la obra.

Núm. 3 en mi mayor. Este preludio es una toccata brillante que rechaza cualquier “introspección nostálgica” asociada a la música de Rachmaninoff (Ashkenazy). Junto con los Preludios núm. 4, 6, 8 y 9 es una de las piezas más “ostentosamente dramáticas” de Rachmaninov.

Núm. 4 en mi menor. Es el más largo y polifacético de todos los preludios. Algunos sienten que puede sugerir una inspiración visual o literaria no revelada, comparándose su carácter histriónico con el Scherzo en mi mayor de Chopin (Anderson). Lleno de ideas ingeniosas, contiene variedad de colores, fraseos y sonoridades. Es brillante y extremadamente difícil. La naturaleza técnica de la pieza puede haber causado que su cuidadosa artesanía fuera pasado por alto (LaMagra 152). Junto con los cambios de tempo, desde Allegro con brio hasta Piu vivo, Lento y finalmente Presto, Rachmaninov utiliza cambios de métrica y ritmo.

Núm. 5 en sol mayor. Preludio silencioso y misterioso que contrasta significativamente con el resto del Opus. “Evoca la idílica paz y pureza de los Campos ” y es una “especie de fantasía acorde con el carácter de ciclo de canciones sin palabras que existe en estos últimos preludios” (Ashkenazy). Es otro preludio que es un cuadro musical de la Primavera. Escrito en una forma mucho más simple que la mayoría de los Preludios.

Núm. 6 en fa menorAshkenazy describe la pieza como "tormentosa y trágica, que se sumerge en abismos de desesperación cromática y frenéticamente irregular"

Núm. 7 en Fa mayor. Este preludio ha sido descrito como una canción nocturna sin palabras en un dúo apacible, apoyado por un ritmo regular (Ashkenazy). Es una obra breve, delicada y encantadora que fue compuesta dos semanas después de la finalización del Primer Concierto y contiene música que recuerda su movimiento lento. La obra se publicó originalmente como la primera de las Two Pieces for Cello and Piano, op. 2 (Haylock).

Núm 8 en La menor. Este preludio es un encantadora, "toccata, scherzo" en la tradición de Felix Mendelssohn, un compositor muy admirado por Rachmaninov (Chesky). Se presenta en forma de variaciones de estilo libre, con material temático extraído de los dos primeros compases de la pieza. El cromatismo se usa como una herramienta de embellecimiento más que como base armónica.

nº 9 en la mayor. Preludio misterioso y espiritual. Rachmaninov parece estar más preocupado por el contenido musical que por las demostraciones virtuosas de la técnica (LaMagra 189). La larga línea melódica, la rica textura, la vitalidad rítmica y los adornos inusuales dan a la pieza su carácter emotivo. La pieza es esencialmente un conjunto de variaciones basadas en tres motivos que se encuentran en el primer compás: una línea melódica larga en la mano derecha, la línea de bajo en octavas y el acompañamiento de semicorcheas que consiste en notas dobles y acordes rotos.

nº 10 en si menorRachmaninov reveló que se había inspirado en una pintura del artista suizo Arnold Bocklin, titulada “El regreso”. (Mateo-Walker). Con esto Rachmaninov reconoció que las imágenes visuales se habían convertido en gran parte de su inspiración. Es posible que este "poema sinfónico" sea un precursor del siguiente gran conjunto de piezas para piano que compuso, los Etudes- Tableaux (Matthew-Walker).
Con sonoridades que sugieren motivos parecidos a campanas, es una “canción triste y lúgubre que gradualmente se convierte en un estallido de desesperación trágico e incluso fúnebre a medida que suena un toque remoto en la distancia” (Matthew Walker). Uno de los pocos preludios danzantes de Rachmaninov, exhibe una estructura armónica y rítmica muy flexible (Anderson). Considerado por algunos como el mejor de los veinticuatro preludios, este trabajo desarrolla el motivo siciliano introducido en Opus 32, no. 2. “El breve destello de si mayor dentro de la tonalidad básica de si menor de los últimos tres compases es como un último vistazo conmovedor de todas las cosas amadas y perdidas” (Ashkenazy). Musicalmente desafiante, este preludio muestra la cuidadosa artesanía y la atención al detalle de Rachmaninov (LaMagra 197).

Nº 11 en si mayorLa línea melódica simple de la pieza le ofrece las características de una canción popular (Baylor 6). La obra es monotemática y hace uso de la variedad rítmica como fuente principal de técnica variacional

Núm. 12 en sol sostenido menor. La naturaleza “elegante y brillante” de este preludio presenta una línea melódica larga y vital contra un acompañamiento arpegiado, basado en una quinta abierta (LaMagra 213). Es comparable al Preludio en sol mayor, pero posee una mayor “variedad de estados de ánimo, ideas y color pianístico” (LaMagra 214). En su disertación sobre los preludios de Rachmaninov, Anthony LaMagra afirma que es uno de los mejores preludios con respecto a la artesanía formal y muestra el "dominio natural del color tonal pianístico" de Rachmaninov (212, 214).

Núm 13 en re bemol mayorAshkenazy llama a este preludio un "himno sincero de acción de gracias por la vida misma". Eso es una conclusión adecuada para el conjunto y en realidad recuerda varios de los preludios. Ya en los dos primeros compases se cita el Preludio en Do sostenido menor y se pueden escuchar referencias a él en todo momento. La relación de la tonalidad de este preludio, re bemol mayor, con la tonalidad del preludio más antiguo, do sostenido menor, parece ser deliberada y con ella se ha hecho un círculo completo de tonalidades mayores y menores (Ashkenazy).
La obra consta de una gran forma ABA con una coda, resume técnicas compositivas que Rachmaninov usó en preludios anteriores. Estos incluyen dispositivos unificadores temáticos, rítmicos y armónicos, uso efectivo de todo el teclado, elementos diatónicos y cromáticos, variedades de estados de ánimo y, sobre todo, escritura imaginativa para explotar todas estas cualidades (LaMagra 227-228 ).


Los Études Tableaux. Concepto y significado.

Tal como sugiere el título, los Études Tableaux son poemas sinfónicos miniaturizados, evocaciones de estímulos visuales cuyo programa Rachmaninov declinó narrar en beneficio de la imaginación de su público y de sus intérpretes. El título “estudios de imágenes” aparentemente fue “acuñado” por Rachmaninov. Cada pieza presenta un problema pianístico, en la tradición del estudio. Además de esto, se da a entender una idea musical extra, aunque Rachmaninov se mostró reacio a revelar cualquier programa asociado con los Etudes-Tableaux. “No creo en que el artista revele demasiado de sus imágenes. Que pinten por sí mismos lo que más les sugiera.”

Sin embargo, sabemos que, en 1930, Rachmaninov ofreció a Ottorino Respighi una especie de guía programática o programas inspiradores para que el compositor italiano pudiera orquestar cinco de estos Etudes-Tableaux : El op. 33 nº 4 y el op. 39 nº 2, 6, 7, 9

Los Études Tableaux son una exploración sistemática y multidireccional de las posibilidades cromáticas del piano que tanto han fascinado a los mejores pianistas de la postguerra mundial que siguieron el ejemplo de Vladimir Horowitz, pero que también ha irritado a teóricos y prácticos del maximalismo post-serial y a algunos especialistas en el repertorio pianístico.
Son una efectiva demostración de los recursos del piano. Quizás lo que irrite a los detractores sea que Rachmaninov haya utilizado estas miniaturas preciosistas como el vehículo para sus emociones más íntimas y que la emotividad de estas piezas sea más directa y contundente que la faústica primera sonata o que el arrollador segundo concierto.

Rachmaninov encontró muy difícil escribir los Études-Tableaux después de componer varias obras maestras a gran escala, incluido el Tercer Concierto para piano y la Segunda Sinfonía. Afirmó, “(ellos) presentaban muchos más problemas que una sinfonía o un concierto. Después de todo, decir lo que tienes que decir y decirlo breve, lúcidamente y sin circunloquios sigue siendo el problema más difícil al que se enfrenta el artista creativo.”

Varios Etudes-Tableaux contienen referencias tanto al canto Dies irae: Opus 33, Nº. 1, 4, 5 y Opus 39, Nº. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, como al uso característico de tonos de campana, que se pueden escuchar en Opus 33 Nº 1, 4, 5, 6, 8 y Opus 39 Nº 2, 4, 5, 7, 8 y 9.

