Alexander Borodin
Cesar Cui
Rimsky Korsakov
En la anterior entrada nos habíamos ocupado de Balakirev, jefe del Grupo de los Cinco y de Modesto Mussorgsky, uno de sus miembros más nacionalista y representativo. Continuamos con el estudio de los compositores de grupo, tocándole el turno en esta entrada a Alexander Borodin, Cesar Cui y Rimsky-Korsakov.
Alexander Borodin (1834-1887)
Borodin es un síntoma de posiciones intermedias. A diferencia de sus colegas de generación no recibió una educación en el campo, por lo que puede combinar su estilo idealista mucho más cercano a Glinka que a Mussorgsky, con su afición a las melodías orientales.
Borodin compuso incluso menos que Mussorgsky, pero nunca abandonó su profesión, la ciencia. Decía de sí mismo que era un compositor dominical. “La ciencia es mi trabajo y la música mi entretenimiento.” Hombre de carácter ecuánime no se sintió turbado como los demás cuando los cinco empezaron a separarse. “Es una situación natural. Mientras éramos los huevos puesta bajo la gallina madre ( Balakirev ) todos resultábamos más o menos semejantes. Apenas los polluelos rompieron el cascaron, formaron su propio plumaje. A cada uno le crecieron diferentes plumas y cuando se fortalecieron las alas, cada uno voló en la dirección hacia la cual lo llevaba su naturaleza.”
La música de Borodin alcanzó considerable reputación fuera de Rusia. Cuando viajaba para asistir a conferencias científicas aprovechaba la oportunidad para conocer a los principales músicos europeos. Liszt se sintió impresionado ante la Sinfonía en si menor y la incluyó en los programas. En Bélgica, la Condesa de Mercy-Argenteau patrocinó varias ejecuciones de la primera sinfonía. En Paris fue ejecutado su Cuarteto para cuerdas en la mayor.
Borodin de todo el grupo de los cinco es el que adquiere de manera más rápida y con mayor facilidad los procedimientos técnicos del sinfonismo europeo. Esto explica su afición por el género sinfónico y de cámara. La música de Las estepas del Asia central, o su famoso cuarteto en re tiene un color orientalista que le hizo, durante muchos años, símbolo de lo ruso para los públicos europeos más fáciles. Un éxito como el que obtuvo podría haber animado a cualquier compositor pero Borodin continuó siendo un compositor dominical, desbordante de ideas y proyectos musicales pero sin tiempo para realizarlos.
Su obra en las Estepas del Asia Central, Borodin se asegura la inmortalidad, inmensamente popular ya después de su estreno en occidente.
La partitura va precedida de un programa: “en la desertica región de Asia Central resuena por primera vez una canción rusa. Se escucha la aproximación del paso de los caballos y de los camellos y la melopea de una canción oriental. Una caravana atraviesa la intensidad de la estepa escoltada por un destacamento de tropas rusas. Su largo recorrido se efectuará con absoluta seguridad protegida por las fuerzas armadas de los vencedores. La caravana se aleja poco a poco y los cantos pacíficos de los vencedores y de los vencidos se unen en una sola armonía cuyos ecos resuenan largo tiempo en la inmensidad de la estepa antes de morir en la lejanía.
Algo parecido ocurre con su ópera el Príncipe Igor. Borodin ni cae en la rudimentaria declamación de Glinka, ni en el realismo de Mussorgsky. Su ópera está llena de trozos en el estilo tradicional. No utiliza el recitativo, pues le atrae mucho más la melodía, las formas concretas.
Hoy se le recuerda por cuatro obras: El Príncipe Igor, el Cuarteto nº 2 para cuerdas en re, la Sinfonía nº 2 en si menor y una serie melódica titulada, En las estepas del Asia Central.
Aunque es imposible saber a que atenerse pues cada uno de los Cinco siempre estaba manipulando las obras de los restantes miembros del grupo, existen algunas obras que si pertenecen en exclusiva a Borodin. La Sinfonía número 2 en si menor es una obra maestra. Borodin poseía un oído refinado para el sonido orquestal y como trabajaba en estrecha relación con Rimsky-Korsakov, conocía las posibilidades de cada instrumento en la orquesta tanto como otro compositor europeo.
