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martes, 22 de abril de 2014

Haydn - Analisis de sus sinfonias. Estilo musical


Análisis de las Sinfonías de Haydn: Periodos

  • Las sinfonías entre 1761 a 1765. (primeras sinfonías) números 6, 7 y 8
  • Las sinfonía de 1776 a 1774. Es la época expresiva de la llamada crisis romántica o del Sturm und Drang (sentido y sensibilidad).Números 42, 44 (Fúnebre), 45 (Los Adioses), 49 (La Pasión)
  • Las sinfonías de 1775 a 1784 (periodo galante). Numero 53 (La Imperial y 73 ( La Caza)
  • Las seis sinfonías parisienses, números 82 a 87 (1785-1786) Estas sinfonías de Haydn desde la primera parisiense hasta la última londinense, forman un total de veintitrés obras maestras de una gran variedad e incluso describen una extraordinaria curva ascendente.
  • Las cinco sinfonías Tost y de Ogny,  números 88-92 (1787-1789). Después de las parisienses Haydn destina otras cinco sinfonías a la capital francesa. De las cinco, las números 88  en sol mayor y la 92 en sol mayor (Oxford) son las más celebres de Haydn.
  • Las doce sinfonías londinenses números 93 a 104. En las sinfonías londinenses consigue el autor un carácter majestuoso La maestría de Haydn había llegado a su cénit y el desarrollo de la forma sinfónica había preparado el advenimiento de Beethoven.






Se ha repetido muchas veces que Haydn fue el creador de la sinfonía y del cuarteto de cuerda. Si esto es muy aceptado en cuanto a lo primero hay unanimidad en cuanto a lo segundo.

Antes de Haydn se habían escrito sinfonías, no solamente en Mannheim, sino en otros lugares como Viena.  Johann Stamitz, autor de numerosas sinfonías, muere en 1757, justo en el momento en que Haydn comenzaba a consagrarse en ese género. Es con Haydn, cuando la estructura de la sinfonía en cuatro movimientos se va imponiendo. Los predecesores y precursores inmediatos a Haydn fueron más bien austriacos y vieneses y miembros de la escuela de Mannheim.

A través de sus 104 sinfonías es como mejor se puede seguir la evolución; no las escribió ni al comienzo, ni al final de su carrera (que se extiende de 1750 a 1803). La primera data de 1759 y la ultima de 1795.

Periodos:

Las sinfonías entre 1761 a 1765.

Progresivamente la escritura de carácter solístico fue desapareciendo de las sinfonías haydianas.

Durante sus cinco primeros años con los príncipes de Esterhazy es el género de la sinfonía el que acapara esencialmente la atención de Haydn en el terreno instrumental. A partir de 1761, logra un éxito magistral con las tres obras maestras de este periodo  que son la sinfonía nº 6 en re (la mañana), la nº 7 en do (El Mediodía) y la nº 8 en sol (La Noche).

Uno de los rasgos más sorprendentes de estas sinfonías es la presencia continua de instrumentos solistas, lo que las acerca al antiguo concerto grosso: el violín, dos incluso en el Mediodía y la Noche, violoncelo y contrabajo). Además hay otros rasgos que unen esta trilogía con el pasado barroco: notas repetidas en los bajos, ritmos con puntillo. En los últimos compases del movimiento lento de la Mañana, se ha visto una especie de homenaje al estilo de Corelli.
Estas tres sinfonías son una síntesis brillante de la sinfonía (gran maestría de la forma sonata), del concertó grosso para solista, del divertimento e incluso de la suite (el Mediodía tiene hasta cinco movimientos). Las tres sinfonías tienen el rostro de Jano: aparecen enraizadas en el pasado barroco, pero miran ya hacia el futuro haydiano.

Las sinfonía de 1776 a 1774.

Hacia 1766 la producción de Haydn se diversifica y profundiza en el plano expresivo. Se carga de una significación y dimensiones totalmente nuevas. Se observa un retorno importante a la polifonía y un uso bastante frecuente del modo menor.

Es la época de la llamada crisis romántica o del Sturm und Drang (sentido y sensibilidad)  y en la que se encuentran obras de  las más grandes  Haydn escribió. 