Études - Tableaux Op 33 (1911)1.Allegro non troppo (F minor)/2.Allegro (C major)/3.Grave (C minor)/4.Moderato (D minor)/5.Non Allegro—Presto (E♭ minor)/6.Allegro con fuoco (E♭ major)/7.Moderato (G minor)/8.Grave (C♯minor)

Nº 1 en fa menor. Este estudio es una pieza breve parecida a una marcha y consiste en una melodía sostenida en la mano derecha contra una figura de acordes contrastantes que alterna entre ambas manos. Figuras de acordes en forma de campana con saltos amplios y cambios armónicos rápidos. El comienzo asertivo en ritmo de marcha es roto en su aspereza por un delicado tema ondulante de considerable belleza nostálgica

Nº2 en do mayorEl estudio de belleza suplicante, se ve atrapado fluctuando entre los modos mayor y menor. Tiene una calidad nocturna, que contiene "sombras amenazantes y murmullos inquietantes" (Burnett). Una línea melódica larga e intensa va acompañada de una figura arpegiada insistente. Muestra la soberanía de la melodía sobre los apagados acordes y rinde homenaje a Chopin en la suave conclusión

Nº 3 en do menor. Bellísimo estudio que proporcionó material temático para el Cuarto Concierto para piano. Con su carácter demoníaco, “desata suavemente serie de escalas cromáticas y arpegios a partir de los cuales el compositor moldea abrumadoras ondas de puro sonido” (Burnett). Presentado en dos secciones con una la primera sección recuerda a Liszt. Contiene pausas dramáticas y abruptas, hace uso de armonías modales y cromáticas e involucra saltos repentinos con cambios de registro.

Nº 4 en re menor. Este estudio, también publicado póstumamente, se basa en material del primer movimiento de la Primera Sonata para piano y proporciona material rítmico y melódico para la apertura de la canción de Rachmaninov “Krisolov” (Haylock). Una vez más, esta puede ser la razón por la que Rachmaninov no lo publicó. Contiene una figura armónicamente asociada con la trompa, es similar a una marcha e involucra ritmos de conducción y ejecución rápida de acordes (Brady 183). Los compases iniciales proporcionan un único motivo rítmico y melódico sobre el que se construye la pieza.

Nº 5 en mi bemol. Tras una introducción compuesta por dos compases de apertura, marcados non Allegro, es un estudio en "movimiento perpetuo". Su carácter tumultuoso es sugerido por rápidos pasajes de escala cromática, presentados en tresillos de semicorcheas. Estos pasajes están respaldados por un acompañamiento de grandes saltos angulares, que consisten en octavas, notas individuales y acordes. Es uno de los estudios más cromaticamente interesantes, incluido el uso de intervalos disonantes, como séptimas mayores y menores, segundas menores y tritonos. Se utiliza la gama completa del piano, desde el registro más alto hasta el más bajo

Nº 6 en mi bemol mayorContiene similitudes con el Finale del Tercer Concierto para piano y la Toccata del Segundo Concierto de Nicolai Medtner (Tircuit).

Nº 7 en sol menorDe carácter doloroso contiene un acompañamiento continuo de semicorcheas. La sección A es lírica con cambios de registro que a veces sugieren texturas contrapuntísticas. La sección B es similar a una cadencia y utiliza alternancias rápidas de las manos, con pasajes de escala y acordes rotos en notas de treinta segundos. El final consiste en una escala menor armónica en sol ascendente que recuerda el final de la Balada en sol menor de Chopin, excepto que Chopin usa la forma melódica de la escala.

Nº 8 en Do sostenido menor. La introducción de la pieza es dramática e intensa, con reminiscencias del famoso Preludio en do sostenido menor (Brady 198). La sección A repite el material de la introducción y es interrumpida por una cadencia dramática. La sección B es contrapuntística. La sección final contiene elementos de las dos secciones anteriores. La pieza concluye con acordes tónicos de primera inversión repetidos y termina con ambas manos tocando octavas de Do sostenido


Sonata núm. 2 en si bemol menor, op. 36 (1913-revis. 1931)

Comenzó la composición durante una visita que Rachmaninov hizo a Roma, donde había llevado a su familia a pasar una estancia de seis meses, y se completó más tarde cuando regresó a Ivanovka. Fue escrita al mismo tiempo que la sinfonía coral The Bells. El estrenó, en Moscú el 16 de diciembre de 1913, tres días después de haber dirigido la primera representación de “Las Campanas”. De igual forma que la Segunda Sinfonía había eclipsado a la Primera Sonata, “The Bells” se volvió más influyente que la Segunda Sonata.
Mucho más popular que su Primera Sonata, esta Segunda, brinda al intérprete y al público más dramatismo y virtuosismo dentro de una forma más compacta. Además, ha experimentado un renacimiento en los últimos años, se escucha con frecuencia en los principales concursos de piano y es interpretada por los pianistas más conocidos.

Movimientos
Contiene tres movimientos, aunque es esencialmente una obra continua. El segundo movimiento es un breve intermezzo que conecta los dos movimientos más grandes (Norris). A lo largo de la obra se crea una forma cíclica. Esta tradición se encuentra en los Conciertos para piano Tercero y Cuarto.

1- Allegro agitato. Poderoso movimiento tan dramático como virtuoso. La sección central contiene una referencia a las campanas que recuerda a la sinfonía coral The Bells. Después de la recapitulación, el movimiento termina con una “pregunta sin respuesta” que conduce al segundo movimiento. Es un movimiento caleidoscópico y caprichoso: reluce, baila, es pensativo, y se hace eco de las bravuras del Tercer Concierto para piano.

2-Non Allegro-lento. Este movimiento personifica el lirismo exquisito y los clímax apasionados de Rachmaninov. Hay una modulación tiernamente descendente que conecta el primer movimiento con el segundo. Comienza en re mayor y avanza a mi menor, la tonalidad de la sección de apertura. 
Marcada como Lento, esta sección de apertura contiene un tema suavemente melodioso basado en una progresión descendente. Las dulces ensoñaciones del segundo movimiento encantan. Lo describe Robert Matthew-Walker como un vuelo de fantasía (no menciona si se trata de su interpretación visual o la del compositor): "Es un tranquilo día de verano en el sur de Rusia, con las mariposas revoloteando suavemente contra los colores de las rosas inmóviles y las lilas en plena floración, la hierba calentada por la neblina, la tierra llena pero no húmeda bajo los pies". Uno de los movimientos lentos más bellos de Rachmaninov.

3- Allegro molto. El final está lleno de energía y nuevamente hay ecos de las ardientes secciones del Tercer Concierto para piano.

La revisión de la Sonata. 1931

La Segunda Sonata, es menos masiva y se ha hecho más popular que la Primera Sonata. Sin embargo Rachmaninov expresó su descontento con el trabajo original: “Miro mis trabajos anteriores y veo que hay mucho de superfluo.” Después de terminar las Variaciones Corelli, en el verano de 1931, Rachmaninov abordó la revisión radical de su Segunda Sonata. Recortó largos pasajes de lucimiento pianístico, suprimió 120 compases y reescribió totalmente la obra simplificando la textura para evitar que "todas esas voces se movieran simultáneamente y no resultara tan larga"; aproximadamente recortó siete minutos del tiempo de interpretación. 
Asimismo, dotó de mayor unidad estructural a la obra, cuya primera versión daba la impresión de tratarse de una fantasía en un único movimiento.
La música del movimiento de apertura, en la versión revisada, difiere en carácter. Por ejemplo, los pasajes en forma de campana parecen enfatizarse con más fuerza, mientras que las figuras y síncopas más tiernas se equilibran un poco. Pero el carácter esencial del hermoso movimiento central, Non Allegro - Lento se mantiene.

Versión original 11:19/ 7:36/ 7:21.

Versión revisada 8:01/ 5:57/ 5:41.

Las opiniones de críticos e interpretes varían en cuanto a la eficacia de las revisiones. Horowitz, el gran pianista y amigo cercano de Rachmaninov, sintió que la revisión de 1931 era demasiado exhaustiva. Rachmaninov estuvo de acuerdo y le sugirió a Horowitz que hiciera una versión él mismo, lo cual efectuó tras la muerte de Rachmaninov. La versión que Vladimir Horowitz realizó para su propio uso, es una tercera versión, híbrida entre las dos del autor, que nunca dio a la imprenta y que aunque la ha interpretado parece que ¿no se ha grabado en disco.?

Robert Matthew-Walker sugiere que algunos pianistas se sienten más atraídos por la primera versión. Lo cierto es que se interpreta más, la versión revisada que se ha convertido al igual que el Primer Concierto revisado en una obra maestra.



Lugansky,  sigue en gran medida el original de 1913, pero incluye muchos pasajes de la versión de 1931 ; Kocsis toca la versión original de 1913



Sonata No. 2 op. 36 ( Version 1931, Ivo Pogorelich) Personal versión que supera los 29 minutos


Études Tableaux Op 39 (1916-17)

1.Allegro agitato (C minor)/2.Lento assai (A minor)/3.Allegro molto (F♯ minor) 4.Allegro assai (B minor)/5.Appassionato (E♭ minor)/6.Allegro (A minor)
7.Lento lugubre (C minor)/8.Allegro moderato (D minor)/9.Allegro moderato. Tempo di marcia (D major)

El segundo conjunto de Études-Tableaux, compuesto entre septiembre de 1916 y febrero de 1917, es mucho más exigente para el intérprete que el primero. Estas piezas son “virtuosas en extremo”. Algunas de las demandas técnicas contenidas en ellos requieren posiciones de manos no convencionales, saltos amplios para los dedos y una tremenda fuerza física por parte del interprete. Además de las dificultades técnicas, el estado de ánimo individual y el carácter apasionado de cada pieza presentan problemas musicales que tienden a “impedir su interpretación por cualquiera, excepto por aquellos que poseen una técnica tremendamente virtuosa” (Matthew-Walker).