En la sinfonía en si menor encontramos además de las melodías exuberantes, sostenidas y exóticas, un luminoso sonido orquestal. Suele decirse que Rimsky es uno de los grandes maestros de la orquesta y así es, pero sus partituras pueden sonar espesas comparadas con los sonidos maravillosamente estructurados y las combinaciones de la Sinfonía en si menor. La Sinfonía nº 2 llamada épica por idea de Stassov se ha hecho junto al Príncipe Igor las más popular de sus obras y la más representativa de su estilo, tanto como el Príncipe Igor de la que constituye una notable compañera.
La sinfonía como la ópera, está inspirada en la época medieval rusa. Hay quienes como Debussy y sus amigos del conservatorio sitúan esta obra a la cabeza de todas las sinfonías rusas, incluidas las tres últimas de Tchaikowsky. Una obra redonda!!!! No le falta nada, belleza, y sentido de la forma.
La obra principal de Borodin fue la ópera El Príncipe Igor que le ocupó casi veinte años. Nunca encontró tiempo para acabarla y fue reconstruida por Rimsky-Korsakov y Glasunov.
El Príncipe Igor es una obra hermosa con su eje en el folklore; tiene más afinidad con las óperas de Rimsky-Korsakov que con Boris Goudunov. La ópera el Principie Igor constituye una evocación de la Rusia primitiva con sus héroes, sus boyardos y sus tribus asiáticos. El Príncipe Igor es una obra sincera, optimista, alegre sin dejar por eso de representar una faceta real del pueblo ruso. Las Danzas Polovtsianas corresponden al segundo acto y a principios de siglo se las consideraba la expresión autentica de la Rusia bárbara. Estas danzas siguen siendo musicalmente eficaces y el conjunto de la opera tiene algo de grandeza, ya que no de la “verdad” de Boris Goudunov.
Las danzas cierran el segundo acto de la ópera. El Kan Polovtsiano que ha hecho prisionero al príncipe Igor trata a este último con hospitalidad y consideración y organiza para distraerle las danzas en las que participan jóvenes esclavas. Se desarrollan en varios episodios: el primero es la danza de las muchachas, gracioso y nostálgico. Seguidamente es la danza de los hombres, salvaje y turbulenta. Con la danza colectiva se alcanza una especie de trance, con su tema pulsional que culmina en apoteosis. Una danza de las muchachas, viva, ritmada, por el tambor nos lleva en su parte central a la melodía encantadora que las muchachas danzan al comienzo. La danza final retoma el tema vertiginoso de la danza de los hombres y se intensifica hasta llegar al límite de las posibilidades físicas. Todas ellas son un ejemplo espectacular de exotismo musical ruso, de una sensualidad áspera, salvaje y de un raro virtuosismo orquestal. Inmortalizadas por Diaghilev en Paris en 1909.
Representación integra desde el Bolsoi de la ópera el Príncipe IgorAlexander Borodin - Prince Igor
De los cuartetos de cuerda de Borodin, el Cuarteto nº 1 es el mas extenso y desordenado, pero el famoso Cuarteto en re mayor es una joya. Con mucho la pieza de música de cámara más bonita y popular que nos ha dejado Rusia; otra obra maestra de la historia de la música de cámara.
Borodin es nacionalista pero no ve el nacionalismo con el énfasis místico de sus compañeros. Busca más el color oriental, el lado asiático de Rusia sobre formas amorosas. Cierto que gran parte de su música roza la pieza de salón, pero es una obra amable, gentil y atractiva. Afirma una personalidad poderosa y una sólida técnica. Su invención melódica es deudora tanto del folclore oriental como del ruso, aunque este último es el que predomina en sus sinfonías y su lenguaje armónico sabe utilizar con arte la aspereza. A diferencia de Rimsky en el terreno de la orquestación, no es un colorista pero posee por el contrario el sentido del trazo vigorosamente esculpido y metalizado. Toda su música puede calificarse como Épica (narrativa y ligada a las evocaciones de la edad media rusa.) Sus sinfonías pueden parecer una antítesis de las desgarradoras introspecciones fatalistas de Tchaikovsky.
Cesar Cui. (1835-1918)
Pone el acento en el tono europeo. Buen técnico también, orienta sus preferencias hacia la música francesa y hacia los lieder de Schumann. Como crítico defendió con ardor los postulados de Balakirev, pero íntimamente se sentía atraído por el romanticismo hecho en torno a Paris. Es significativo que sus dos óperas William Ratchiff y Angelo, se hagan sobre libretos de Heine y de Víctor Hugo.