Las primeras en modo menor son,  en re menor, la nº 39,  la nº 49, en fa menor (La Pasión). Hay que señalar que la tonalidad de fa menor tiene siempre para Haydn una significación muy especial, tanto en su muisca instrumental como vocal. Esta tonalidad fue para él, lo que fue la de sol menor para Mozart o la de do menor para Beethoven.

 La nº 26 en re menor (las Lamentaciones). También escribe otras en modo mayor, nº 48 María Teresa,  la vigorosa nº 36 en si bemol.


La imponente nº 42 en re, abre la serie de las grandes obras del apogeo del Sturm und Drang. La nº 65, resplandeciente, teatral; la nº 64 un precioso documento íntimo. La nº 56 en do, que lleva el resplandor del do mayor a unas alturas insospechadas. La extraordinaria nº 44 en mi menor (Fúnebre) simboliza por si sola todo el periodo del Sturm und Drang.  La nº 45 en fa sostenido menor (Los Adioses) de las mayores y  más celebres de Haydn. La nº 46 en si mayor. La nº 47 en sol  mayor, una de las más luminosas de Haydn.

Symphony nº 65 in A major - Austro Hungarian
Haydn: Symphony No.44 - Haitink Chicago Symphony Orchestra funebre

Las sinfonías de 1775 a 1784

Con relación  a la extraordinaria floración que se produce en la etapa anterior, su producción sinfonía marca un ligero retroceso cuantitativo y cualitativo en este periodo. Se suele llamar a este periodo, el periodo galante, lo cual es verdad si por estilo galante se entiende la seducción melódica o variación ornamental. Pero estos rasgos de estilo  que se multiplicaron en Haydn y Mozart a partir de 1775, están lejos de poder definirlos por si solos. Sobre todo, porque más tarde, se convirtieron en parte integrante del clasicismo vienés en su apogeo. Las posteriores sinfonías parisienses y londinenses son inconcebibles sin las sinfonías de este periodo.

La sinfonía nº 67 en fa menor.  La sinfonía n º 70 en re mayor.  La sinfonía 53 en re mayor (La Imperial). La numero 68 (La Roxolane) La n º 73 en re mayor, celebre  (La Caza),  la nº 77  en si bemol mayor.

Symphony No. 70 in D major

Symphony No. 53 "L'impériale" in D major-Austro - Hungarian Haydn Orchestra

Symphony No. 68 in B flat major, Austro-Hungarian Haydn Orchestra, Adam Fischer
Symphony No. 77 in B flat major-Austro-Hungarian Haydn Orchestra, Adam Fischer

 
Las seis sinfonías parisienses, números 82 a 87 ( 1785-1786 )

Hacia el año 1780, Haydn no compone para Esterhazy más que música instrumental. A partir de 1784-1785 destina sus tríos, sus cuartetos y sinfonías al mundo exterior: organizadores de conciertos y, sobre todo editores de Viena Paris y Londres.

También recibe encargos del exterior. De parís en 1784-1785, las Sinfonías Parisienses; de España un año más tarde, las Siete Palabras De Cristo. Y todo llega en el mejor momento para Haydn. Su aislamiento casi completo, agravado por el hecho de que su príncipe solo solicita de él música instrumental, podía perjudicar las calidad de su inspiración, incluso acabar con ella, pero no fue así. No solo porque el príncipe le proporciona sustanciosos dividendos sino también porque le fuerza a escribir para un público anónimo, tríos, sonatas cuartetos y sinfonías. Todo ello le permite a Haydn sobrevivir y continuar evolucionando.

Estas sinfonías contienen un uso más libre y más acusado de cromatismo, al tiempo que muestran la admirable maestría del compositor.

Estas sinfonías de Haydn desde la primera parisiense hasta la última londinense, forman un total de veintitrés obras maestras de una gran variedad e incluso describen una extraordinaria curva ascendente.

Constituyen, con las seis últimas sinfonías de Mozart (antes de que Beethoven recoja el testigo) el apogeo de la sinfonía clásica vienesa.

Sinfonía en nº 87 en la mayor

Sinfonía nº 85 en si bemol mayor (La Reina de Francia). Es la obra que más se ejecuta de todas las parisienses. Se dice que en Paris fue especialmente apreciada por María Antonieta. Por su síntesis magistral de elegancia y vigor, de lo sabio y popular, la sinfonía la Reina ilustra los fastos de una época que tocaba a su fin, el Antiguo Régimen, sin olvidar a aquellos que más o menos, se encontraban excluidos de estos fastos.

