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jueves, 21 de abril de 2022

Stravinsky: El periodo ruso durante su estancia en Suiza

Refugio en el Cantón suizo de Vaud (1914-1919)

La guerra se ha extendido por todo occidente. Suiza aunque país neutral no se salva de los inconvenientes e incluso de la miseria, también aquí llegan las restricciones. Las relaciones postales con el exterior se ha hecho difíciles y casi están suprimidas. Paulatinamente un sentimiento de angustia y alejamiento aqueja a sus habitantes.
Stravinsky se ve privado de las comodidades, de la vida teatral, de las recepciones mundanas y se sumerge en la calma de la vida rural. Durante estos años errará entre Clarens, Salvan y Morgues en búsqueda del refugio apropiado.

LLeva en su corazón la nostalgia de su lejana Rusia y quizá para compensar su exilio suizo se sumerge profundamente en los textos y poesías populares y en los materiales folclóricos, que rescató en Kiev como quien salva un tesoro de una catástrofe. Las saborea y se impregna de ese sabor a terruño.
Ellos le inspiraron una serie de composiciones como, por ejemplo, las tres canciones Pribaoutki (1914), la ópera de cámara Renard (1916), las escenas coreográficas que llevan por título Las bodas (compuesta en 1917, aunque la partitura instrumental definitiva, realizada para cuatro pianos y percusión no sería completa da hasta 1923) y La Historia de un soldado de 1918.

En los años suizos antes del inicio de los nuevos desarrollos que se sucedieron en Francia, Stravinsky había comenzado a moverse hacia un lenguaje composicional más económico que huía de las grandes proporciones y de los enormes conjuntos instrumentales que aparecían en sus tres importantes Ballets escritos antes de la guerra.

Las obras compuestas en estos años utilizan conjuntos musicales poco numerosos y se caracterizan por desarrollar un estilo musical reducido a lo más esencial. Musicalmente estos trabajos conservan algunas características que aparecían ya en sus primeros ballets. 
Aunque las referencias específicas de la música folclórica rusa no aparecen, el material melódico aún conserva cierto sabor folclórico y Stravinsky continúa utilizando ideas melódicas fragmentadas que se repiten de forma incesante con modificaciones rítmicas que, aunque pequeñas, son muy significativas. Los ostinatos aún figuran de un modo importante y el desarrollo formal se alcanza por medio de técnicas de simplificación típicas de Stravinsky. Sin embargo, las diferencias con respecto a sus primeras obras se pueden apreciar fácilmente. La concepción total ha sido radicalmente reducida; las texturas se han simplificado y los procesos de desarrollo se han comprimido: Un tono de luz y humor es a menudo evidente, produciendo así un efecto muy diferente al producido por la primitiva intensidad de La Consagración o de la sofisticación poco natural y elegancia superficial de Petrushka.

Nueva concepción de la escena y el teatro

Una parte especialmente significativa de su producción que data de sus años de estancia en Suiza, fueron una serie de obras innovadoras compuestas para teatro que incluían: representación, pantomima, canciones, baile y narración. Estas obras, al no tener correspondencia con ningún otro genero anterior, establecieron una nueva forma de música propia del teatro contemporáneo que intentó desmitificar y despersonalizar la acción dramática y hacerla menos realista y más estilizada y ritualista.

En Las Bodas y en Historia de un Soldado los instrumentos se colocan en el escenario, a la vista del público, pero en La “Historia”, un narrador sirve para distanciar al público de la acción. En Renard y en Las Bodas los cantantes se sitúan con la orquesta y no representan a ningún personaje en concreto, sino que se van moviendo de un papel a otro; a veces las voces femeninas corresponden a papeles masculinos, y viceversa. Resulta difícil imaginar un mayor rechazo hacia las tendencias realistas de la ópera y del drama del siglo XX.

Las obras del periodo Suizo mantienen las raíces rusas

Los Pribaoutki, canciones graciosas: para cuarteto de viento combinado con un cuarteto de cuerda y textos de Ramuz. (1914)

Tío Kornilo”; “La pequeña Natalia ”; “el coronel se va de caza” y “el viejo y la liebre.”


En estas melodías, el cariz es totalmente nuevo, abandona los oropeles orientales de la ópera el Ruiseñor por los colores de las telas campesinas y el ambiente de los vendedores ambulantes.
En Suiza Stravinsky encuentra Charles Ferdinand Ramuz, poeta y escritor suizo en lengua francesa. Su amistad con Ramuz será providencial en sus obras de estos años. Ramuz se convierte en el traductor, el amigo, el confidente de las inquietudes y amarguras de estos años sombríos. Los Pribaoutki, además del perfume de la tierra campesina, sirvieron al compositor como banco de pruebas técnicas a una de las piezas cumbres de su arte, Las Bodas.