Rimsky-Korsakov (1844-1908)
Rimsky, alumno y discípulo de Balakirev, nacionalista por excelencia, sin embargo también se convierte en academicista. Oficial de navío, su vida carece de esos aspectos místicos, de esa conciencia de servicio al buen pueblo ruso que vemos en Balakirev y en Mussorgsky. Rimsky es un hombre ordenado, ansioso de buena técnica, auténtico fundador de una escuela que hará posible una técnica precisa del nacionalismo musical. Técnica sin la cual no puede explicarse la primera época de Stravinsky.
Las enseñanzas de Balakirev no habían incluido ni siquiera los aspectos más elementales del arte de la música, como el propio Rimsky reflejó en su autobiografía. El propio Rimsky-Korsakov, juzgó insuficiente su formación y emprendió los estudios de armonía y contrapunto por correspondencia con Tchaikovsky y comenzó a estudiar furiosamente, manteniéndose siempre un paso delante de sus cursos. En pocos años llegó a ser un excelente profesor, se le permitió continuar en la armada.
Pero algunos de los Cinco, se sentían furiosos, sobre todo Mussorgsky que entendía que Rimsky se había vendido. Se lo consideraba un renegado que se había unido al enemigo y que renunciaba a su herencia rusa para componer fugas y sonatas. Mussorgsky rezongaba: “Los Cinco Grandes han incubado una horda de traidores sin alma.”
Y en efecto los Cinco se dispersaron. Pero Rimsky-Korsakov, lejos de ser un renegado, se convirtió en el más nacional de todos los rusos, si se exceptúa a Mussorgsky.
Rimsky nos da el modelo de una vida serena, trabajadora, pero en la que nunca está ausente ninguna de las inquietudes de su tiempo. La música y la vida rusa, tan complicada, tiene en Rimsky un resumen de serenidad sin ostentación.
Su estilo musical
Ya es sintomático que la primera sinfonía escrita por un compositor ruso sea de Rimsky y precisamente después de conocer y querer bien a Balakirev. Ningún compositor ruso ha asimilado más hondamente la influencia del sinfonismo occidental. Hay un libro muy querido para este compositor que explica su estilo sinfónico y su influencia posterior sobre la música europea, en especial la francesa. Es el tratado de instrumentación de Héctor Berlioz. A través de él ha conocido toda la música europea.
Rimsky no está nada apegado a sistemas trascendentales estilo Wagner. Rimsky recoge como buena la tendencia nacionalista de Balakirev y la convierte en académica tomando los modelos europeos que son más propicios a su gusto por la instrumentación y por el color.
Fue un sinfonista nato. No obstante es en las obras orquestales y programáticas y de forma libre donde dio lo mejor de sí mismo más que en las sinfonías. Estuvo tan fascinado por los aspectos tradicionales rusos, épicos (Sadko) maravillosos (Cuento) o religiosos (la Gran Pascua Rusa) como por los orientales (Antar y Scherezade). Narrador y colorista incomparable, fue uno de los mejores orquestadores de la historia de la música.
Rimsky-Korsakov, fue un maestro del colorido orquestal y también de la descripción musical de cuadros. Nadie ha descrito su sonido orquestal mejor que Serguei Rachmaninov: “nunca desliza la más mínima duda acerca del cuadro meteorológico que la música aspira a expresar. Cuando hay una tormenta de nieve, se diría que los copos bailotean y derivan de los instrumentos de viento y los acordes sonoros de los violines. Cuando el sol está alto, todos los instrumentos brillan con un resplandor casi enceguedor; cuando hay agua, las olas se agitan y danzan audiblemente a través de la orquesta. Era un gran maestro de la descripción sonora obtenida con la orquesta y todavía podemos aprender de él.”
La obra más popular de Rimsky, Scherezade, también su Sinfonía nº 2 Antar y aun la Gran Pascua Rusa, se sirven de la estructura que Liszt había hecho posible combinando sinfonía y poema sinfónico. Rimsky aparece como novedad ante los europeos que aprecian la sensación exótica de los temas unida al ingenio como orquestador. Para los rusos, Rimsky aparece como símbolo de maestría, pues ven en él a un compositor ruso capaz de explicar un tratado de fuga.
