EL RENACIMIENTO
SIGLO XVI
Escuela Española. Tomas Luis de
Victoria (1535- 1608)
Escuela Franco Flamenca. Orlando di Lasso (1530-1594)
Música Protestante. Lutero. Los
Corales. Goudimel, Claude le Jeune
El
Madrigal
La Danza. El Órgano. La Tablatura. El Laúd
Dos grandes hechos, el Renacimiento y la Reforma, conmocionan el siglo XVI,
una de las épocas más turbulentas de nuestro desarrollo artístico.
Históricamente, el Renacimiento musical, que da vida nueva a todos los
géneros creados en la edad media, sigue con retraso al de la literatura y al de
las artes plásticas y a diferencia de éstos no alcanza toda su plenitud hasta
la segunda mitad del siglo XVI.
Este Renacimiento, este movimiento humanista busca sobre todo la exaltación
de la belleza, del individualismo, de los sentimientos humanos y de la
naturaleza.
Gracias al prestigio
y autoridad del Papado, las composiciones religiosas adoptan algunas reformas
pero sigue teniendo una influencia decisiva en el panorama musical.
Sin embargo la
música profana que busca su origen en fuentes paganas, tiende a romper los
marcos de la polifonía y a convertirse en una música más realista y expresiva y
llegará a la formula moderna de la melodía acompañada.
En esta época
de refinamiento artístico en la que el mecenazgo desempeña un papel determinante,
el laúd adquiere un gran protagonismo. Poco a poco los últimos copistas
desaparecen. El nacimiento de la imprenta permite una fulgurante difusión de
las obras.
MUSICA RELIGIOSA.
En el siglo XVI,
los flamencos y los italianos van a la cabeza del movimiento musical y con Palestina
la música polifónica alcanza el más alto grado de perfección.
En efecto, es
el momento culminante de la polifonía religiosa. Palestrina, Victoria y Lasso, resumen de manera impresionante
las esencias medievales dentro de un mundo renacentista. Pero coincide también
y es una de las razones de su estética con el impulso trentino de la
Contrarreforma.
Palestrina, comparado con Rafael, es también
protagonista de la Contrarreforma; Lasso
y Victoria pasan en Roma verdaderas crisis místicas. Victoria conoce bien
la espiritualidad de la Compañía de Jesús; San
Felipe Neri renovador de la Laude y creador del oratorio, estará en la cabecera del lecho mortuorio de
Palestrina.
Esta música
tiene como característica más honda y antirromantica, la Universalidad.
La música de Lasso, Palestrina y Victoria,
recorre las capitales europeas de Italia a Alemania, prueba de su ausencia de nacionalismo,
que sin embargo si está presente en los corales luteranos. La Universalidad viene exigida por la clave
de esta música directamente montada sobre las necesidades del culto. La
sencillez prima ahora frente a la complicación contrapuntística de los artistas
Flamencos inmediatamente anteriores y es símbolo de novedad.
El concilio
de Trento aparece en la coronación de esta doble exigencia de sencillez
y universalidad. Una consecuencia directa del concilio, es la orden de Pio
IV en 1563 para restaurar el canto gregoriano en su primitiva pureza. Gregorio
XIII encarga a Palestrina la revisión del gradual Romano, mientras Felipe
II edita en Amberes una edición depurada de los principales libros litúrgicos,
motivo de una enorme polémica musical y política entre Roma y España en la que
se ventilaban intereses editoriales. A pesar de estos intentos, no se logra la
resurrección definitiva del canto gregoriano; la dignidad y sencillez que éste
postula pasarán a las músicas polifónicas de Palestrina y Victoria.
La polifonía
del siglo XVI, guarda del canto gregoriano la claridad, el predominio de la
palabra y de la idea y la perfecta adecuación a la vida litúrgica, pero recoge
del Renacimiento un sentimiento profundo de “humanidad”. Hay en la música de
los compositores una visión más personal y artística de la emoción religiosa. La
polifonía de Palestrina y de la escuela de Roma, a la que pertenecen por
derecho propio los compositores españoles, es un ejemplo de armonía, de
confianza y seguridad.
La polifonía
palestriniana ha sido explicada muchas veces en clave medieval, pero en
realidad no hace otra cosa que realizar
algo que los humanistas habían exigido constantemente. Para la sensibilidad del
humanismo de la época, la perfección técnica a que había llegado la música
polifónica medieval era un símbolo de auténtica barbarie. Uno de los humanistas
más celebres, Cornelius Agrippa maldice los cantos obscenos y los “mugidos de animales que han profanado los
templos” y Erasmo flagela a los artistas que ensayan para el altar obras
teatrales.