En el Op. 39, Rachmaninov se preocupa menos por la melodía pura que por el color. Su estilo a veces casi impresionista encajaba perfectamente con los textos de poetas simbolistas. Más allá de los desafíos técnicos, el interprete debe jugar con una gama considerable de emociones, y luego unificar todos estos aspectos.

Los Etudes-Tableaux fueron las últimas obras que compuso Rachmaninov en Rusia. El biógrafo de Rachmaninov: Robert Matthew-Walker escribe que el Opus 39 pone un fin virtual a la tradición del siglo XIX de piezas virtuosas de los grandes compositores y pianistas.”
Afirma además que el Opus 39 es un “conjunto oculto de variaciones sobre la idea fija del compositor, el Dies irae, particularmente en los primeros cinco”. Agrega que en estas composiciones Rachmaninov parece estar escribiendo menos en la tradición rusa y más en la tradición de Europa Central y del Este.

Toda la colección contiene una intensa vida rítmica propia. Se utiliza un lenguaje armónico diferente que incluye armonías modales que pueden compararse con el del Tercer Concierto. La escritura característica de Rachmaninov, a veces “viril y autoritaria, a veces sutil y sobria, es un aspecto que también asegura la inmortalidad de su música”

Nº 1 en do menor

Este estudio “plantea prácticamente todas las dificultades que un pianista virtuoso es capaz de superar” (Burnett). Contiene una breve referencia a la idea fija, el canto Dies irae, antes de la sección final. Es una de las composiciones más cromáticas de Rachmaninov.

Nº 2 en la menor

Para ayudar a Resphigi a orquestar esta obra, Rachmaninov le dio a este Estudio el subtítulo “El mar y las gaviotas” (Tircuit). Es una obra dramática de naturaleza desolada que recuerda inmediatamente la Isla de los Muertos y que contiene una referencia característica a las campanas (Brady 203). Está construido con fuentes melódicas a partir de tres motivos. Se basa en el canto e idea fija del Dies irae que se convierte en un ostinato a lo largo de la pieza. A la tranquila sección A le sigue una sección B que es más contrapuntística y rítmica. El final es suave y poético. Tanto el piano original de Rachmaninov como la orquestación de Respighi son poderosos y evocadores.

Nº 3 en fa sostenido menor

Este estudio tiene el “brillo de una toccata” (Haylock). Extremadamente difícil, con pasajes fragmentados de notas dobles que consisten en octavas e intervalos más pequeños que se alternan en movimiento contrario. Posiblemente inspirado en el Etude op 10 núm. 7 de Chopin, es uno de los muchos estudios que Rachmaninov escribió utilizando notas dobles. Este trabajo se considera uno de los estudios técnicamente más exigentes.

Nº 4 en si menor

Es parecido a un scherzo y con frecuencia ha sido etiquetado como humoreske (Darrell). Contiene un fuerte impulso rítmico y utiliza un ritmo común a muchas de las obras de Rachmaninov, que consta de dos semicorcheas seguidas de una corchea.

Nº 5 en mi bemol menor

Es uno de los estudios más populares. Su línea melódica “melancólica”, “eslava” es característica del compositor y comunica la cualidad “apasionada” de su obra (Crociata). Inspirado en Scriabin, es uno de los estudios más ricos tanto melódica como armónicamente. La joya de la colección es este expansivo Estudio como un lóbrego poema sinfónico con temas épicos superpuestos según la gran tradición dramática.

Nº 6 en la menor

La inspiración de Rachmaninov revelada a Respighi para su orquestación fue el cuento de Caperucita Roja. Los acordes de piano bruscos y pesados de apertura seguramente sugieren al lobo y la pequeña heroína quejumbrosa. (Darrel)
La introducción consta de escalas cromáticas y acordes de tónica repetidos. La sección A sigue con patrones de acordes rotos staccato en semicorcheas. Este pasaje se alterna con el material de la introducción. La sección central se abre con breves motivos que contienen sugerencias del tema Dies irae. La pieza termina con las figuras de la escala cromática que se escuchan en la introducción.

Nº 7 en do menor.

Aquí, la visión que ofreció Rachmaninov a Respighi para la orquestación: “Permítanme detenerme en esto un momento más. Estoy seguro de que no se burlarán de los caprichos de un compositor. El tema inicial es una marcha fúnebre. El otro tema representa el canto de un coro, comenzando con el movimiento en semicorcheas [corcheas] en do menor y un poco más adelante en mi menor, que sugiere una lluvia fina, incesante y desesperanzada. Este movimiento se desarrolla culminando en do menor con las campanadas de una iglesia.
El final vuelve al primer tema, una marcha. La imaginación podría sugerir el funeral de un gran hombre, los dolientes se encuentran encorvados contra la lluvia. El piano insinúa todo esto y la orquestación imaginativa de Respighi parece corroborar tal imagen.
El 14 de abril, a la edad de cuarenta y tres años, Alexander Scriabin murió de envenenamiento de la sangre, resultado trágico de un accidente trivial. Años después Rachmaninov recordó los detalles más minuciosos del funeral de Scriabin, la lluvia, la multitud, la lluvia que caía sobre el ataúd y sobre la tumba fresca, y la decisión ese día de dedicar su recital y la gira de la próxima temporada a las obras para piano de Scriabin. El motivo de este estudio, marcado como lamentoso, es similar a algunos de los escritos por Scriabin. Otras similitudes entre este trabajo y las composiciones de Scriabin, son el estado de ánimo oscuro, el cromatismo intenso, los temas de lamentos y los cambios rítmicos y dinámicos repentinos (Brady 221).

N. 8 en re menor

Se trata de un estudio lírico y expresivo en notas dobles de textura contrapuntística.

Nº 9 en re mayor

La orquestación de Respighi del nº 9 se basó en la visualización de Rachmaninov de este último Estudio como una especie de marcha oriental y quizás un recinto ferial y, nuevamente, el piano original evoca también esa escena.
Exigente técnicamente en extremo, requiere fuerza y resistencia. De carácter heroico, con un final apropiado para los estudios (Brady 229). Está construido sobre un único motivo rítmico. Es una síntesis dramática de toda la colección, un formidable tour de force para terminar el recorrido por el maravilloso mundo de las miniaturas de nuestro tierno hombre impasible.

Respighi orquestó cuatro de los nueve Op. 39 (2,6,7,9) y el nº 4 del Op 33.

1-La Mer et les mouettes (op.39 n.2)

2-La Foire (op.33 n.4)

3-Marche funèbre (op.39 n.7)

4-Le Chaperon rouge et le loup (op.39 n.6)

5-Marche (op.39 n.9)


Después de los nueve Études - Tableaux Op 39, Rachmaninov compuso tres obras breves en 1917, ninguna de las cuales se publicó en ese momento. (The Oriental Sketch, Prelude in D minor y Fragments.)
Corresponden a los meses de inestabilidad y desorden que siguieron a la Revolución de febrero, cuando Rachmaninov se dio cuenta de que sus perspectivas de futuro eran cada vez más sombrías si permanecía en Rusia. No importa cuán justamente condujera los asuntos de su patrimonio, ahora se encontraba "en el lado equivocado de la historia". Los problemas y el vandalismo comenzaron a aparecer en su propiedad en febrero, justo después de la abdicación del zar Nicolás II, y ya no había ninguna posibilidad de reversión o apaciguamiento después de la Revolución bolchevique de octubre. En diciembre, salía de Rusia con su familia para no volver jamás.

The Oriental Sketch es una pieza enérgica, como una toccata. También la única de las tres obras que interpretó Rachmaninov: la estrenó en 1931. El título un tanto inapropiado fue añadido por el editor, lo que llevó al amigo de Rachmaninov, el violinista Fritz Kreisler, a decir ingeniosamente que debería haberse llamado “The Orient Express”. El movimiento incesante de la locomotora alude en efecto al género ferroviario explorado por los primeros modernistas y le da más elegancia y profundidad a esta pieza.


Es fácil imaginar que la amenazante oscuridad del Preludio en re menor (publicado póstumamente en 1973) fue la reacción del compositor ante los hechos revolucionarios. La pieza alude a las disonancias chirriantes del preludio en la menor de Chopin, que conocía íntimamente. Los espeluznantes acordes avanzan lenta y distraídamente al principio, pero, a medida que ganan impulso, comienza a surgir una danza espeluznante que se disipa antes de que pueda despegar y vuelven las sombrías cavilaciones.


Su penúltima obra para piano (antes de las Variaciones Corelli 1931) es Fragmentos. El título es potencialmente engañoso; la pieza no es fragmentaria, y el título ruso “Oskolki” significa “fragmentos” en el sentido de fragmentos, de espejos rotos, por ejemplo. Una bella y pacífica pieza dominada por una impresionista atmósfera triste y nostálgica.