Las Bodas. Les Noces (1914-23)

Stravinsky llevaba tiempo acariciando al idea de escribir una cantata sobre unas bodas en el campo. Rusia había de suministrar abundante material en forma de canciones populares, todavía vivientes en el campo o publicadas en recopilaciones folclóricas.
Fue un trabajo de larga duración. Empezado en 1914 no alcanzaría su instrumentación definitiva hasta 1923. La música fue terminada en 1917 por lo que la obra se vincula a su periodo suizo al igual que otras obras escritas en éste periodo. Durante los tres primeros años del conflicto mundial, la ocupación dominante de Stravinsky fue revivir estampas de su país.

El tema de la Bodas es simple, se refiere a los preparativos de una ceremonia de bodas pueblerina. En una isla de Ucrania, los personajes reúnen los caracteres de la vida del campesino : La novia y el novio, padres, madres y abuelos por una parte; por otra la multitud de tíos, tías, primos, amigos, vecinos llegados de todas partes, atraídos por el aliciente de una buena comilona. Asistimos al peinado de la novia, al momento en que el novio pide a sus padres que lo bendigan, al momento en que la novia se despide de la casa paterna, al ágape en el que se reúnen las dos familias y finalmente al cortejo que acompaña a la pareja a su morada conyugal.

Consta de Cuatro cuadros:

Primero - La Trenza. las muchachas parlotean alrededor de la novia, Timofevna, la peinan y engalanan para la fiesta.

Segundo - En casa del novio

Tercero - La Salida de la novia

Cuarto - La Comida de bodas. El más desarrollado de los cuatro.

La acción es doble puesto que por un lado está la agitación alegre de los juegos, de la burlas y de la comida que contrasta con la gravedad de los prometidos, de Timofevna sobre todo, que viene a ser la hermana dolorosa de la Elegida en la Consagración de la primavera. 
En este caso es ofrecida en holocausto no a la primavera naciente sino a lo desconocido, a toda la angustia de la vida. 
El amor no interviene en esta union, negociada entre las familias. “Borrachin, vocifera uno de los invitados, a lo largo del festín, por un vaso de vino has vendido a tu hija”
La tristeza de la separación, de todo un pasado hermoso que no volverá nunca más le dan a este cuadro de ruidoso alborozo un toque sombrío. El momento conmovedor al final de las Bodas cuando la puerta de la cámara nupcial se cierra tras los jóvenes esposos, el padre siente de repente el vacío de su hogar y se queda allí solo, con su pena infinita mientras terminada la fiesta el tañido de las campanas expira en silencio. Este solo de bajo se relaciona con otro: el lamento de la novia que abre la partitura.

La Forma. En cuanto a la forma, la obra escapa a toda definición. Fueron presentadas por primera vez como una sucesión de escenas coreografías. Pero en la mente del autor había algo más que simple música de ballet. No se encuentra nada que recuerde a la concepción de La Consagración y Petrushka, ni elemento narrativo como en el Pájaro de Fuego. Las Bodas, al basarse en el desarrollo de formas sonoras, se inscribe entre las obras de música pura.

Cierto que existe un texto y por tanto un tema literario pero el texto solo sirve de soporte a la voz y la mayoría de las veces aparece desprovisto de todo sentido lógico. La superposición de las partes vocales indican que el autor no se preocupó en absoluto de la inteligibilidad del texto.

Tampoco es posible ver una cantata o un oratorio que son formas donde los fragmentos están separados unos de otros por arias, recitativos…y que exponen una acción dramática. Nada de esto ocurre en Las Bodas donde las cuatro escenas se encadenan en un continuo resurgir de melodías hasta el final. Si prescindimos de la cuarentena de temas de este fresco sonoro y nos fijamos solo en el ritmo sentimos que podemos estar muy cerca del motor que propulsa los Conciertos de Brandenburgo de Bach.

Las Bodas aparece bajo la forma de una serie de variaciones realizadas sobre un mismo principio rítmico : una pulsación siempre igual, comparable al movimiento de un reloj bien ajustado.
Verborrea incesante, breves duraciones de las sílabas. Los ritmos que se superponen y replican, se entrecruzan con las voces del coro o de los solistas y las de la orquesta. De todo ello resulta una polifonía de incomparable riqueza. Para describir el bullicio de la fiesta se utilizan todos los recursos ofrecidos por la politonalidad y la polirritmia.

Las Bodas, son un ramillete de canciones, una profusión de cantos sin relación aparente intercaladas en el barullo general. 
Es difícil de decir cuales están tomadas del autentico folclore y cuales son debidas a la invención de Stravinsky, tanta es la habilidad con que restituye el aire familiar que las une. 
Evoca siglos lejanos, una Rusia muy antigua en los comienzos del cristianismo surge de estos cantos robustos, algunos de un ritmo muy primitivo y de la utilización de escalas arcaicas. La pureza de la línea de estas melodías ignora las leyes de la armonía tradicional. Aquí una de las grandes lecciones de Las Bodas: se desprende de todo intento de representar, para realizar en virtud de las formas musicales, la transfiguración de lo real. Estando formada esta obra por esa sucesión de canciones, alcanza las más altas cumbres de la música pura. La profusión de sus temas, sus ritmos, riqueza de combinaciones polifónicas realiza la famosa reflexión de Stravinsky : “Tenemos un deber para con la música, inventarla.”