La ópera de Rimsky y su influencia en Europa
Fue el compositor de óperas más productivo de su país con quince obras liricas. Compuso una serie de óperas, la doncella de nieve 1881, La Nochebuena 1895, Sadko 1896, La Novia del Zar 1898, la historia del Zar Saltan, La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh 1905, el gallo de oro 1907 que recogieron la esencia de la herencia popular rusa. No son obras tan profundas como Boris Goudunov, no ahondan en los personajes y sus armonías son corteses. Pero abren un mundo nuevo, el de la Rusia oriental, el mundo de lo sobrenatural y lo exótico, el mundo del panteísmo eslavo y las razas desaparecidas.
En general, se subestiman las óperas de Rimsky-Korsakov. Una partitura que posee el tremendo poder de Boris Goudunov puede suscitar una impresión abrumadora, no importa cuál sea el idioma en que se la cante. Pero las óperas de Rimsky-Korsakov, un compositor más refinado, están tan unidas a la tradición popular rusa que pierden mucho en la traducción.
Las óperas de Rimsky se encuentran entre dos estilos dispares: óperas liricas y óperas declamatorias y siempre en el fondo de las dos tendencias el acento original del nacionalismo. Sus obras Sadko y el Tzar Saltan son sus dos óperas más populares y no plantean problemas de hondura humana o de psicología colectiva, estilo “el pueblo como protagonista” de Mussorgsky.
Al igual que Wagner también maneja elementos mitológicos, pero al contrario que él no los coloca en mundos de intimidad. Y aunque pueda aparecer en Rimsky la idea de la redención por el amor, nunca se toma la misma como filosófico punto de partida.
Además de las óperas, compuso mucha música orquestal. El Capricho Español 1887; Scherezade y la Gran Pascua Rusa 1888. También compuso un concierto para piano 1883 en un movimiento en el estilo de Liszt sobre la base de temas rusos. Hubo una sinfonía en mi bemol menor 1865 y una Sinfonía en do 1873 que ya no se ejecutan. Asimismo compuso canciones, piezas para piano, obras corales y música religiosa.
Análisis de sus obras más destacadas
Las Sinfonías. Poemas sinfónicos, oberturas y suites sinfónicas
La Sinfonía número 2 Antar opus 9. Menos escuchada que Scherezade, menos inspirado sin duda, nos referimos ahora a ella.
Antar Symphony nº 2 (2/4)
Aunque se cuente como la segunda sinfonía de Rimsky, Antar es una suite sinfónica, como reconoce el propio compositor. Es una obra con programa, escrita para ilustrar un cuento árabe de Senkovski. Este es el programa: Antar ha abandonado para siempre la sociedad de los hombres, ya que ellos han respondido con el mal al bien que él quería ofrecer. Les ha jurado un eterno odio y se ha retirado al desierto de Sham, en medio de las ruinas de Palmira. De repente aparece una gacela perseguida por un gigantesco pájaro. Antar ataca al monstruo y le golpea con su lanza. El pájaro huye y la gacela desaparece. Antar se queda solo y sueña que se transporta a un palacio esplendido, el de la Peri (genio persa) Gul Nazar. Es a ella a quien Antar ha salvado de la garra del pájaro, cuando se encontraba bajo la forma de una gacela. Como reconocimiento, promete a Antar las tres mayores delicias de la vida. Se despierta y conocerá sucesivamente la delicia de la venganza, la del poder y finalmente, la del amor en los brazos de Gul-Nazar, donde expirará con el último beso. Es la primera gran obra orientalista de Rimsky
En el primer movimiento, presenta Antar su encuentro con la gacela, su sueño y su despertar en el palacio encantado. Una introducción sombría evoca el paisaje austero y desolado del desierto, donde nace en los violonchelos el tema de Antar, melodía a la vez melancólica, grave y viril. Esta melodía aparecerá como leitmotiv, afirmando el principio cíclico de la obra, de forma parecida a la sinfonía fantástica.