Sinfonía nº 86 en re mayor. Puede considerarse la mayor de todas las sinfonías parisienses. Su movimiento lento es el más profundo y original de los seis.

Sinfonía nº 82 en do mayor (el Oso). Con un carácter muy marcial, en su primer movimiento, Vivace assai, suenan unos acordes violentamente disonantes que anuncian los del primer movimiento de la sinfonía Heroica de Beethoven.

Las cinco sinfonías Tost y de Ogny,  números 88-92 ( 1787-1789).

Después de las parisienses Haydn destina otras cinco sinfonías a la capital francesa. De las cinco, las números 88  en sol mayor y la 92 en sol mayor (Oxford) son las más celebres de Haydn.

La numero 88 Oxford  (1787) es la más vigorosamente concentrada sinfonía que haya salido de la pluma de un sinfonista. Cualidad debida al estricto monotematismo de cada uno de los movimientos y a una libertad formal que permite exponer un máximo de cosas en un mínimo de tiempo.

De su magnífico largo, decía Brahms: “quisiera que mi novena sinfonía fuera así….” Una simplicidad a primera vista que enmascara una enorme complejidad. El minueto (allegretto) es una danza campesina de un vigor poco corriente que bien podría compararse a un cuadro de Brueghel el Viejo. El final (allegro con spirito) es el segundo gran rondó sinfónico de Haydn, junto con el de la Sinfonía nº 85. El magistral y enérgico canon central y los efectos cómicos del final de la sinfonía ilustran hasta que punto Haydn integra los elementos populares en un estilo cada vez más sabio y evolucionado.

Symphony No 88 G major

Symphony no.88 G major (complete) Jan Mikolas

 
La numero 92 (Oxford). Esta obra, la última compuesta en Estheraza (1789) es también la mayor. Más tarde será igualada pero no superada. Fue con esta sinfonía con la que Haydn inauguró su primera temporada londinense y la que se escuchó en Oxford la víspera en que fue nombrado doctor Honoris causa de esta ciudad.

Es a la vez una de las más bellas y de las más sutilmente organizadas en el plano formal. La impresión de amplitud producida por el extraordinario primer movimiento se debe sobre todo a la prodigiosa extensión de la forma sonata. Beethoven al escribir el de la sinfonía Heroica no pudo olvidar un primer movimiento como este.

Symphony 92 ' Oxford '- Janshon

Symphony No 92 G major Oxford Leonard Bernstein Wiener Philarmoniker

 
Las doce sinfonías londinenses números 93 a 104.

Los dos viajes a Londres (1791-1792 y 1794-1795) cambian la vida de Haydn. Gracias a estos viajes y cambios, Haydn se encuentra al fin en contacto directo con el público nuevo de las salas de concierto. Era indispensable, para que estas dos estancias en Londres fueran coronadas por el éxito y entrasen en la historia de la música, que los nuevos datos correspondieran a nueva música. Haydn lo sabía, aceptó el desafío y lo ganó.

Cuando Haydn cumplía en Londres 60 años 1792, Mozart acababa de morir y su influencia internacional no había llegado aún. Pero en muchos aspectos y sobre todo por sus sonoridades, las sinfonías londinenses están más alejadas de Mozart que muchas partituras Haydianas de 1788 y 1790.

Las sinfonías londinenses están animadas de un frenesí, de una novedad, de una vena experimental que recuerda la juventud de Haydn. Las doce sinfonías londinenses son una síntesis cada vez más lograda de elementos y sentimientos extremos: virtuosísimo orquestal, profundidad, libertad soberana de la forma, coherencia a todos los niveles.

La sinfonía nº104 (1795)  fue la última que compuso Haydn.  Con ella abandonaba un género que le había ocupado durante cuarenta años. Durante los catorce años que le quedaban escribió música de cámara (cuartetos, tríos) y coral (misas y oratorios) pero no compuso ni una sola sinfonía.
Sinfonía nº 95 en do menor. Su movimiento final recuerda por sus episodios fugados el de la sinfonía júpiter de Mozart. Obra entonces desconocida pero de la que Haydn seguro había leído el manuscrito. Ningún crítico deja de comparar las dos páginas en lo que concierne a la escritura fugada.