Instrumentación de las Bodas

En ninguna obra trabajó tanto Stravinsky como en Les Noces. Las dificultades que encontraba eran de instrumentación. Acabó por destruir lo escrito hasta dos veces. Antes de hallar la definitiva composición para los instrumentos en 1923, estuvo buscando durante largo tiempo, sin embrago la solución no podía estar más cerca.

He aquí la descripción que hace Ramuz del escritorio de trabajo del compositor: “El tapizado de la pared era de un azul insólito, casi de colada; le daba a uno la impresión de hallarse dentro de un cubo tallado dentro de un glaciar. La mesa de trabajo parecía la mesa de instrumentos de un cirujano. Encima se alineaban toda una serie de botellitas con tintas de los más variados colores, cada una de las cuales desempeñaba un papel especial en el momento de la creación artística. Había además gomas de borrar de distintas clases y formas, así como un gran surtido de brillantes instrumentos de acero: tiralíneas, borradores, cortaplumas y un rodillo para trazar los pentagramas, inventando por el propio Stravinsky.

Ese conjunto le recordaba a uno la definición de Santo Tomas: “La belleza es el esplendor del orden”

Cada una de las diferentes paginas de la partitura estaba escrita con un color diferente : el azul, el verde y el rojo, así como dos clases de negro (negro normal y tinta china) tenían cada cual su significado, su finalidad y utilidad: un color para las notas, otro para el texto, un tercero para la traducción, otro para el titulo y otro distinto para las acotaciones musicales. Las líneas de los compases estaban trazadas con regla. Nos reuníamos casi diariamente en ese gabinete, que dominaba todo el jardín y en el que estábamos rodeados de tamboriles, tambores, bombos y toda clase de instrumentos de percusión.”

Todo aquello no puede caracterizar mejor la música de Les Noces.

Las preocupaciones por encontrar un tratamiento orquestal de reducción y pureza extremas culminan en les Noces. El mismo Stravinsky explica la sorprendente solución: “vi claramente que en mi obra el elemento vocal, es decir respiratorio, estaría mejor sostenido por un conjunto compuesto únicamente por dos grupos de instrumentos de percusión, incluyendo cuatro pianos. Instrumentos de sonoridad determinada y por otra parte también de diferentes timbres y registros, instrumentos que no dan notas parecidas.” Stravinsky estiliza así al máximo la materia sonora.

La parte vocal está dedicada a soprano, mezzosoprano, tenor, y bajo solistas y coro mixto.

Todas estas innovaciones que se remontan más o menos a les Noces, hacen de esta obra una de más importantes en la historia del timbre y del arte de la instrumentación.
Fue dedicada a Diaghilev y no se estrenó hasta 1923 en Paris. Con tal representación termina el trabajo conjunto de estos dos grandes artistas. Sus caminos se separarían pero Stravinsky no olvidará jamás que fue Diaghilev quien lo introdujo en Europa occidental. Juntos habían escrito un capitulo de la historia de la música.





Escapadas de Stravinsky : Roma y Paris.

Para romper con el aislamiento que le abrumaba, Stravinsky se decide a franquear la frontera suiza siempre instigado por Diaghilev. En el invierno de 1915-16 llega a casa de su amigo en Roma y le presenta Las Tres Piezas fáciles para piano (Marcha, Vals y Polca). Entre bromas los dos amigos acaban interpretando las piezas y olvidan sus preocupaciones.


Realmente las cosas no iban bien para los dos amigos. Stravinsky tiene que costear la repatriación de su madre y los subsidios que le llegan de Rusia apenas pueden cubrir las necesidades de su familia: su mujer, de salud delicada afectada por tuberculosis y las de sus cuatro hijos. Diaghilev ha visto dispersada su compañía de ballets. Cualquier otro se hubiera desanimado ante la dificultad de reconstituir una compañía, liberar a Nijinsky y a su mujer de un campo de concentración y reunir todo lo necesario para unas representaciones en EEUU. Pero Diaghilev con su energía lo consiguió y el 1 de enero de 1916 toda la compañía se disponía a cruzar el océano.

Stravinsky viaja a París y aprovecha para reunirse con algunos amigos. Una de sus visitas fue a la Princesa Edmond de Polignac. El proyecto de una nueva obra que ya había empezado a escribir cayó en gracia a la Princesa y contó con su apoyo financiero. Stravinsky regresa a Suiza para acometer Renard de inspiración totalmente distinta a la ópera del Ruiseñor.

En torno a dos obras maestras, Renard, ya empezada y Las Bodas en pleno desarrollo, Stravinsky compone una serie de pequeñas obras cuyo omisión comprometería la comprensión de obras posteriores.

La Segunda colección para piano a cuatro manos, titulada Cinco piezas fáciles. (1916-17)

Se trata de retratos, de una estilización de canciones y bailes contemporáneos. Nos preguntamos si acaso Frescobaldi y Couperin ante las danzas de su época (allemandas, Gallairdes, Bourrées y Gigues ) no hicieron lo mismo y con su talento, convirtieron, estilizaron esas formas vulgares, llevándolas al nivel de grandes obras y enriqueciendo el panorama de la música instrumental.