La Escuela Italiana.
Giovanni Pierluigi da Palestrina (1526-1594) consagra toda
su vida a la música litúrgica. Fue organista y maestro de capilla de iglesia y
también maestro de canto de los niños del coro de la capilla Julia, en la basílica de San Pedro en Roma.
Cantor de la Capilla Sixtina, maestro de la Capilla Santa María Mayor y de San
Pedro en Roma.
La música
religiosa amenazada por el concilio de Trento a
causa de su complejidad y de
ciertas tendencias profanas va a reencontrar en Palestrina y en alguno de sus
contemporáneos su simplicidad y serenidad primitivas.
Su obra
dedicada sobre todo a la Iglesia abarca casi un centenar de misas, setenta y
nueve motetes y dos libros de Lamentaciones.
La gran
aportación de Palestrina es la de haber alcanzado el ideal de los polifonistas
que le precedieron, uniendo a la elegancia y a la pureza melódica toda la
ciencia del contrapunto de los maestros Franco- Flamencos. Hay siempre un
sentido moderno de la armonía en sus composiciones y su música coral sin
acompañamiento (a capella) simboliza y resume toda su época.
Su estilo diatónico,
claro, tierno y severo a la vez prodiga directamente su influencia por mucho
tiempo. La escuela Romana a la que él da pleno sentido, no es “escuela
Italiana” en sentido estricto ; Españoles y Flamencos, dos extremos entonces de
la música Europea, viven enteramente de esta música , “católica” en su sentido más
hondo y autentico. Si el concilio de Trento estuvo a punto de prohibir la música polifónica, su
salvación viene con toda seguridad de la mano de Palestrina y de la música
“romana”. El Credo de la Misa del Papa Marcelo, una de las cimas de
absoluta perfección en la música europea, es la más serena exaltación de la
Contrarreforma.
Oímos tres ejemplos de elegancia, pureza y magistral estilo que caracteriza
la polifonía religiosa palestriniana:
Credo :
De su famosa Misa del Papa
Marcello.
Escuela Española.
Bajo el imperio
de Carlos V y Felipe II en España se produce un periodo de florecimiento musical,
tanto en la música profana (canción polifónica)
como en la música vocal religiosa
de la mano de Tomas Luis de Victoria
(1535- 1608). La música para órgano encuentra en Cabezón el más ilustre exponente.
Felipe II, que
no conocía la técnica musical como su padre, prohíbe los villancicos en las
Iglesias y urge a los sínodos a que se
convoquen para el cumplimiento de las disposiciones de Trento y purificación de
la música. Durante su estancia en el
Escorial se preocupa intensamente por la música religiosa. “La Historia del Monasterio del Escorial,
de Sigüenza, nos da detalles
preciosos de ello.
Cuenta Sigüenza
como Felipe II se enteró de la llegada
de un nuevo libro de música y que sin poder reprimir su impaciencia
entro a gatas en el coro, ya de noche, encontrándose al Padre Prior que hacia
la obligada ronda nocturna. En el monasterio ordenó una constante inspección y
revisión de los libros de música. Ordenó que en sus funerales “se me entierre sin música, ni ruido
ni pompa”.
Nada como la
polifonía religiosa española del siglo XVI para explicar el ambiente de la
contrarreforma y su clave española. La originalidad de la escuela española
reside en el “acento” porque el estilo es plenamente Romano. Tanto que a veces
nos sería difícil distinguir un motete de Victoria, de Palestrina o de Collet.
El “misticismo español” se explica por la coincidencia de nombre y obra en los
principales músicos españoles del siglo XVI, particularmente en Victoria. Esta
música refleja el ambiente del pueblo español de entonces, vuelto hacia la
defensa de la ortodoxia y hacia la reforma interna.
La mejor y más
decisiva característica de la escuela Castellana es su arraigo en Roma: prueba
de la universalidad cuyo símbolo más perfecto es la composición de la Capilla
Sixtina con músicos como, Escribano, Peñalosa, Escobedo y el propio
Tomas Luis de Victoria.
Barrés describe
el estilo de Victoria: “Lejos de la feliz
alegría italiana y de la buena y prosaica salud de los Flamencos, él nos coloca
en medio de un pueblo triste, contemplativo, de una melancolía fúnebre.”