TERCER PERIODO : TARDÍO. El EXILIO

Rachmaninov abandonó Rusia después del triunfo de la Revolución tras la confiscación de sus propiedades. Aprovechando una gira de conciertos por Suecia, el 23 de diciembre de 1917 la familia Rachmaninov tomó el tren para Estocolmo vía Finlandia y se convirtieron en exiliados. 
Un año de estancia en Suecia sirvió para lograr un respiro económico durante el que pudo reflexionar y tomar decisiones para el futuro. Las mejores ofertas procedían de Estados Unidos, y el 10 de noviembre de 1918 los Rachmaninov desembarcaban en Nueva York. En Estados Unidos, Sergei Rachmaninov llegó a lograr y un éxito como pocas veces a alcanzado un extranjero. Es interesante como algunos llegaron a adoptarlo como compositor estadounidense.
Se vio abocado a relanzar su carrera de pianista que le obligó a mantener una actividad frenética y a sacrificar la composición, que sólo pudo retomar esporádicamente para escribir cinco obras maestras: el Cuarto concierto (1926), Las Variaciones sobre un tema de Corelli (1931), La Rapsodia sobre un tema de Paganini (1934), la Tercera sinfonía (1940) y las extraordinarias Danzas sinfónicas (1941). A cambio, el público norteamericano pudo disfrutar de uno de los pianistas más espectaculares que hayan existido jamás.

De las casi 50 obras que había compuesto Rachmaninov en el periodo ruso pasamos a una escasez de obras en el tercer período, cuyas causas reiteramos:

-Una salud quebrantada que le hacía sentirse viejo antes de tiempo. "Cuando más envejecemos, más perdemos esa divina confianza en nosotros mismos y menor es el número de esos momentos en que creemos que es bueno todo cuanto hemos hecho"
-Las abundantes giras en su carrera como pianista. Las obras originales para piano dan paso ahora a revisiones de sus composiciones pianísticas y a transcripciones de obras anteriores y de otros compositores. Su escritura para piano se vuelve ahora más económica e introvertida sin perder un ápice de brillantez. (Revisión del Op 3)
-La nostalgia de su patria: confesó: "un músico que ha perdido sus raíces musicales, sus tradiciones y su tierra natal no tiene deseos de crear" unido al trauma general de la posguerra, sin duda jugó un papel clave en esta parón. "Existe una carga que quizá la edad haya puesto sobre mis hombros. Más pesada que ninguna otra, me era desconocida en la juventud. Esta carga es que no tengo patria. Tuve que dejar la tierra donde había nacido, donde pasé mis años juveniles, donde luché y donde sufrí todos los dolores que supone tener que abrirse paso, y donde logré, por fin, el éxito. Todo el mundo está abierto para mí, y el éxito me aguarda en todas partes. Sólo un lugar permanece inaccesible, y ese lugar es mi propio país: Rusia."
-También entraron en juego factores más realistas. Rachmaninov en Estados Unidos, se ve privado de la vida relativamente privilegiada de la que había estado rodeado. Habría de enfrentarse a su carrera de concertista y lograr su subsistencia y la de su familia.

El período tardío está marcado por una originalidad excepcional. El lenguaje de Rachmaninov adquiere en estos últimos años una suma los elementos estilísticos diversos, a veces opuestos: las tradiciones de la música rusa, los aires de jazz y del arte de variedades de los años treinta, el canto litúrgico (znamenny), el estilo virtuoso del siglo XIX y la incorporación del áspero sonido del modernismo del siglo XX.
En la misma heterogeneidad de estos rasgos estilísticos radica un significado también filosófico: el absurdo, la crueldad del mundo moderno, la pérdida de valores espirituales.

Las obras de este período tienen un simbolismo misterioso. El último trabajo de Rachmaninov, Symphonic Dances (1940), encarna todas estas características. Algún autor ha comparado el significado de la novela de M. Bulgakov "El maestro y Margarita", como radiografía de las debilidades humanas, con estas Danzas.
En algunas de estas obras, en especial en la Rapsodia sobre un Tema de Paganini y en la Tercera sinfonía conjuga los aires de la música norteamericana con su estilo personal ruso, así también en el segundo movimiento del cuarto concierto.

Rasgo característico principal de sus últimas seis obras es un audaz lenguaje armónico con modulaciones frecuentes, bastante a menudo a una tonalidad lejana, así como una simplicidad en la forma, texturas y estructura de las obras y un nuevo y más moderno uso de los timbres por el contacto con la música americana. La inclinación a usar melodías más cortas, texturas más delgadas y optar por un compacto tamaño de composición ya venía surgiendo antes de 1917.

Las Variaciones sobre un tema de Corelli muestran una claridad de textura combinada con un uso de la armonía cromática y una nueva incisividad rítmica. Esto sería característico también de sus obras posteriores. Algunas de sus melodías más bellas (nostálgicas y melancólicas) ocurren en la Tercera Sinfonía y en la Rapsodia sobre un tema de Paganini y en las Danzas sinfónicas.

Cuarto Concierto para piano en sol menor Op 40 (1926 - Revis. 1941)

Fue estrenado por el autor el 18 de marzo de 1927 en Finlandia bajo la dirección de Leopold Stokowski. Los temas del concierto fueron anotados antes de salir de Rusia. Parece que empezó a trabajar en él al mismo tiempo o incluso antes de la revisión de su Concierto nº 1 en 1917. 
Los primeros bocetos del concierto probablemente datan de 1914. En la versión revisada del primer concierto hay muchas de las características estilísticas del segundo y tercer concierto pero el Concierto nº 4 se mueve hacia la simplicidad y la transparencia que es típica a las últimas obras de Rachmaninov. La obra fue acabada en 1926 después de nueve años de silencio compositivo, cuando finalmente, Rachmaninov logró tomarse un año sabático, renunciando a todos las giras de sus conciertos. 
Le resultó más difícil poner en práctica sus ideas para este nuevo concierto. Por un lado, tuvo que volver a aprender el hábito de componer y, por otro lado, estaba lo suficientemente influenciado por el espíritu de la época como para mirar con cierto recelo su propia grandeza natural. (Esta actitud ya se había manifestado en ciertos cortes que hizo en su Concierto nº 3 y en la revisión de la Sonata para piano n.° 2 durante 1931).
Dada la larga brecha compositiva después de su última obra (los Études-Tableaux, Op. 39, compuestos en 1916), la crítica y el público en general tenía grandes expectativas puestas en la nueva pieza, que, sin embargo, fue recibida con cierto grado de indiferencia. Fue uno de los raros fracasos de Rachmaninov en su madurez.

Revisiones
Influido por las críticas, Rachmaninov decidió revisar el concierto el mismo año cortando 114 compases e introduciendo importantes cambios en las partes orquestales y de piano. Le llevó un mes y medio de duro trabajo terminar las correcciones y enviarlo para su publicación. Sin embargo, incluso la versión revisada, interpretada por primera vez en 1929 en Londres, no obtuvo la abrumadora aprobación del público y de la crítica. Después de volver a tocarla al año siguiente, Rachmaninov abandonó la pieza hasta el verano de 1941 cuando hizo sus revisiones finales. Desde entonces se ha ejecutado siempre en su versión definitiva.

Sin embargo, a diferencia de las otras dos composiciones revisadas (Concierto para piano n.° 1 y Sonata para piano n.° 2), las dos revisiones del cuarto concierto (1928 y 1941) no muestran ningún desarrollo posterior en la obra de Rachmaninov en su estilo de escritura. La revisión del Concierto para piano n.º 4, no altera su esencia y se centra principalmente en la estructura, y en ciertos refinamientos, que tuvo en cuenta a partir de sugerencias de sus colegas y amigos.
El cuarto concierto está marcado por las primeras influencias sufridas por Rachmaninov al contacto con la música occidental del siglo XX, con reminiscencias de la música que se hacía en los EEUU.
El Concierto n.° 4 ha sido a menudo ignorado a lo largo de los años. Pero no hay duda de que las últimas obras maestras de Rachmaninov, la Rapsodia sobre un tema de Paganini y las Danzas sinfónicas, habrían sido inconcebibles sin el Cuarto Concierto.

La obra está dedicada al compositor Nicolai Medtner, amigo de Rachmaninov y en este concierto, Rachmaninov se muestra tan ruso como cosmopolita.