Con las Cinco Piezas de esta segunda colección (Andante, Española, Balalaika, Napolitana y Galop), Stravinsky renueva una tradición del barroco. Estas piezas son breves escapadas de la hechicera nostalgia del folclore, de las que se desprende un cierto perfume del Paris de antes de la Guerra.


Las Nanas del Gato (1915-16) para contralto y tres clarinetes: Sobre La Estufa; Interior; Lo que tiene el gato.

Con ellas nos encontramos de nuevo con la raíces rusas. “Sobre la estufa” es de atmósfera cálida e intima de una noche de invierno: por debajo de la voz grave de la contralto que se eleva, distinguimos, por el ronroneo de uno de los tres clarinetes, al gato adormecido en la melodía. A esta suceden “Interior”, “Dodo (Lullaby)”; “Lo que tiene el gato.”


Las tres historias naturales para niños. (1915-17) para voz y piano.

Los animales compañeros de los niños se ajetrean de forma divertida. Tenemos el cándido trajín de “Tilin-Bum” y de la pequeña escena del corral: Los Patos, Los Cisnes y Las Ocas que chapotean al son de una pianola. La tercera historia es un cuento de miedo. En ella vemos al Oso cuyos pasos pesados los marca el contrabajo despiadado, entrando en la choza escondida en medio del bosque. El viejo leñador, le ha cortado una pata para la cena y su mujer se esconde tras un montón de ropa sucia. Los dos serán devorados por el Oso.


Los cuatro coros a Capella para voces femeninas completan este conjunto de pequeñas obras; cantos de caza, de pesca, de siembra, todo ellos salpicado del humor particular de los campesinos y al cual la música simple, rica en polifonías les da un sabor rústico.

Escapadas a Madrid y El Escorial (1915-16)

Diaghilev escribe a Stravinsky desde España y le anuncia el final de la peligrosa aventura trasatlántica. Stravinsky parte para Madrid, vía Francia. Diaghilev le recibe con los brazos abiertos con ocasión de la presentación del Pájaro de Fuego ante el Rey Alfonso XIII en el Teatro Real de Madrid. El Escorial de Felipe II emociona a Stravinsky y queda impresionado por su fervor religioso y por los elocuentes testimonios del misticismo español que siente próximo por su exaltación apasionada, al misticismo ruso.
El compositor inicia una historia ininterrumpida de interprete con la batuta y el piano. Se queja siempre de las deformaciones introducidas por los interpretes y se explica así su interés por la pianola, piano mecánico de moda. Hasta intenta, aunque finalmente no lo hizo, introducirlo en las bodas para evitar cualquier exceso de sentimentalismo del interprete.

Renard. Ópera-Ballet en un acto. “Historia burlesca musical cantada y tocada” (1914-1917)

El argumento de esta historia burlesca es un episodio “del Roman de Renard”. Su origen culto está en las fábulas de Esopo que recibieron los clérigos medievales a través de la antigüedad greco-latina. Pero la idea de convertir a los animales en protagonistas de aventuras demuestra también su origen popular común a todos los países de Europa.
Renard, calificada como una "parodia”, una farsa musical, trata de las actividades que se desarrollan en una granja de animales.
Cuenta las desventuras del Sr. Gallo, orgulloso, vanidoso y sobre todo estúpido hasta el punto de que por dos veces consecutivas se deja tomar el pelo por su enemigo el Zorro. En auxilio del Gallo acuden el Gato y el Macho cabrío. El desenlace es moralista, Renard por sus fechorías se ha ganado el odio de la raza animal, es sacado de su casa, arañado, mordido y finalmente lapidado por la horda de bestias enfurecidas. A modo de conclusión el autor añade: 

Y si la historia os ha gustado, pagadme lo que está mandado.

La presentación escénica: el elemento de espectáculo corre a cargo de los bufones, bailarines y acróbatas y el texto es confiado a un cuarteto vocal masculino integrado en la orquesta. Se opone al típico realismo del teatro y se emparenta con los procedimientos del circo. La música conserva frente al elemento narrativo, la autonomía en el plano de las formas.
Como en las Bodas se trata también de canciones pero el tratamiento polifónico e instrumental es bastante distinto. Hay en Renard una voluntad de arcaísmo pues su autor se inspira en técnicas primitivas sin por ello intente reproducirlas.

La preocupación más importante era escapar a las consecuencias del acorde puesto que éste era ignorado por los músicos de la Edad Media. Y con esta idea, Stravinsky recurre a heterofonías cuyo resultado sonoro puede parecer vacío o primario a los oídos educados por varios siglos de tradición armónica. Comparando con las artes plásticas, con Renard parece que estamos ante las obras de arte bizantino concebidas fuera de toda noción de perspectiva.

El carácter vigoroso, el tono tosco que se desprende de las combinaciones polifónicas se acentúan todavía más por las disposiciones instrumentales (pequeño clarinete ronco, sonoridades metálicas del cembalo. Un redoble de tambor acompaña los saltos mortales del Gallo cuando abandona el palo para caer en los colmillos del Zorro.