Victoria ha
identificado indudablemente de manera perfecta su vida, su vocación sacerdotal
y su obra de músico. Las dedicatorias de sus obras son el mejor testimonio. Victoria
solo se propone la gloria de Dios, inclinado a la música eclesiástica como por
una especie de instinto natural. Nos dice que solo hombres malos y depravados
abusan de la música como de un excitante para las delicias de la tierra. En
1583 su deseo es retirarse a España a vivir en soledad y oración como
corresponde a un sacerdote.
Victoria no ha
compuesto ni una sola nota de música profana , gran diferencia con Palestrina y
Lasso.
Oímos unos ejemplos de su Officium
Defuncturum ( Misa de Réquiem ) : compuso esta misa de réquiem a seis
voces con motivo de los funerales de la emperatriz María de Austria, hija de
Carlos I de España y viuda del emperador Maximiliano II de Austria, que había
fallecido el 1 de marzo de 1603. Un canto gregoriano al que se le ha puesto una
maravillosa polifonía.
Escuchar estas tres maravillas del
renacimiento: su belleza sobria , su misticismo arrobado como poemas de San
Juan de la Cruz.
Escuela Franco Flamenca
A la brillante
escuela Holandesa pertenece Orlando di
Lasso (1530-1594). Por contra de lo que ocurre con Palestrina que siempre
permaneció en Italia, Lasso viaja a Italia, Francia e Inglaterra y asimila
todos los estilos. La facilidad de su escritura, la diversidad y poderío de su producción,
su extraordinaria fecundidad (cerca de mil obras, de las cuales unas cincuenta
son misas, setenta motetes y numerosas canciones) y una inagotable imaginación
hacen de Lassus el compositor más original de su época.
Contemporáneo
de Palestrina y Victoria llevó una vida de artista, sometido a los vaivenes de la inspiración,
buscador de Italia con un énfasis casi
romántico. Su constante inquietud, su gusto exaltado por el teatro que es su
punto de partida desde la música profana, le coloca muy cerca de lo que
nosotros vemos como típico artista moderno, muy lejos de anonimato de Victoria
o de la normalidad de Palestrina.
Dice Huysman
acerca de su obra: “No tiene el Regina Coelis del músico flamenco la
buena fe, el halo cándido y barroco de ciertas tablas o retablos del viejo
Brueghel”. Otros se inclinan a ver en Lassus un renovador de la polifonía,
un buscador de singularidades en la expresión, de detalles armónicos y
atrevimientos. Lasso pertenece de lleno
a la tradición, pero no hay que olvidar su afición por el teatro y su punto de
partida de la música profana. Esta preferencia da lugar muchas veces a un
expresivismo especial dentro de la música religiosa.
Alma
Redemptoris Mater.Motete
Lagrimas de San Pedro. Magnanimo Pedro. Del genero Madrigales Espirituales.
Música Protestante
En Alemania, la
música del siglo XVI lleva un cierto retraso con respecto a los países vecinos.
La Reforma le dará sin embargo un nuevo impulso. Lutero (1483-1546)
admirador y apasionado de la música en toda sus formas, compone cantos
religiosos e introduce en la Iglesia Reformada los canticos para una o varias
voces en lengua vernácula, cantados por el conjunto de los fieles que asisten a
la liturgia.
Con el nombre
de Corales,
estos cantos se convierten en el núcleo de la liturgia protestante y su
influencia en el desarrollo de la música alemana se hará palpable a lo largo de
muchos años y ocuparan un lugar esencial posteriormente en J.S Bach.
En
Francia, Calvino, adopta
prácticamente las mismas reglas, combina
la letra de los Salmos con la poesía de Clement Marot. Algunos músicos calvinistas como (Goudimel,
Claude le Jeune) escriben con gran austeridad. No obstante, el espíritu
francés, más libre en la expresión artística, no aceptará en su conjunto las
rígidas tendencias Alemanas.