En el cuarto concierto para piano el estilo musical y el enfoque compositivo de Rachmaninov se aleja de las tradiciones del romanticismo para abordar una coyuntura más fresca y novedosa. Los temas son más breves, las modulaciones armónicas, avanzadas y audaces y una diversidad rítmica se hace cargo de los materiales principales y secundarios. 
Estas tendencias compositivas ya comenzaron a aparecer en 1911 en el primer conjunto de Études Tableaux Op. 33, más desarrollado en La Sonata para piano nº 2, op. 36 y quedó firmemente arraigado en sus composiciones posteriores, incluyendo el concierto para piano n.° 4. 
Sin embargo, la simplificación de las texturas y de los materiales orquestales y pianísticos introducidos en el cuarto concierto son una nueva característica. Las múltiples voces secundarias que realzaban en gran medida la estructura del concierto para piano núm. 2 y 3, de la Sonata para piano No. 2 y de los Études Tableaux, fueron reemplazadas en el Cuarto concierto por una sola melodía ligeramente acompañada por la mano izquierda del solista o de la orquesta

Movimientos
Allegro Vivace - Alla Breve: un arpegio ascendente de la orquesta precede la entrada del solista. Por un lado, incluye una de las entradas más inspiradas de todo el repertorio de conciertos, el piano apareciendo en la cresta de una ola.
La idea más interesante es el segundo tema, cuya melodía elegiaca es una de las mas bellas inspiraciones del Rachmaninov en esta obra.

El Largo cita el motivo de una cancioncita inglesa (Three Blind mice) un guiño al publico anglosajón interesante por su armonía muy elaborada. Donde se deja notar la infuencia de la música americana. (Espiritual negro)

El final Allegro Vivace, es un vivo contraste entre un dinamismo y una rítmica visiblemente debidas a Prokofiev, con momentos en los que las tintas se oscurecen y en los que la vitalidad cede el sitio a una introspección.
Una cita al primer movimiento confirma una vez más la ligazón a las formas cíclicas. El cuarto concierto ha sido activamente defendido por algunos interpretes como Arturo Benedetti - Michelangeli



Three Russian Songs para coro y orquesta Op 41 (1927)

Las tres canciones rusas, op. 41 (Trois Chansons Russes ; Tri Russkie Pesni ) para coro y orquesta fueron escritas en 1926. Es la última de las tres obras de Rachmaninov para coro y orquesta.
Las Tres canciones rusas fueron dedicadas a Leopold Stokowski, quien dirigió la primera actuación en Filadelfia el 18 de marzo de 1927.
Las canciones están escritas solo para contraltos y bajos, y se cantan principalmente al unísono. La orquestación es bastante nutrida
El tratamiento de estas canciones ciertamente revela una gran nostalgia por su tierra natal y es una de las pocas obras de en las que recurrió a temas verdaderamente folclóricos, interpretándolos de una manera única e inusual.

En la corriente; Oh Vanka compañero temerario; Mis mejillas tan blancas sonrosadas.

Variations on a Theme of Corelli Op 42 (1931)

Catorce años después de haber escrito los Estudios Tableaux op. 39, Rachmaninov aborda el que sería su último trabajo para piano solo. Se estrenó en Montreal el 12 de octubre de 1931. Su biógrafo, Oskar von Riesemann, escribió sobre el estreno en Nueva York de esta obra: “Las Variaciones Corelli pueden reclamar un lugar de honor entre las mejores y más famosas variaciones, como las de Beethoven, Schumann y Brahms.” Nunca unas variaciones se habían vuelto tan solemnes y dramáticas como en manos de Rachmaninov.

Las Variaciones sobre un tema Corelli son un conjunto de veinte variaciones sobre el tema de la Follia, una danza portuguesa o española. El tema de la Follia no fue creado por Corelli sino que ese motivo de danza ha servido de base a numerosos obras y variaciones de compositores, desde J.S Bach, Geminiani hasta Scarlatti. Rachmaninov lo atribuyó a Corelli por el uso que éste hizo del tema en su Sonata para violín Op 5 nº 12. A su vez Rachmaninov sobre el tema incluye algunas notas cromáticas y cambia el tiempo de Corelli de Adagio a Andante.

Estructura: “Las veinte variaciones están concebidas como una unidad, con un intermezzo, de hecho una cadencia, antes de que la decimocuarta variación y las rápidas variaciones finales conduzcan a una suave coda” (Anderson).
Las primeras trece variaciones están todas en re menor. A éstas les sigue un Intermezzo que precede a dos hermosas variaciones que modulan hasta re bemol mayor. Mientras que las últimas cinco rápidas variaciones antes de la coda, retornan a la tonalidad original de re menor. Esas dos variaciones en re bemol mayor constituyen como ha señalado Matthew Walker, el corazón emocional de la obra.

En las Variaciones Corelli, Rachmaninov redescubre su potencial compositivo tras la relativa falta de éxito de su Cuarto concierto y, en más de un aspecto, esta obra sucinta y directa le sirvió de ejercicio preparatorio para la Rapsodia sobre un tema de Paganini, compuesta tres años después. 
Organizadas en una sólida estructura lógica, los ritmos son aún más vitales que en sus obras más maduras (por ejemplo, en la incisiva variación nº 5, con sus frecuentes cambios de indicación de compás) y las armonías son más osadas, más punzantes, particularmente en los lentos nºs 3, 8 y 9 y en la magistral modulación de re menor a re bemol mayor en la variación nº 14 tras la suave turbulencia del Intermezzo.

Menos complejas que las Variaciones sobre un tema de Chopin op. 22, muestran sin embargo un tratamiento armónico mucho más imaginativo. En esta última contribución al piano, basada en el famoso tema ibérico de la folia, Rachmaninov se nos muestra como un compositor imaginativo y pletórico de recursos capaz de crear una tanda de episodios dotados de inusual belleza e individualidad y de incardinarlos en un clima de libertad armónica y rítmica sin precedentes en su obra.

Las Variaciones Corelli es la composición que mejor escenifica las emociones y el estilo tardíos de Rachmaninov. Un periodo en el que aunque el compositor se mantuvo fiel a sí mismo, sin embargo llevó a cabo una reducción del exceso, tanto en la emotividad como en la densidad de su música” (Dubal 388).

Características de las Variaciones sobre un tema de Corelli
-La melancolía casi siempre acompañó a la música de Rachmaninov pero tal vez nunca de forma tan implacable como en estas Variaciones. Es una de sus obras maestras escritas para piano y una de las más impresionantes variaciones que se han escrito. El tema de Corelli impresionó fuertemente al compositor, se enamoró del tema.
-Se dice que hay una leyenda que está unida a esta melodía, según la cual un pastor estaba perdidamente enamorado sin obtener reciprocidad por su amor y estaba tan desconsolado que decidió suicidarse y se arrojó al vacío desde una roca. La melancolía del tema de la Follia y la leyenda trágica que le acompaña, atrajeron mucho a Rachmaninov especialmente en esa etapa de su vida en la que se sentía especialmente triste y aislado de su patria a la que extrañaba mucho. Todo el conjunto de tema musical y tragedia llevó a Rachmaninov a la composición de estas variaciones impresionantes.
-Las variaciones Corelli son el exponente más representativo del estilo y del pensamiento musical tardío de Rachmaninov. 
Los autores que han estudiado a Rachmaninov suelen establecer varios etapas o periodos en su obra no siempre con la claridad y la sencillez con la que nos la muestra el gran pianista Vladimir Ashkenazy para el cual todo se reduce a una distinción muy llamativa. 
Según Ashkenazy la gran diferencia está entre la música que escribió en Rusia y la que escribió después de su exilio en EEUU.

Según Ashkenazy, buena parte de la música que compuso estando en Rusia está colmada de pasión, y también de algo muy característico suyo, tristeza y melancolía pero siempre se trata de una música que sale del corazón del Rachmaninov con extraordinaria generosidad. 
Ofrece al mundo todo lo que tiene. Es una música extrovertida ocupada en cantar las cosas más hermosas de la vida. Es una música en la que se adivina hasta que punto el compositor desea compartir con otros su afecto y disfrute por la vida y el publico respondió clamorosamente a esta música: (Especialmente, su Segundo Concierto para piano, su segunda Sinfonía, el Tercer concierto y así sucesivamente en las obras que compuso en Rusia)
Sin embargo cuando escuchamos sus escasos seis pero extraordinarios últimos trabajos compuestos fuera de Rusia nos encontramos a un Rachmaninov retirándose de la vida y de su vida de compositor. Especialmente significativas de este pensamiento y de este periodo son las Variaciones Corelli. En ellas como en ninguna otra obra de sus últimos años, Rachmaninov se repliega en si mismo. De la extroversión de sus obras compuestas en Rusia pasa a la introversión en el exilio.