Por razones espectaculares y musicales, Renard es muy distinto de lo que había hecho Stravinsky hasta entonces. Una farsa musical, prodigiosamente conseguida que evoca las sátiras medievales, llena de humor y de acidez. No hay ningún plagio en esta partitura novedosa que se presenta como una realización perfecta de uno de los aspectos más atractivos del arte de Stravinsky. Esta música posee una nueva direccionalidad aunque aún resulte típicamente Stravinskiana y rusa.


La Revolución Rusa de 1917. Sueños de Stravinsky y Ramuz

La noticia de la Revolución en marzo de 1917 sume a Stravinsky en un estado de agitación. Desde joven, el compositor ha sentido un rechazo instintivo por las ideas mal llamadas “avanzadas” que sentía a su alrededor. Con los años su reflexión confirmaría su instinto. Sentía una antipatía creciente por las “doctrinas progresistas” y por el ateísmo tan extendido en la sociedad burguesa.

Pero Stravinsky y Ramuz aún sueñan con una Rusia regenerada que en su opinión había sido contaminada por Europa a través de la burocracia venida de Alemania, por el liberalismo anglosajón y el progreso venido de una ciencia materialista que habían asfixiado las virtudes ancestrales del pueblo ruso. Sueñan con el corazón henchido de esperanza con una nueva Rusia vigorosa y Stravinsky alimenta el proyecto de regresar.

Escapadas de Stravinsky. De Roma a Nápoles. Con Cocteau y Picasso.

En Roma, Diaghilev siempre un gran señor hace de anfitrión y durante una de las reuniones que organiza, Stravinsky conoce a Picasso, también se hallan entre los invitados, Bella, el artista futurista y Jean Cocteau. Después de Roma toda la Compañía parte hacia Nápoles y recorriendo tiendas de anticuarios Stravinsky y Picasso entablaron una solida amistad.

Hay un abismo que separa el mundo visible (la pintura por ejemplo) y el mundo audible; sin embargo siempre se ha tenido la tentación de establecer paralelismos entre el arte de Picasso y Stravinsky . Se ha dicho que igual que Stravinsky rompe la unidad armónica haciendo uso de la politonalidad, Picasso disloca la unidad objetiva por los mecanismos del cubismo. En Picasso la ruptura se opera con relación a la visión común que tenemos de los objetos, mientras que el compositor tan solo rechaza costumbres del oído que pueden ser transgredidas por arraigadas que estén. Hay otro punto, según propia confesión de Stravinsky en el que coinciden los dos maestros. Para ambos la obra que ha de ser realizada se presenta esencialmente como “un problema que hay que resolver” Ésta es una famosa reflexión que siempre hacía Stravinsky a la hora de abordar una composición musical.
Todo se inscribe en una aspiración, postulada por Cézanne antes que por Picasso, a conseguir la autonomía de la obra de arte frente a un “tema”, y que vemos como se manifiesta de forma impresionante en Mallarmé, cuya poética persigue mucho más una música de las palabras, los fonemas, los ritmos que la expresión clara y lógica de una idea concreta.
En Stravinsky esta autonomía se proyecta en las libertades que se toma el compositor con la prosodia, por ejemplo o en el irrealismo espectacular de obras como Renard, Las Bodas, La Historia de un Soldado que son testimonios de la independencia o autonomía de la música respecto a su tema inspirador.

Lógicamente “los problemas que hay que resolver” no pueden ser idénticos en Stravinsky y Picasso pero si son paralelos. Hay que considerar que los trabajos del pintor ya eran conocidos por el músico desde principios de siglo y no es sorprendente que este paralelismo pueda descubrirse como ya hemos visto, en obras de Stravinsky antes del encuentro de los dos artistas en Nápoles. No resulta por lo tanto absurdo hablar de cubismo a propósito de Renard o de las Bodas donde se revelan las mismas preocupaciones arquitectónicas que en la “Naturaleza muerta con calavera” (1907) o en la “Mujer con mandolina” (1909). 
En cuanto a la ocurrencia de presentar “las Señoritas de Avignon” como la Consagración de la Primavera puede que sea más acertada de lo que se pueda pensar. Se sabía lo que los lienzos de Picasso debían a las mascaras negras o polinesias. Lo que no es tan conocido es el parentesco entre aspectos de la Consagración, en especial la “introducción” y ciertas músicas primitivas que ha sido revelado gracias a los descubrimientos de la etnología musical. Esta nota de primitivismo inspira la mayor parte del periodo Suizo.

A su regreso a Suiza en la frontera de inspección de equipajes se produce este dialogo de Stravinsky con la policía, anécdota que se hizo celebre en adelante:

¿Qué es este dibujo?

Mi retrato por Picasso

No, imposible es un plano

Sí, el de mi cara

Las autoridades fronterizas creían que era el croquis disimulado de una maniobra militar. La embajada británica se encargó de resolver el asunto y Stravinsky recuperó esa prueba de su reciente amistad con el pintor.