Symphonie no 95 en do mineur - Antal Dorati Philharmonia Hungarica

Sinfonía nº 93 en re mayor y la numero  94 son las primeras sinfonías escritas por Haydn después de la lección aprendida gracias a su contacto con los músicos, el público y la prensa de Londres. De hecho son aún más espectaculares y sobre todo más homogéneas que las dos anteriores.

Por su forma y sonoridad, la sinfonía nº 93 vuelve la espalda a Mozart. Es muy apreciada por los Haydinianos convencidos. Su introducción adagio comienza fortissimo con un unísono de toda la orquesta sobre tres res. Nadie había comenzado nunca así una sinfonía


Sinfonía nº 94 en sol mayor (La Sorpresa). Se opone por su elegancia y virtuosismo a la grandeza un poco ruda de la nº 93. La sinfonía La Sorpresa se convirtió rápidamente en una de las sinfonías más populares de Haydn, especialmente en Viena. En su célebre andante se produce el famoso acorde destinado a despertar a las damas dormidas en los conciertos. Después de la primera audición un periódico londinense escribía a propósito de él la palabra “sorpresa.” En los países germánicos lleva el nombre de Sinfonía del golpe de timbal, del golpe de cañón o de tambor.

Symphony No. 94 in G major 'Suprise'

Sinfonía nº 98 en si bemol mayor. Es una de las mayores a causa de su extensión final y de las más serias entre las londinenses. Uno de sus mayores admiradores fue Beethoven que compro el manuscrito autógrafo después de la muerte de Haydn y que se inspiró en ella para componer su cuarta sinfonía, también en si bemol.

El musicólogo británico Donald Tovey ha visto en esta magnífica obra una especie de réquiem a la memoria de Mozart cuya muerte acababa de conocer Haydn cunado estaba componiendo esta obra. De hecho encontramos en ella una casi cita del andante de la sinfonía júpiter, pero sobre todo vemos que en ella reina una infinita tristeza.

El desarrollo del primer movimiento es contrapuntístico y de una extrema violencia. Después de él vuelve la melodía inicial pero esta vez acompañada de un solo violoncelo que la transforma en lamentación. Seis compases antes del final reaparece en los oboes y el fagot solo, sostenida por un acorde disonante.

Symphony No 98 B Flat major

Sinfonía nº 99 en mi bemol mayor
Fue compuesta por Haydn en Austria cuando daba lecciones a Beethoven. La introducción, Adagio, sobrepasa, no en dimensiones pero si en profundidad y en amplitud expresivas, todas las precedentes de Haydn, salvo quizás la numero 92. A causa de su acorde inicial en mi bemol, tocado fuerte por todos los instrumentos, nos hace pensar en el quinto concierto para piano de Beethoven. Igual que la sinfonía n 92, el primer movimiento de la sinfonía 99 anuncia de cerca el de la sinfonía Heroica de Beethoven.

El adagio es uno de los movimientos lentos más bellos que se hayan escrito jamás

Symphony No. 99 in E-flat major

Sinfonía nº 100 (Militar) El segundo movimiento se tomó bastante en serio en Londres en 1794 y no sin razón, ya que se encontraba en  guerra contra la Francia revolucionaria. Un periódico después de haber señalado que hasta las damas no pudieron abstenerse de aplaudir, habla de “partir hacia la batalla, de marcha de soldados, de trueno del asalto, de choque de armas, de gemidos de los heridos y de rugido infernal de la guerra.” Después de este movimiento, Haydn coloca un tercer movimiento bastante lento, hecho que repetirá Beethoven en su octava sinfonía.

Joseph Haydn - Symphony No. 100 in G major "Military"

Sinfonía nº 101 (El Reloj) Con una introducción en modo menor. Nunca Haydn había comenzado una sinfonía con tanto misterio.

Symphony No. 101 in D major "The Clock"- Sir Charles Mackerras and the Orchestra of St. Luke's.