De acuerdo con Ashkenazy Rachmaninov expresa sus estados de animo en la armonía. Toda su producción se vierte en una increíble armonía. La armonía fue su don natural. Un regalo como pocos han recibido. Era muy inventivo e ingenioso en ese terreno. También en la armonía de las Variaciones Corelli se refleja el cambio de su periodo ruso a su periodo en el exilio.
La armonía de las obras compuesta en Rusia en su periodo temprano y medio, es abierta y expansiva , mientras en las Variaciones Corelli, que son otro milagro de la armonía, sin embargo la armonía se cierra, se contrae, se complica y se vuelve cada vez más oscura. Lo que se explica por el estado de ánimo del compositor en su ultimo periodo. El corazón de este hombre en pleno apogeo de su carrera como interprete, aclamado mundialmente, se volvía paradójicamente cada vez más oscuro. Por ejemplo intentó componer una música más alegre como en el final de su Tercera Sinfonía pero no funcionó del todo, al no tratarse de una alegría espontánea. (Ashkenazy)
Cuando escuchamos su música temprana y del periodo intermedio su linea melódica y armónica se encaminan ambas en el deseo de abrirse y de darlo todo, en una línea expansiva y abierta (Conciertos nº 2 y 3, Segunda Sinfonía). Pero cuando escuchamos pasajes de su música tardía, como por ejemplo la melodía central del segundo movimiento de la tercera sinfonía o todo su primer movimiento o la parte central de las Danzas Sinfónicas, escuchamos que sucede todo lo contrario: Su música ya no se eleva ni se abre sino que pareciera que la música se estuviera cerrando y oscureciendo. Esa nueva actitud introvertida de las Variaciones Corelli y de las obras tardías no es otra cosa que el movimiento natural de la vida compositor que no se atreve a dar más o no quiere dar más. (Ashkenazy)

Aspectos técnicos y musicales de las Variaciones Corelli
Las Variaciones Corelli no son el típico conjunto clásico de variaciones sobre un tema. Se ha señalado que estas variaciones son más bien una metamorfosis del tema mismo de Corelli porque Rachmaninov vio, sintió y asimiló, lo especial y lo dramático de esa melodía. (Se enamoró) del potencial que tenía el tema de la Follia hasta el punto de componer una obra maestra.
Estas Variaciones, o gradual metamorfosis de un tema, son de una riqueza extraordinaria en la técnica y en el ánimo de la música. Hay variaciones rápidas y lentas, hay juegos, galopes y parodias, ironía y sarcasmo, tal vez hasta hay gatos que corren por el teclado, hay calidez pero también hay hielo y muerte. Especialmente importantes son las variaciones lentas porque a través de la lenta melodía, el compositor con su intuición y su fuerte sentido artístico interno nos lleva de vuelta a la melancolía del tema principal todo el tiempo entre este drama y el impulso las variaciones rápidas.

Hacia el corazón de las variaciones Corelli ( Variation 14 y 15)

Después de trece variaciones algunas trepidantes llegamos a un Intermezzo de marcado carácter oriental y melancólico. 
A continuación del Intermezzo, Rachmaninov con una maravillosa inventiva nos devuelve de nuevo a la melodía del tema de Corelli en la Variation XIV; pero nos la devuelve por unos momentos en la tonalidad mayor. Es el único episodio de tonalidad mayor en esta hermosa Variación XIV: como si hubiera por unos momentos un atisbo de esperanza aunque realmente no la hay; consigue envolvernos en una sensación de calidez pero al final de esa breve secuencia, Rachmaninov nos trae de vuelta al hielo congelado de la melodía original, al cambiar magistralmente a la tonalidad de re menor. 
A continuación, en la Variación 15 ocurre un toque de lirismo, un pequeño episodio que no surge para demostrarnos lo hermosa que es la vida. No es la intención ni eran las necesidades internas de la vida del compositor en ese momento. Él no se sentía así. Es tan solo un episodio cálido y conmovedor pero aislado, íntimo y encerrado en si mismo, sin ninguna posibilidad de abrirse y contagiar pasión por la vida.

En términos muy generales, las variaciones presentan una estructura sólida con un primer conjunto rápido de variaciones hasta llegar a un episodio muy lento y largo que comienza con el Intermezzo y que se prolonga en la variación XIV y en ese episodio lírico de la variación XV. A continuación de esas dos variaciones tranquilas, la obra nos sumerge en un conjunto rápido de cinco variaciones que retornan a re menor, la obra atraviesa la tragedia y el drama hasta llevarnos de vuelta en la coda final muy elocuente y dramática a terminar escuchando de nuevo la melodía del tema de Corelli que termina con un profundo pesar.
En cierto modo en las Variaciones Corelli, Rachmaninov nos da la biografía de su vida, lo trágica y lo desesperada que era en ese momento. En cierto modo aunque ya no pueda ofrecernos aquella generosidad expansiva como lo hizo en su período inicial y medio continua en estas Variaciones, compartiendo sus pensamientos más íntimos con nosotros.
De la tragedia del amante de una leyenda surge la tragedia de la vida de un hombre y de un hombre maravilloso. Tal vez las Variaciones Corelli sea la composición más elocuente de Rachmaninov y la más reveladora de sus sentimientos más íntimos.



Rhapsody on a Theme of Paganini Op 43 (1934)

Después de completar su gira de conciertos en 1934, ocho años después de la composición de su Concierto para piano n° 4, Rachmaninov comenzó su último trabajo para piano y orquesta, después de tres años de silencio desde la revisión de su segunda sonata para piano y la finalización de las Variaciones sobre un tema de Corelli en 1931. 
Antes de comenzar la composición de la Rapsodia en su casa de verano de Suiza, Villa Senar, pidió a su secretario y corresponsal ruso Yevgeni Somov que le enviara decenas de ejemplares de la Vigilia Nocturna y dos óperas de Rimsky-Korsakov. Rachmaninov confiesa su admiración por Rimsky-Korsakov diciendo: "Solo con leer una partitura de Rimsky-Korsakov me pongo de mejor humor, cada vez que me siento inquieto o triste.”

Fue estrenada por el autor el 7 de noviembre de 1934 en Baltimore bajo la dirección de Leopold Stokowski.

El manuscrito de la Rapsodia está firmado por Rachmaninov de la siguiente forma: “3 de julio–18 de agosto 1934, Senar, Alabado sea Dios”. Las mismas palabras que también usa al final de su Liturgia de San Juan Crisóstomo, de la Sinfonía No. 3 y de las Danzas Sinfónicas. El uso de esa frase en ruso, es un equivalente a la frase en inglés “Gracias a Dios” en un contexto donde es más un suspiro de alivio por haber terminado el trabajo que una alabanza al Señor en sentido religioso.

La obra es un ciclo de 24 variaciones sobre un tema del Capricho número 24 para violín de Paganini Op 1 que también ha inspirado a otros compositores como Franz Liszt, Brahms, Szymanowski o Lutoslawski. Aunque puede parecer arriesgado escribir unas variaciones sobre el tema de Paganini después de haberlo hecho de Liszt y Brahms, Rachmaninov ya había experimentado en el género de las variaciones: las Chopin y las Corelli.

Rachmaninov también jugó con el titulo de la obra. Inicialmente llamó a la nueva composición, Variaciones sinfónicas sobre un tema de Paganini como se menciona en la carta que le escribió a su cuñada Sofia Satina. Después en una carta dirigida a un buen amigo le dice “hace dos semanas terminé una nueva pieza: se llama Fantasía para piano y orquesta en forma de variaciones de un tema de Paganini (el mismo tema para el que Liszt y Brahms escribieron variaciones)” Finalmente se estrenaron como Rapsodía sobre un tema de Paganini, a pesar de que esta Rapsodia es una de las obras menos rapsódicas y más cuidadosamente construidas que jamás se hayan escrito, al mismo tiempo que es la colección de variaciones más disciplinada, más inventiva, y sorprendentemente hermosa y sensual como jamás haya existido.

Naturaleza de las Variaciones Paganini
Se ha debatido acerca de su forma, acerca de lo que son estas Variaciones. Ya sea intencionalmente o no, Rachmaninov crea una forma híbrida en esta composición que combina elementos de diferentes géneros : La mayoría de autores creen ver tres partes en la Rapsodia, incluido Rachmaninov
Aún queda la duda de si se trata de un concierto en tres movimientos o es una forma sonata de tres partes con la sección central de desarrollo

Los conciertos para piano tercero y segundo también ofrecieron algún tipo de híbrido que combinaba el enfoque sinfónico con la forma sonata
Aunque la mayoría se inclinan a ver en la Rapsodía el Quinto concierto para piano y orquesta, parece que Rachmaninov fue aún más lejos al cruzar en ella cuatro géneros diferentes en uno solo:
a) fantasía/rapsodia, b) sonata/concierto, C) doble variación y poema sinfónico), lo que constituye una de las originalidades de esta popular obra.

Sin duda esta obra excepcional permitió a Rachmaninov reconectarse con el lenguaje musical concertante que había dejado veinte años antes con una nueva perspectiva y un moderno espíritu creativo despojado de la grandilocuencia de emociones.

La grandeza de esta hermosa obra también está en ser un homenaje a la tradición pero aportando una combinación inteligente de antiguas y nuevas soluciones estilísticas. De la mezcla de lo nuevo y lo viejo surge la Rapsodia que refleja la progresión de su lenguaje musical a lo largo de los años con un nuevo enfoque más económico en texturas, en el tratamiento de los materiales musicales, en la fragmentación de los temas principales, con una orquestación más transparente y más ligera en línea con el lenguaje compositivo de Rachmaninov de sus últimos años.

Rachmaninov combina las características de sus trabajos anteriores, (Cantos ortodoxos, campanas, el Dies irae, el cromatismo y la tradicional forma de la variación), un sabor intensamente ruso, con la implementación de elementos contemporáneos (uso elegante de armonías de jazz y de aires de música americana no muy lejos de Gershwin, sobre todo en la variación doce).