La Historia de un Soldado

La Historia de un soldado está compuesta "para ser leída, tocada y bailada" e interpretada por un narrador, actores, bailarines, y un pequeño grupo de cámara mixto (clarinete, trompeta, trombón, violín, contrabajo y percusión) que evoca el carácter de una banda.

La segunda mitad del año 1917 es un periodo de duelo y tristeza. Primero la perdida de su ama de llaves de toda la vida, luego la muerte de su hermano en el frente y finalmente el triunfo de la Revolución de noviembre que consagra la victoria de Lenin. Se desvanecen sus sueños de regresar a su tierra, pierde todas sus posesiones en Rusia y está en un país extranjero sin medios de subsistencia en una guerra que no termina nunca. 
Ramuz, Ansermet y otros buenos amigos conocen angustias semejantes. La vida musical en Ginebra está casi anulada. Apenas hay intercambios con el extranjero. No pueden organizarse grandes temporadas de ballet. El circulo de amigos que rodean a Stravinsky va a tener una idea. Advirtieron que el publico se hallaba privado de distracción y entonces se les ocurre la idea de un teatro ambulante. Un mecenas amigo de los artistas está dispuesto a apoyar el proyecto. Se trataba de emprender una gira con una obra de poca monta que sea barata de representar pero que pueda proporcionar grandes ingresos. Y así nació la idea de la Historia de un Soldado. Se trataba de atraer al público, también al de los pueblos más humildes. Se dará prioridad al elemento narrativo, es decir, al recitador, y la música solo intervendrá a modo de una serie de ilustraciones y no se temerá dar al argumento toda la ingenuidad de un cuento para una velada.

Pocas veces no es dado observar tan claramente las distintas circunstancias que condicionaron una obra como en la Historia de un Soldado. Vamos a analizarlas separadamente pues es una obra crucial de Stravinsky.

-El punto de partida es componer una obrita que se pueda representar fácilmente en cualquier lugar. A la sazón no tenían grandes orquestas y de haberlas no se podían pagar.

-Stravinsky ya no se siente atraído por el estruendo de las grandes masas orquestales, sino que declara: “la orquesta se ha convertido en una fuente de placer, que poco tiene que vez con la música. Ya estamos cansados de este exceso de densas sonoridades; la gente está saturada del colorido sonoro y no quiere ya tal superabundancia.” El ideal de Stravinsky es ahora una instrumentación muy transparente. Elige una orquesta compuesta por un violín, un contrabajo, un clarinete, un fagot, un trombón, y una batería completa, que sin embrago puede ser tocada por un solo instrumentista.

-Stravinsky que junto Diaghilev, asistió una vez a la representación de Parsifal en Bayreuth, considera ahora que la obra de arte total es la forma de arte más equivocada que imaginarse pueda. Su ideal es exactamente lo contrario. No debe pretenderse suscitar la idea de realidad. Los músicos están sentados en el escenario y conversan con los actores. Por tanto, los espectadores tienen siempre clara conciencia de que se hallan ante una ficción. Stravinsky siente aversión por la música que se oye, pero que no se ve interpretar. Así la obra vuelve a dividirse en acción, representación, actuación y danza.

-El Jazz aporta elementos importantes a la obra, y el polirritmo de Stravinsky, consecuencia de su evolución, alcanza aquí su punto culminante.

-Al terminar la guerra, el soldado que vuelve a su patria se convierte en figura de actualidad y “La Historia”, ofrece al público aquello que más le interesa. Se trata pues de una obra de actualidad.

La Historia fue escrita en colaboración con Ramuz y basada en una historia rusa (aunque el texto esté escrito en Frances)

L'Histoire du soldat  (versión integra )





La acción

Un soldado regresa de permiso en un largo camino hasta su pueblo. (Marcha del Soldado). Saca de su macuto un violín, que es todo lo que tiene. Para distraerse hace un alto en el camino, al borde de un arroyo (especie de concertino, con muchas cuerdas dobles). Se le aparece el diablo en forma de un desconocido que le sugiere cambiar su violín (que representa el alma del soldado) por un libro mágico con el que el Diablo le promete que podrá conocer el futuro y hacerse inmensamente rico. El soldado acepta el trueque y pasar tres días en compañía del desconocido con el fin, por una parte, de enseñarle a tocar el instrumento y, por otra, de aprender a interpretar el contenido del libro.

Pasado los tres días, el soldado continua su marcha hasta su aldea, desamparado sin su violín (repetición la marcha del soldado). Pero en lugar de tres días, el soldado ha pasado con el Diablo tres largos años, tras los cuales cuando encuentra su aldea, nadie lo reconoce, ni su madre, ni su prometida, a la que encuentra ya casada y con hijos. (Pastoral) El soldado está desesperado pero el Diablo le recuerda que aún cuenta con el libro.

El soldado utiliza entonces el libro para volverse inmensamente rico. Pero es incapaz de contentarse con su fortuna, hastiado de tenerlo todo y de no tener nada de lo quiere, solo desea volver a su vida anterior.