El segundo movimiento (allegro); la delicia de la venganza, es un cuadro bastante breve, tumultuoso y marcial. El tercer movimiento (allegro risoluto a la marcia); la delicia del poder. Cuarto movimiento (allegro vivace – andante amoroso); la delicia del amor: es un movimiento verdaderamente impresionista por su textura armónica y orquestal. Es el movimiento más netamente oriental de la obra por su sentido de la voluptuosidad unido al de lo maravilloso. En el oboe se expone una larga melodía árabe que será el tema dominante asociado a la melodía del amor. Los arabescos de Gul-Nazar reaparecerán y en un crescendo de orquesta se traduce el crecimiento de la sensualidad
El Capricho Español, suite para orquesta opus 34
El Capricho Español, estuvo previsto al principio como una página para violín y orquesta (cosa que sigue siendo en cierta medida.) En él utilizó una serie de melodías sacadas de una colección de José Izenga, ecos de España, colección de cantos y danzas populares. “Los temas españoles sobre todo de carácter danzante, me proporcionaron ricos materiales para conseguir efectos orquestales variados.” En la historia de la música rusa, el Capricho Español sigue a las fantasías españolas de Glinka, Jota Aragonesa y Noche de verano en Madrid. Como Glinka, pero sin haber estado nunca en España, Rimsky siente lo próximo que está el temperamento hispánico del ruso en ciertos aspectos, con el que tiene en común algunas ataduras orientalizantes. En su estreno 1887, fue juzgado como una verdadera España rusa, de una presunción sonora absolutamente delirante.
La obra consta de cinco partes: 1- Alborada. Un ambiente de danza colectiva, de animación popular que no deja de recordar la Obertura de Carmen.
2- Variaciones. Un bello canto lirico expuesto por las trompas, es repetido sucesivamente por la cuerda, el corno inglés, con réplicas de las trompas y seguidamente por la maderas.
3-Alborada. Retorno del movimiento inicial, pero diferente en su instrumentación pues ahora es el conjunto de los instrumentos de viento el que alterna con el violín solo.
4- Escena y canto de gitano. Es el corazón de la obra y su parte más característica que comienza con un redoble de tambor.
5-Fandango asturiano. Hay que señalar el buen empleo de las castañuelas entre los instrumentos de percusión. La obra concluye con una repetición de la Alborada, lo que asegura su unidad cíclica.
Scherezade
En esta extraordinaria obra se unen una música de una exótica belleza con una soberbia y deslumbrante orquestación. Una música desbordante de magia y que derrocha imaginación. Scherezade es una de esas inmortales obras de la historia de la música, una joya musical compás tras compás.
Scherezade fue estrenada en San Petersburgo en 1889. Es su obra más popular y la que habría bastado por si sola para asegurar su inmortalidad. Scherezade es el monumento oriental más importante de toda la música del siglo XIX.
Al escribir la obra, Rimsky se inspiró en diferentes episodios de los cuentos de las mil y una noches (sin necesidad de atenerse a la versión exacta.) Los episodios de la obra: El mar y el barco de Simbad; el cuento del príncipe Kalender; El joven príncipe y la princesa; la fiesta de Bagdag y el naufragio del barco sobre las rocas son los títulos que más se han mantenido, pese a que el músico se oponía, ya que no quería dar a los diferentes movimientos un programa demasiado preciso. Lo demuestran las notas unidas a la partitura, que fijan sencillamente el clima general de la obra, excluyendo todo detalle. “El sultán Shariar, persuadido de la perfidia e infidelidad de las mujeres jura matar a cada una de sus esposas después de pasar con ellas la primera noche. Pero la sultana Scherezade logra salvar su vida cautivándole con las historias que le cuenta durante las mil y una noches seguidas.”
Insiste Rimsky en que no toma los cuentos al pie de la letra en sus Crónicas de mi vida musical: “Es inútil que se busquen en la suite leitmotivs ligados a tal idea poética o tal o cual imagen. Por el contrario en la mayor parte de los casos, estas semblanzas de leitmotivs solo son materiales puramente musicales, motivos del desarrollo sinfónico. Estos motivos pasan y se derraman a través de todas las partes de la obra, continuándose y entralazandose. Cada vez aparecen bajo una luz diferente, dibujando cada vez distintos rasgos y expresando diferentes situaciones que corresponden a imágenes y cuadros distintos.”
Rimsky-Korsakov ha traducido especialmente bien la característica esencial de las mil y una noches, la imbricación de unas historias con otras; efectivamente en su partitura, varios elementos temáticos pueden nacer de un único motivo.