Las Variaciones son quizás una de sus obras más armónicamente simples alejadas de la complejidad estructural y armónica de sus Concierto para piano números 2 a 4, de las las Sonatas para piano o de los Etudes Tableaux. La Rapsodía no es sofisticada en comparación con sus anteriores obras para piano y orquesta.

Estructura.
El ciclo comienza con una variación que precede a la exposición del tema. Las variaciones pueden reagruparse en tres categorías, con algunas subdivisiones.

Las 10 primeras, son de movimiento rápido y corresponden globalmente a un Allegro de concierto. La escritura es afinada y nerviosa. En la Séptima variación los coloridos cambian y se ensombrecen : aparece el tema del Dies irae medieval que resuena en el piano superpuesto con el tema del Capricho, tocado en la orquesta.

Las variaciones octava, novena y décima son más dramáticas y violentas y el Dies irae vuelve en la décima variación.

La número once, se acelera en las variaciones trece a quince (ésta última Scherzando) para luego tranquilizarse a continuación y alcanzar una expansión lírica típica de Rachmaninov (re bemol mayor en la famosa variación número dieciocho.)

A partir de la variación 19, comienza el final, vivo, ritmado, primero ligero y más adelante poderoso. El Dies irae vuelve a la orquesta en la última variación. La Rapsodia sobre un tema de Paganini es una obra de enorme densidad y gran fuerza dramática equiparable en este sentido a sus Conciertos nº 2 y 3

Sinfonía nº 3 Op 44 (1935-36). Revis. 1938

En el verano de 1935, durante un intervalo entre las temporadas de conciertos, comenzó a trabajar en una tercera sinfonía, pero solo escribió dos movimientos antes de tener que comenzar a practicar nuevamente para la siguiente ronda agotadora de conciertos. Regresó en junio de 1936 a su villa de Lucerna, escribiendo el final de la partitura. Fue estrenada el 6 de noviembre del mismo año en Filadelfia, bajo la dirección de Leopoldo Stokowski. Después de la Isla de los Muertos (1909) es la primera obra de Rachmaninov para orquesta sola. También su penúltima obra a la que seguirán las Danzas Sinfónicas en 1940.

Consta de tres movimientos. Su orquesta es muy nutrida (incorpora celesta, dos arpas, xilófono y abundante percusión) con la que Rachmaninov sobre todo buscaba y consiguió, no tanto efectos en masa, sino una mayor diversificación de sonoridades.

Rachmaninov se sintió decepcionado por lo que llamó su recepción "agria". Comentó bastante amargamente en una entrevista de prensa: Cuando tocaron por primera vez mi primera sinfonía, dijeron que era terrible. Luego, cuando se interpretó mi segunda, dijeron que la primera era buena, pero que la segunda era regular. Ahora que se ha interpretado la tercera, dicen que mi primera y segunda son buenas, pero que mi tercera …. ¡¡oh, bueno, cómo ustedes ven, así es esto !!

La tercera sinfonía no es menos lírica o dramática que las obras anteriores de Rachmaninov. Está impregnada de un estado de anhelo angustioso, en contraste con el optimismo radiante de la segunda sinfonía. Y es que los últimos años de Rachmaninov se vieron ensombrecidos por la preocupación financiera, el exceso de trabajo, la creciente mala salud y, sobre todo, la nostalgia. En 1930 dijo en una entrevista concedida en Londres:

Hay una carga más pesada para mí que cualquier otra; es que no tengo patria. Tuve que dejar la tierra donde nací, donde luché y sufrí todas las penas de los jóvenes, y donde finalmente logré el éxito. El mundo entero está abierto para mí y el éxito me espera en todas partes. Solo un lugar está cerrado para mí, y ese es mi propio país, Rusia.

De hecho, no solo la propia Rusia estaba cerrada a Rachmaninov, sino que, a fines de la década de 1930, el régimen soviético prohibió su música, por lo que el público ruso contemporáneo no pudo escuchar lo que se ha llamado "la última gran expresión de la tradición sinfónica romántica rusa"

Movimientos.

Lento-Allegro moderado: El lento introduce el lema-tema de la Sinfonía que será el tema cíclico de la sinfonía inspirado en antiguas melodías religiosas. El primer tema del Allegro es el más marcadamente ruso con su mezcla de frescura y de melancolía. Rápidamente se une al segundo tema, una melodía noble y lírica cantada por los cellos y que es la idea dominante del movimiento.

A lo largo del movimiento no deja notarse una atmósfera nerviosa, inquieta y por momentos crispada. El movimiento abunda en esos contrastes de tensión melancolía - inquietud, de expansión y de introversión.

Adagio non trompo. Comienza con el tema cíclico en la trompa. El tema es una larga y bella melodía que va progresando en las diferentes familias instrumentales. Después de algunos acentos dolorosos e inquietos la primera parte evoluciona hacia cierto tono sentimental a la americana. La parte central, es un Scherzo recio y enérgico con efectos orquestales y armónicos que podrían recordar a Prokofiev.

Allegro. El frenesí popular y de danza puede recordar a Borodin. Reaparece el tema cíclico y el tema del Dies irae

La Tercera sinfonía es mucho menos conocida que la Segunda, pero sobre todo sus dos primeros movimientos son de una belleza extraordinaria, de una gran riqueza de color. Al igual que las variaciones Corelli, nos muestran muchos momentos de esa actitud de repliegue e intimísimo, del compositor. Mucho menos expansiva y abierta que la de la Segunda Sinfonía. Además nos ofrece una visión bastante completa del último estilo de Rachmaninov, cuyo lenguaje mezcla una moderna energía rítmica con el romanticismo y que se había enriquecido con la aportación de la música americana y moderna si bien permanece siempre el estilo personal y perfectamente reconocible de Rachmaninov.




Symphonic Dances Op 45 (1940)

Rachmaninov comenzó a trabajar en las Danzas sinfónicas, descritas por él como su "última chispa", a fines del verano de 1940. 
Originalmente las concibió como música para un nuevo ballet de su amigo, el coreógrafo Mikhael Fokin. La muerte de éste, el 22 de agosto puso fin abruptamente al plan. 
Originalmente la obra fue compuesta para dos pianos pero el deseo de Rachmaninov de terminar la orquestación de la obra se vio acrecentado por el hecho de que la temporada de conciertos de 1940-41 ya estaba en marcha. Rachmaninov escribió al director Eugene Ormandy (1899-1985) en agosto: “La semana pasada terminé una nueva pieza sinfónica, que naturalmente quiero darte primero a ti y a tu orquesta. Se llama Bailes Fantásticos. Ahora comenzaré la orquestación. Desafortunadamente, mi gira de conciertos comienza el 14 de octubre. Tengo que practicar mucho y no sé si podré terminar la orquestación antes de noviembre.

Fueron estrenadas en Filadelfia el 3 de enero de 1941 bajo la dirección de Eugène Ormandy. Es la última obra de Rachmaninov, escrita tres años antes de su muerte. En su origen el titulo iba a ser el de Danzas Fantásticas y los movimientos llevaba los títulos siguientes: el Día, el Crepúsculo y Medianoche. Pero Rachmaninov decidió suprimirlos. Una parte de la música está sacada del un ballet inacabado, los escitas, comenzado en 1915.

Al igual que las demás obras del último periodo, las Danzas Sinfónicas manifiestan un lenguaje relativamente moderno junto a una expansión lírica siempre presente en la obra del compositor. La orquesta es muy nutrida y la orquestación moderna, con toda la percusión al completo.

Las Danzas Sinfónicas abundan en enérgicas secciones rítmicas. Las armonías más exuberantes del compositor se combinan también con las más audaces y con avanzados recursos tímbricos que otorgan al conjunto una gran modernidad. Esta vivacidad rítmica, es una característica del estilo tardío de Rachmaninov. Si esto es ser conservador, retrógado y románticamente trasnochado yo me apunto a todo eso. Además de las Variaciones Corelli, la popular Rapsodia Paganini, las Danzas Sinfónicas son otra obra maestra del periodo.

Movimientos
1º- Non Allegro: Comienza con un motivo vibrante de tres notas que se abre camino a través de la orquesta, desde instrumentos de viento de madera hasta cuerdas y metales, repitiendo, descendiendo, ascendiendo, culminando en una proclamación de el tema en las cuerdas, acompañado de pandereta. La sección media lenta se desarrolla con una bella melodía expansiva en el saxofón alto, que recuerda la nostalgia de su tierra natal, pronto retomada con calidez y pasión por las cuerdas. Después de un regreso al material principal, el tema central se recuerda brevemente a medida que el movimiento llega a un final silencioso.