El soldado se dirige entonces a un palacio real (Marcha del Soldado) y (Marcha Real) que surge por encantamiento con el fin de sanar a una princesa con la música de su instrumento, pues el rey ha prometido la mano de su hija enferma a quien le devuelva la salud. Pero el diablo ha llegado antes y está dispuesto a sanarla. El soldado no ve otra solución para recuperar su vida que desembarazarse de todas sus riquezas. Entonces reta al diablo a jugar a las cartas: su dinero contra el violín. (nuevo pequeño concierto). El Diablo gana de nuevo pero, embriagado por sus ganancias, se deja robar el violín por el soldado.

El soldado, va a sanar a la joven, la seduce y el soldado y la lánguida princesa se aman (Primero un Tango, luego un vals, finalmente un rag-time).

El soldado ha recuperado su violín, pero tras recuperarlo, el soldado y la princesa, tienen una insaciable búsqueda de una mayor felicidad. El soldado quiere volver a su pueblo con la princesa para volver a su vida de antes (Danza del Diablo) y (Petit Chorale). Entonces traspasan los limites del reino, desobedeciendo así al Diablo, que los castiga llevándose al soldado al infierno. El triunfo del Diablo se plasma en una sarcástica (marcha triunfal).

Los últimos versos de la obra los pronuncia el narrador a modo de moraleja que resume la idea general de la historia: “No se puede tener lo de hoy y lo de ayer, no se puede a la vez ser quien se ha sido y quien se es. Hay que escoger. La felicidad ha de ser una. No puedes tener el sol... y la luna

La partitura se presenta, en series de breves escenas, como una sucesión de fragmentos separados, cada uno con carácter y forma propias. La acción se presenta principalmente por medio de la mímica y de la danza y la continuidad viene dada por el narrador. 
El estilo polifónico es parecido al de Renard pero las músicas son muy diferentes. En la Historia ya no se trata de canciones rusas. Una marcha de ritmo bonachón con toques de trompeta intercalados, junto a otra marcha inspirada en el pasodoble español, un vals de origen vienes, un tango argentino y un rag-time americano desfilan uno tras otro. 
El grado de distorsión de estos tipos musicales familiares a lo largo de la obra es mucho mayor que el de las piezas de danza posteriores que compusieron el grupo de Los Seis. Como es frecuente en Stravinsky, el nivel de complejidad rítmica es bastante alto y, aunque esencialmente tonal, la música es a menudo algo disonante y ambigua respecto a su centro tonal.
El milagro está en la unidad de estilo obtenida con todas esas formas tan dispares; milagro que vemos repetirse en una instrumentación muy original, una orquesta heterogénea: trombón, contrabajo, violín, a la izquierda del director; el fagot ante el; y a su derecha: batería, pistón, clarinete. Todo en perfecto equilibrio.

Algunas de las características técnicas de la “Historia”, son las frases rítmicamente irregulares que se contraponen a los ostinatos que realiza el acompañamiento y que a menudo tienen ritmos independientes. Son rasgos que pueden recordar a las primeras obras de Stravinsky, pero el tono y el carácter resultan bastante novedosos.

La Historia de un Soldado es, como dijo el hijo de Stravinsky, una victoria de la inteligencia sobre el temperamento, del orden y la medida sobre el íntimo romanticismo, lo cual según André Gide, caracteriza la obra clásica.

La primera representación de la Historia de un Soldado tuvo lugar en el Teatro de Lausana el 27 de septiembre de 1918 y fue una de las interpretaciones que dejaron al compositor plenamente satisfecho. Ni la coreografía del Pájaro de Fuego ni la de la Consagración de la Primavera, ni la de Petrushka habían sido de su agrado. Por el contrario en “La Historia del Soldado” no hay más que alabanzas para Ansermet, encargado de la orquesta, a Georges y Ludmilla Pitoeff, autores de los decorados y vestuario.

Con la euforia de este éxito, el futuro del teatro ambulante se perfilaba bajo los mejores auspicios. Letreros anunciando su llegada cubrían los muros de muchas ciudades. Sin embargo todo el proyecto se viene abajo cuando la mal llamada “gripe española” que asolaba toda Europa paraliza toda actividad. Uno tras otro, los miembros de la Compañía serán alcanzados, más o menos gravemente. Stravinsky tampoco se libra.

Después de la Historia del Soldado, solo tendrá tiempo de componer el Rag-Time para once instrumentos de viento, cuerdas, cembalo y percusión cuya última nota fue escrita el 11 de noviembre de 1918 a las 11 de la mañana mientras resuena el cañón del armisticio.

Los adioses a su periodo ruso

El trastorno y la angustia provocada por la guerra había sido muy prolongada incluso en un país neutral como para volver a la normalidad. Durante semanas la gripe había dejado Stravinsky alejado de su mesa de trabajo, símbolo del orden, del método, del pensamiento rigurosamente conducido hacia una finalidad claramente establecida y ahora puede volver a ella.

Stravinsky se siente muy débil como para emprender una obra importante. Orquesta sus dos primeras piezas para cuarteto de cuerda de 1914. Compone los Cuatro Cantos Rusos y las Tres Piezas para clarinete solo; reorquesta el Pájaro de Fuego. Todo, entre finales de 1918 y mayo de 1919.