El primer movimiento, El mar y el barco de simbad, comienza con una introducción en la que se presenta a los protagonistas: el sultán y Scherezade. El tema inicial, fortísimo al unísono, en el que sobresalen los instrumentos de metal, está dominado por el terrible personaje de Shariar. Luego el violín solo acompañado del arpa, traza en el registro agudo la fina melodía oriental que unirá todos los movimientos al mismo tiempo y que servirá de matriz para otros temas: es el leitmotiv de Scherezade: El motivo lo ha tomado Rimsky textualmente del poema sinfónico Tamara de Balakarirev.
A lo largo del movimiento escucharemos como se levanta una tempestad arrastrando el navío sobre las olas en un poderoso crescendo. El carácter de todo el movimiento alterna la descripción, fuerte de color con la evocación poética.
En el segundo movimiento, “El cuento del príncipe Kalender”, impresionante música en las que las fanfarrias evocan los sonidos de la batalla. En la coda volveremos a escuchar el tema del sultán o del mar.
El tercer movimiento, “el joven príncipe y la princesa”, es una maravillosa página lirica que está sucesivamente dominada por dos temas que, pese a que no sean melodías orientales auténticas, están emparentadas. Primero aparece el arrebatador tema del príncipe, expuesto en los violines. Seguidamente viene el tema de la princesa, con un ritmo marcado por el tamboril y más tarde por la trompeta.
El cuarto movimiento, “Fiesta en Bagdag; naufragio de un barco sobre las rocas.” Ambiente festivo y belicoso en la primera parte. El ultimo crescendo nos conduce sin interrupción al último cuadro: de nuevo el mar, con sus olas y los silbidos del viento en las escalas cromáticas de las maderas, hasta llegar al choque del naufragio, marcado por un golpe de tamtan. La obra concluye con el tema de Scherezade, que muere en el extremo agudo del registro del violín. Como una despedida y un guiño de Scherezade al oyente, mostrando la victoria de su imaginación sobre el implacable sultán.
La Gran Pascua Rusa, obertura opus 36.
Fue estrenada el 3 de diciembre de 1888 en San Petersburgo. La obra desarrolla varios cantos religiosos del oficio de Pascua a partir del dogma cristiano de la resurrección y es el aspecto legendario y pagano de la fiesta, lo que el músico ha querido expresar. Propuso para la obra un detallado comentario que aparece en su obra, Crónicas de mi vida y que citamos a continuación: “ la bastante y larga y lenta introducción a la Gran Pascua rusa, sobre el tema de Dios resucitará, evoca para mí la profecía de Isaías sobre la resurrección de Cristo: los sombríos colores del andante lúgubre parecen representar el Santo Sepulcro iluminándose en el momento de la resurrección, en el pasaje Allegro de la obertura; el comienzo del Allegro, “ aquellos que le odian huirán ante su rostro”, está en armonía con Cristo ha resucitado constituye en cierta manera el tema secundario de la obra y aparece entre la llamada de las trompetas y el sonido de las campanas, formando una coda solemne.”
Legado
La influencia de Rimsky fue enorme. Se convirtió en la personalidad dominante de la vida musical rusa de finales del Siglo XIX y comienzos del XX. Asumió la responsabilidad de revisar y acabar muchas obras de componentes del grupo de los Cinco (Dargomisky, Mussorgsky y Borodin) que realizó con libertad más que discutible.
La potencia y la exuberancia de su colorido orquestal aparecieron ante los músicos europeos como símbolo de una revolución musical destinada a liberarles de la presión wagneriana. Su influencia fue enorme. Se convirtió en la personalidad dominante de la vida musical rusa de finales del Siglo XIX y comienzos del XX.
La influencia de Rimsky llega a los rincones más lejanos, ahí tenemos su capricho español que sirvió para definirlo desde Paris como el mejor músico español del siglo XIX.
En las dos siguientes entradas nos adentramos en uno de los compositores mas emblematicos de la historia de la música rusa y por supuesto de la música occidental, Pyotr Ilyich Tchaikovsky. Uno de los mas grandes melodistas. Su música expresa como pocas el sentido y sensibilidad de la época romántica. Melancolía, dulzura, ternura y tristeza, todo eso y mas como veremos es la música de este gran ruso.
histoclasica@gmail.com
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