Sinfonía nº 102 en si bemol mayor. La introducción es lenta y misteriosa a la vez comienza con un si bemol tocado por todos los instrumentos a la vez ( crescendo, después decrescendo), principio que anuncia ya el de la creación.
Joseph Haydn - Symphony No. 102 in B-flat major

Haydn-Symphony No.102-Mov.4/4

Sinfonía nº 103 en mi bemol mayor. El redoble de Timbal. Su introducción con un solo de timbales es una de las más extrañas de toda la literatura sinfonía. Su segundo movimiento (andante piu tosto allegretto) por su aire de marcha lenta con resonancias eslavas, anuncia ya mucho a Schubert y Mahler. Es en páginas tales como el final ( allegro con spirito) de esta sinfonía , verdadera proeza, donde Beethoven aprendió a escribir los largos movimientos sobre un tema único sin que decaiga la atención y evitando repeticiones textuales.

Haydn Symphony Nº 103 H. I:100 G major "Military" "Militär

En las sinfonías londinenses consigue el autor un carácter majestuoso valiéndose de introducciones lentas a los movimientos iniciales, aspecto distinto al similar carácter de algunas sinfonías anteriores. Por supuesto, la materia musical es ahora mucho más sustanciosa. Haydn ha engrandado la orquestra y ha depurado todavía más la escritura instrumental. Ya los violoncelos no serán inseparables de los contrabajos, los instrumentos de viento participan elocuentemente en los movimientos lentos y los contrastes sonoros son más evidentes. La maestría de Haydn había llegado a su cénit y el desarrollo de la forma sinfónica había preparado el advenimiento de Beethoven.

Sinfonía nº 104 en re mayor. ( Londres )

Symphony No. 104 - London

 
Estilo musical de Haydn

El cuadro de la forma sonata, se aplica fecundamente a las sinfonías y los cuartetos. Sobre una segura unidad tonal, la melodía de Haydn surge fresca, sencilla y sin aspavientos que define una época entera de la música alemana.

Por un lado es popular, por su línea clarísima y por otro es cortesana, por su orden, por su rebeldía a convulsiones, por la misma ligereza que no es superficialidad. Desenvuelve en un cuadro precioso de formas las cosas mejores, la emoción más delicada que el tiempo pedía a la música italiana. Melodía, forma y un alegre sentido de la instrumentación dan a sus sinfonías un encanto imperecedero.

En las sinfonías, sus vigorosos movimientos de minué de estilo campesino que tanto influyeron sobre los scherzos de Beethoven, eran mirados con desdén por entender que se trataba de fragmentos comunes o vulgares.

La contribución técnica más grande de Haydn fue junto a la composición de sus cuartetos, la consolidación de la forma sonata. En sus primeros años se satisfizo componiendo música melodiosa que exhibía escaso desarrollo, a veces ninguno. Por así decirlo eran arias para instrumentos. Pero a medida que se desarrolló, y que se familiarizó con la obra de C.P.E Bach, la escuela de Mannheim y la escuela vienesa temprana, perfeccionó el principio de la sonata mucho más que cualquiera de los restantes compositores Europeos.

Durante la década de 1770, Haydn vivió la época del Sturm und Drang y en estos años Haydn compuso música apelando a claves poco usuales (fa menor, mi menor, fa sostenido menor, si mayor. En todos los casos claves de tipo romántico. Puede afirmarse que su selección de claves es más audaz que la de Mozart, si bien Mozart se muestra más audaz dentro de la clave.)

A partir de 1780, ya se aprecia un estilo claro, un sentimiento de optimismo, una melodía de acento masculino, una textura armónica de sorprendente riqueza y una alegría sin rodeos  en la composición. El rococó ha quedado muy atrás; estamos en presencia del clasicismo más puro, y la musica adquiere un perfil grandioso.

Es difícil evocar la música de un compositor que aparezca igualmente desprovista del ingrediente neurótico (en este sentido, la única que podría asemejársele, es la de Dvorak). La música de Haydn es siempre equilibrada, saludable.

Tal vez carezca de la pasión que se advierte en Mozart, pero puede admitirse que la música de Haydn se mantiene en un plano consecuentemente tan elevado como la de Mozart, y quizá aún más alto, aunque nunca alcanzó las alturas de Mozart en sus obras de mayor fuerza. Desde aproximadamente 1780, hasta su muerte apenas existe una sinfonía, un cuarteto, una misa o un oratorio de Haydn que no merezca legítimamente el calificativo de obra maestra. La fertilidad de este hombre era sobrecogedora.

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