De los Cuatro Cantos Rusos, Pato, Canción para contar y el Gorrión está sentado, el Cuarto canto que es el Canto disidente deja traslucir un sentimiento de dolorosa aflicción; Stravinsky dirige un adiós conmovedor casi místico a su Rusia natal; sabe que ya no regresará a su patria. En adelante, ningún eco de Rusia se oirá en la producción Stravinskiana, con excepción del Ballet El Beso del Hada dedicado a la memoria de Tchaikovsky unos diez años más tarde y se exhalará entonces como un recuerdo de un pasado perdido y alguna otra reminiscencia rusa aislada en alguna obra de su periodo neoclásico.




Letra del Canto disidente 

Toda vía o sendero, todo camino cortado
cómo ahora, cómo ir
hacia Aquél del que he nacido,
hacia Aquél que me ha dado la vida,
para mí y mis hermanas,
mis hermanos en el amor, hermanos en espíritu,
por él, no obstante, elegidos,
pero gloria , gloria a Él
y gloria también a Jesucristo,
y gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria y reconocimiento a vosotros;
Reyes del cielo, por los siglos de los siglos , amén

El Jazz

La palabra rag-time era aún desconocida en Europa cuando Stravinsky la empleo en la Historia de un Soldado. Seguramente el compositor descubrió el nombre del baile y los ritmos sincopados tan nuevos para la época a través de los cuadernos de música traídos de América por el director de orquesta Ernest Ansermet. Stravinsky no sacó un partido inmediato a los nuevos ritmos en el momento que componía las Bodas y Renard, pues entonces se hallaba totalmente absorto con las imágenes de Rusia.

Pero la situación cambió cuando empezó la Historia del Soldado. Para entonces Stravinsky sumido en un profundo trastorno psicológico al ver como se desvanecían sus esperanzas de volver a Rusia, es cuando empezó a fijarse en los nuevos ritmos del jazz y decir adiós a las raíces rusas de su música.

Antes de caer enfermo por la gripe, compone el Rag-Time para once instrumentos.



Seis meses más tarde compone el Piano-Rag music y se lo dedica al hoy legendario pianista Arthur Rubinstein.



Lo mismo que desde Petrushka, el folclore ruso, literario y musical, constituye uno de sus materiales básicos, vemos que ahora el jazz se utiliza con los mismos fines. La actividad creativa se revela en el jazz también como una operación de estilización. Es decir Stravinsky elimina todos aquellos elementos indeseables como las banalidades armónicas del jazz primitivo que se encuentran transfiguradas en estas obras hasta en sus mecanismos cadenciales.

Su introducción en el jazz produce un cambio de orientación del compositor pero en absoluto perjudicial para la calidad de su arte. Tampoco lo era para Toulouse Lautrec o Picasso inspirarse en la fanfarronada o liviandad del mundo de los juerguistas o en la vulgaridad de una taberna. Todo el poder del arte de Stravinsky y de estos maestros está en la cualidad de transfiguración de los elementos básicos.

El interés de Stravinsky por trabajar con tipos musicales dados, tratados en gran medida como "objetos" existentes que son sometidos a manipulaciones externas es ya evidente en las Piezas fáciles para piano a cuatro manos escritas poco antes de Historia de un soldado. Su interés por estos materiales fue creciendo con el paso del tiempo. Esta práctica de trabajar de una forma estilizada con materiales prestados alcanzó una forma más avanzada en el ballet Pulcinella (1920).

La Historia del Soldado y estas obras inspiradas por el jazz parecen descubrir a Stravinsky, al borde de 1920, nuevas impresiones sobre su propio proceso creativo. Especialmente reveladora es la Historia de un soldado. Según señala el propio Stravinsky : “la Historia del Soldado señala mi ruptura definitiva con la escuela orquestal rusa en la cual me había formado” (Conversaciones con Robert Craft. 1962)

A partir de la Historia de un Soldado, Stravinsky podrá desprenderse completamente de ese material folclórico que durante cuatro años de exilio suizo, le había ocupado casi exclusivamente. En adelante ningún eco de Rusia se oirá en la obra de Stravinsky, con las excepciones que hemos citado.

Aún pueden percibirse las despedidas de las raíces rusas en el Concertino para cuerdas (1920) y en las Sinfonías de instrumentos de viento a la memoria de Debussy del mismo año.



En el final de su estancia en Suiza y sobre todo durante su próxima estancia en Francia a partir de 1920 y en Estados Unidos a partir de 1939 y hasta su muerte, Stravinsky entrará en contacto con las fuentes de la música occidental de siglos anteriores y de su propio siglo. Nos mostrará todo el esplendor de esos siglos a través del poder de su arte para transfigurar los elementos básicos de la música, no mediante la imitación del pasado sino mediante una inteligente y moderna reanudación de la tradición.


Fuentes:

La Música del Siglo XX - Morgan Robert P.  Periodo Suizo

Historia de la Música en cuadros esquematicos - Federico Sopeña

Herzfeld - La Música del Siglo XX 

Los Grandes Compositores - Harold C. Schoenberg

Stravinsky - Robert Siohan



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