Oímos un ejemplo de salmo Luterano de
Goudimel :
Un Coral Luterano del Alemán Johann Walter. Uno de los más fecundos e inspirados productores de música religiosa de la
tradición de Reforma Protestante:
Como
vemos son dos ejemplos en la lengua común, francés y alemán respectivamente,
típico del canto protestante. Se
trata de buscar una estética y melodías funcionales que comulguen con los
imperativos de la Reforma pero que, simultáneamente, no desorienten a los
fieles; es lo que justifica la interferencia de la música profana y de la música
religiosa y el recurso a los signos del canto llano medieval, a las canciones
conocidas y a las danzas de moda que a todos gustaban y todos tarareaban. El
canto debe ser ante todo popular, intensamente vivido por los fieles; debe ser
inteligible y apropiado para una asamblea. En cuanto al estilo musical, es sencillo, liviano y austero, lejos del estilo
profundo y místico de la escuela Romano-Católica.
LA MUSICA INSTRUMENTAL EN EL SIGLO XVI.
En el siglo XVI,
la voz humana deja de ser la única protagonista dentro de la música. La música
instrumental empieza a ganar independencia.
Con todo,
la música instrumental vive en este periodo enteramente sometida a la polifonía
vocal. Los instrumentos o bien se juntan para reforzar, doblándolas, las partes
vocales, o en forma de música de cámara reducen simétricamente las diversas
voces.
El
instrumento recoge sin elaborar lo que viene de la polifonía vocal. La primacía
decisiva es para la música vocal: el instrumento acompaña, reduce o dirige la
danza.
La Danza.
La danza se
convierte en el centro de la vida cortesana durante el renacimiento. Al lado de
ella, el ballet está más pendiente de la suntuosidad que de la música. Ya sean
piezas heroicas o pastorales, siempre tenían lugar con motivo de grandes
acontecimientos y algunas como las de la corte de Francia, duraban hasta diez
horas.
Para el
desarrollo de la música instrumental, la danza renacentista ha sido estimulo decisivo:
el comienzo de la sonata está en incipientes suites de danza. Las más
importantes: la branle, la pavana, la gallarda, courante, moresca, folia, la
Allemanda.
Después del
Órgano Hidráulico, el Neumático y el Portátil, llega el Gran Órgano, que al
principio hará solo de acompañamiento y después hará un brillante papel solista
en las ceremonias.
Numerosos
artistas descubrirán sus posibilidades técnicas, en Alemania primero y en
Italia después, en donde el Ricercare prepara el advenimiento de
la Fuga.
Aparece un
nuevo sistema de notación musical, la Tablatura, que se instaura en las
piezas compuestas para determinados instrumentos, entre ellos el Órgano. Las
primeras Tablaturas Alemanas para órgano datan de la segunda mitad del siglo
XV.
El término tablatura se utiliza para definir formas de escritura
musical especiales para ciertos instrumentos y que, a diferencia de la notación
musical corriente, presentan únicamente las posiciones y colocaciones en el
instrumento para la interpretación de una pieza, y no las alturas ni las
duraciones de los tonos.
Junto al
órgano nos encontramos el Laúd , especie de guitarra de cinco cuerdas de origen egipcio ,
introducido por los árabes en Europa a través de España y en el que las tabladuras
difieren según cada país. El Laúd está completamente de moda en la época y
particularmente en la corte de Francisco
I.
El Laúd,
ocupa durante el siglo XVI, el puesto de instrumento resumen. Dentro de la
servidumbre a la música vocal, el laúd llena un lugar singularísimo en las
cortes renacentistas. La complicada y refinada vida cortesana tiene su mejor
símbolo en el laúd, que recoge toda la estructura polifónica minimizándola
polifónicamente en un timbre lleno de ternura.
El laúd
recoge toda la polifonía vocal; nunca faltan transcripciones de misas
complicadas en su repertorio. A lo largo del siglo los cultivadores del Laúd se
acercan a metas revolucionarias por el doble camino del primado melódico con el
predominio de una sola voz y con la danza, cuya reunión contrastada da lugar a
la suite.
El laúd
francés preludia muy de cerca a la gran escuela del clavecín inmediatamente
posterior.
Paralelamente
al laúd, los vihuelistas españoles dan un paso decisivo como protagonistas de
la música moderna europea.
Desde la
segunda mitad del siglo XVI, violines y
violas van adquiriendo una importancia cada vez mayor y evoluciona su grado
de perfeccionamiento. Los Lutistas italianos se especializan en la fabricación
de violines, como los Amati de Cremona y posteriormente su
alumno Stradivarius.
En
Inglaterra la antigua Espineta,
instrumento de teclado y ancestro del clavecín, toma el nombre de Virginal y seduce a compositores como William Byrd (1542-1623) maestro de la variación,
como también lo fue Cabezón con el Órgano en España.
Double
Virginal. Byrd
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