2º- Andante con moto - tempo di valse: Todo el movimiento está animado por un conjunto de pulsaciones intencionadamente heterogéneas que crean una sensación de conflicto. Combinaciones de armonías y timbres recuerdan la música francesa (Debussy y la valse de Ravel)

3º-Lento Assai - Allegro vivace: Exclamaciones y sonidos de campanas, seguido de una carrera jadeante nos conducen a la aparición del Dies irae, tema que como sabemos tenía hechizado a Rachmaninov y que vuelve con variantes rítmicas y armonizaciones diversas. Al Dies irae le responde otro tema religioso tomado de la liturgia ortodoxa (“bendito seas Señor” de las Vísperas), un episodio que hace surgir la imagen del Rachmaninov más tradicional postromántico. En la parte final ambos temas religiosos se afrontan con una poderosa orquestación, reforzada por la percusión.





Conclusiones acerca de su obra

Especialmente con su Segundo Concierto para piano, su segunda Sinfonía, el Tercer concierto y así sucesivamente en las obras que compuso en Rusia, Rachmaninov se consagra como un gran compositor. 
Buena parte de la música que compuso estando en Rusia está colmada de pasión, también de algo muy característico suyo, tristeza y melancolía pero siempre es una música que sale del corazón del Rachmaninov con extraordinaria generosidad. Ofrece al mundo todo lo que tiene. Es una música extrovertida ocupada en cantar las cosas más hermosas de la vida. Es una música en la que se adivina hasta que punto el compositor desea compartir con otros su afecto y disfrute por la vida y el publico respondió clamorosamente a esta música. 
La gente se identificaba y se identifica hoy con ese pensamiento musical conmovedor y cautivador, pues la gente en general ama la vida. Sin duda por eso su música sigue viva. 
Sin embargo cuando escuchamos sus escasos pero extraordinarios últimos trabajos compuestos fuera de Rusia nos encontramos a un Rachmaninov retirándose de la vida y de su vida de compositor. Especialmente significativas de este pensamiento y de este periodo son las Variaciones Corelli. Rachmaninov se repliega en si mismo. De la extroversión de sus obras compuestas en Rusia pasa a la introversión en el exilio.

Toda su música es esencialmente rusa porque fue uno de los compositores más rusos. Posiblemente es compositor más ruso. Más ruso que el más ruso del grupo de los 5. La esencia rusa de su música no resta un ápice a su universalidad.

Rachmaninov era además un hombre de carácter aristocrático (no de cuna) y al mismo tiempo un hombre modesto. El siempre decía que escribía su música simplemente con la esperanza de que diera placer a los demás y nunca se puso en la fila de los más grandes compositores. 
Su música aun vive. No todo lo que sucede en el arte perdura por las razones correctas pero su música está con nosotros por las razones correctas. La música de Rachmaninov y su arte perduran como perdura toda música que tiene mucho que decir.

No se trata de algo difícil de entender pero si es enormemente difícil de conseguir. No es otra cosa que el intento del compositor de expresar algo esencial a lo largo de la vida y no hay duda de que Rachmaninov lo hizo: con su persona, con el compromiso, con su arte. 
Con todo lo que sabemos sobre su vida, nos lleva a vislumbrar que su objetivo en la vida era la expresión de lo esencial de nuestra existencia (el amor y el dolor, la vida y la muerte) cuestiones importantes para nuestras vidas. 
Sus puntos más fuertes son su música generosa, su disfrute de la vida, entregarse a ella y luego, al mismo tiempo, el miedo a la muerte, el miedo a la tristeza, el miedo a la oscuridad. Todos son elementos esenciales también para nuestras vidas y Rachmaninov lo expresó con verdadera elocuencia a través de la música.

La cuestión no es si fue o no fue uno de los mejores compositores del mundo. Desde el punto de vista estrictamente musical en la labor creativa esto carece de importancia. Todo eso pierde importancia frente al intento, en este caso logrado, de expresar musicalmente lo esencial de nuestra vida, de ese intento de identificarse con la vida y de expresarlo con una singularidad excepcional como lo hace su música. De la vida y de la muerte es de lo que trata el arte.

Se ha señalado con frecuencia que Rachmaninov contribuyó con generosidad a la literatura para piano pero sin renovación alguna ni avance alguno en este terreno. Tampoco sería esta la cuestión si nos sumergimos en el fenómeno estrictamente musical y en el proceso creativo de un artista. 
La poca renovación que se le achaca y cual fuera la contribución a la literatura para piano son cuestiones que ocupan al historiador, al musicólogo, al crítico, al investigador pero no son algo esencial al fenómeno musical. 

Avances, retrocesos , innovaciones, tradición, vanguardia no aportan gran cosa realmente al fenómeno estrictamente musical y al proceso intimo, individual y creativo del compositor: más percusivo, menos percusivo, más melódico menos melódico, más acordes menos acordes. Más o menos disonante. Continuará siendo un misterio sin resolver afortunadamente para el músico y un misterio a investigar por el estudioso. 
El creador no sabe lo que es el avance, no piensa en ese modo. Rachmaninov utilizó el piano no para el lucimiento, aunque hay un enorme brillo cuando compone y cuando interpreta, sino que lo usó como medio de expresión y su estilo agrade o no agrade no va en otra linea que en esa.


Fuentes para las entradas de Rachmaninov

Webgrafía.

Obras para piano solo

*http://www.musicweb-international.com/classrev/2005/may05/Rachmaninov_Shelley_CDS44041-8.htm

* https://www.march.es/es/madrid/rachmaninov-skriabin-obra-para-piano

* Variaciones Corelli. Entrevista a Vladimir Ashkenazy previa al concierto sobre las Variaciones Corelli y otros aspectos de Rachmaninov en Youtube

* https://www.youtube.com/watch?v=xEHh84Ptvaw

* THE FLORIDA STATE UNIVERSITY SCHOOL OF MUSIC AN ANNOTATED CATALOGUE OF THE MAJOR PIANO WORKS OF SERGEI RACHMANINOFF By ANGELA GLOVER A Treatise submitted to the School of Music in partial fulfillment of the requirements for the degree of Doctor of Music.

Aspectos generales: Contextos, Biografía, obras, evolución de estilo al hilo de los conciertos para piano y  de la Rapsodia sobre un tema de Paganini

* RE-ASSESSING RACHMANINOFF’S LEGACY: THE PIANO CONCERTOS AND EVOLUTION OF HIS MUSICAL STYLE . Varazdat Khachatryan MMus Submitted for the qualification of PhD Technological University Dublin Conservatoire Supervisors: Dr Mark Fitzgerald and Dr David Mooney.
https://arrow.tudublin.ie/cgi/viewcontent.cgi?article=1008&context=aaconmusdiss

* Los antimodernos (Fundación Juan March)
https://www.march.es/es/madrid/antimodernos

* Conociendo a Rachmaninov
http://filomusica.com/filo9/cristi.html

* Rachmaninoff: un artista de “acero y oro
https://www.manueldefalla.com/pdfs/pdf130316114315_132.pdf

* La evolución del estilo pianístico de Rachmaninov de 1892 a 194
https://drum.lib.umd.edu/handle/1903/12944

* Sergei Rachmaninov: vida y obra creativa
https://gigafox.ru/es/pregnancy-planning/sergei-rahmaninov-zhizn-i-genialnoe-tvorchestvo-zhiznennyi-i-tvorcheskii/

*¿ En que estilo escribió Rachmaninov ?
https://status--lady-ru.translate.goog/en/v-kakom-stile-pisal-rahmaninov-sergei-rahmaninov-kratkaya.html?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc
* https://hmong.es/wiki/Rachmaninov

* EL EXTRATERRESTRE: SERGEI VASYLEVICH RACHMANINOFF
https://filomusica.com/filo18/ginast.html

Conciertos para piano 

*https://www.citadelle-fr.com/musique/serguei-rachmaninov/serguei-rachmaninov

* https://enriquedeburgos.wordpress.com/2021/02/13/rachmaninov-concierto-para-piano-2/

* https://conciertoseneldelibes.wordpress.com/2016/04/20/rachmaninov-concierto-para-piano-no-1/

* https://classicalexburns.com/2021/01/24/sergei-rachmaninov-piano-concerto-no-1-a-youthful-adventure/

Los Cuatro Conciertos de Rachmaninov ( Hyperion )

* https://www.hyperion-records.co.uk/dc.asp?dc=D_CDA67501/2

Canciones

* https://uy.perish.info/1333-rachmaninovs-romances-history-video-content-interest.html

* https://www.chandos.net/chanimages/Booklets/OD1207.pdf

* https://moscsp.ru/

* https://rupkatha.com/V13/n1/v13n144.pdf

* http://www.musicweb-international.com/classrev/2000/june00/rachmaninovsongs.htm

* Análisis interpretativo de seis canciones Op 38. Laura Camila Realpe Espinosa.

Música Sinfónica

https://es.laphil.com/musicdb/pieces/3935/symphony-no-2

https://www.hyperion-records.co.uk/

https://www.allmusic.com/album/

https://en.wikipedia.org/wiki/Symphony_No._1_(Rachmaninoff)

Bibliografía.

* Grandes Compositores. Harold C. Schonberg P. 643-658

* La Música del Siglo XX Robert P. Morgan P.129 - 131

* Guía de la Música Sinfónica - François-René Tranchefort


histoclasica@gmail.com