Las ideas de la época
El movimiento preclásico, nuevas ideas y su repercusión en la melodía, la armonía y en nuevas formas. La galantería
Periodificación del estilo galante o preclásico. Compositores preclásicos
Evolución al estilo sensitivo. Empfindsamer Stil
Las ideas de la época
Para comprender la música del preclasicismo, tienen
especial importancia algunos aspectos de la vida y el pensamiento del siglo
XVIII.
Este siglo fue una era cosmopolita. El complejo
movimiento conocido como "la Ilustración" se inicia como una rebelión
del espíritu; una rebelión contra la religión sobrenatural y la iglesia, a
favor de la religión natural y la moralidad práctica; contra la metafísica, a
favor del sentido común, la psicología empírica, las ciencias aplicadas y la
sociología; contra la formalidad, a favor de la naturalidad; contra la
autoridad, a favor de la libertad del individuo; y contra el privilegio, a
favor de la igualdad de derechos y la educación universal. Por consiguiente, la
índole de la Ilustración fue laica, escéptica, empírica, práctica, liberal,
igualitaria y progresista; de una idea natural, es decir, la de que la
naturaleza y los instintos o sentimientos naturales del hombre crean la fuente
del verdadero conocimiento y de la acción justa. La religión, los sistemas
filosóficos, las ciencias, las artes, la educación, el orden social, se
juzgaban todos ellos en función de cómo contribuían al bienestar del individuo.
El movimiento preclásico, nuevas ideas y su repercusión en la melodía,
la armonía y en nuevas formas. La galantería
Vamos a ver la contribución de maestros menores
o compositores menos relevantes pero cuya influencia sin embargo fue
considerable. Algunos de ellos son contemporáneos de Bach y Haendel, herederos
del pasado, y constituyen la “nueva ola”. Los maestros preclásicos están unos
poco olvidados, triste suerte de los precursores auténticos. Sus creaciones no
son geniales, pero si eficaces y han preparado el reinado de los grandes
clásicos como Haydn y Mozart.
Pero
cuales son estas nuevas ideas.
En 1737 ya el futuro Federico II de Prusia escribía
sin ambages: “la buena época de Haendel ha pasado, su cabeza está agotada y
su gusto fuera de moda.”
La nueva generación de músicos siente una
aversión instintiva hacia aquellos que representan la antigüedad en música,
hacia los contrapuntistas y canonistas.
Las nuevas ideas como vamos
a ver vienen de lejos, del propio barroco. La
Galantería, como afirmó el gran músico y teórico Mattheson, no puede enseñarse, no tiene reglas concretas. Es “un
cierto no sé qué”, “es tan difícil de analizar como un perfume o un condimento,
pero sin el cual la composición musical quedaría sosa y sin el exigido
refinamiento para los oyentes de un determinado momento histórico.”
En 1713, Mattheson nos enfrenta ya con la consecuencia de esta nueva
actitud estética: “hasta ahora se exigía en una buena
composición tan sólo dos elementos, melodía y armonía, pero hoy día se
consideraría muy deficiente si no se incorporara un tercer elemento, la galantería. En todo caso, esta
galantería no se puede enseñar ni encerrar en reglas precisas, sino que sólo
puede adquirirse por medio de un buen «goût» y de un sano judicium.”
El propio Telemann aconsejaba creer más en la
imaginación que en el contrapunto, para que la música no se convirtiera en
esfuerzo, ciencia oculta o magia: “Quien escribe para la mayoría debe
hacerlo mejor que quien escribe para la minoría, es decir, la postulada
facilidad.” Telemann
exclama: “¡el canto es el fundamento de toda la música! Quien compone debe
cantar en todo lo que escribe.” Se mofa de los antiguos que “contrapuntean
a granel, pero que están desprovistos de invención melódica y que escriben a
quince y veinte voces obligadas.”
Aunque procede del profundo Barroco, Telemann
posee una gran formación que le permite detectar los signos de los tiempos, a
la vez que su longevidad le llevó a conectar cronológicamente con la nueva era
en muchas de sus obras.
En 1737 en Hamburgo un ex alumno de
Bach, J. A. Scheibe, escribe acerca
de su maestro: “el señor Bach es el más esclarecido de los músicos”
dando una de cal y otra de arena. El párrafo es interesante porque indica una
lucha generacional y un cambio en el gusto:
“Este gran hombre sería la admiración de todas las naciones si fuera más agradable y no privara a sus
obras de naturalidad, confiriéndolas un carácter ampuloso y confuso, y
encubriera su belleza con excesivo artificio... Escribe minuciosamente todas
las figuras, las más pequeñas ornamentaciones y todo
lo que puede sobreentender el intérprete, con lo que priva a sus piezas no sólo
de la belleza de la armonía, sino que hace totalmente imperceptible el canto.
Todas las voces han de trabajar a la vez con idéntica dificultad, y no se
reconoce entre ellas una como principal. La ampulosidad ha conducido de lo
natural a lo artificioso y de lo sublime a lo oscuro; se admira el ímprobo
trabajo y su excepcional esfuerzo aplicado, sin embargo, en vano, ya que va
contra la naturaleza.”
J. J. Rousseau nos propone el negativo de
lo que debe ser la música de su tiempo al definir la anterior: “Música
barroca es aquella en la cual la armonía
es confusa, cargada de modulaciones y disonancias, la melodía es áspera y poco
natural, la entonación difícil y el movimiento rígido. Rococó es un modo de
sentir el arte que podría cifrar su esencia en la predilección por el adorno
refinado, sutil, colorista, que rehúye lo geométrico.
Cuando proclamaba la primacía del sentimiento y
la naturaleza (paradoja de la era de la razón), Rousseau respondía al sentir de
una época, que reclama para la música condiciones tales como naturalidad,
sencillez, belleza suave y sensorial, razón y equilibrio, facilidad, elegancia
melódica y formal, estructura ligera, homófona no contrapuntística, diversión y
diálogo
Estas adjetivaciones pueden definir lo galante,
que se contrapone a lo «gelehrt», lo técnico, lo especulativo, es decir el
«estilo eclesiástico» de densa polifonía, que impide el fluir de la melodía,
limita la expresión y la concreción del sentimiento.
La nueva generación preconizado una música
expresiva, teatralmente expresiva. “Todo lo que actúa sobre los hombres es
teatral.” La idea del poder expresivo del arte de los sonidos se extiende
pronto a la música pura y es de allí de donde partirán los sinfonistas de
Mannheim, precursores del clasicismo.
Los jóvenes iracundos preconizan “la moda de
Paris y de Italia”, lo que llevará a la crítica reaccionaria a acusarlos de
cosmopolitismo y que escribieran una sinfonía a la última moda foránea. La
adopción de procedimientos franceses e italianos hace exclamar incluso a
Mattheson: ¡que se prohíba el oficio a los extranjeros, fuori barbari!
Sobre todo este conjunto de ideas y contraideas,
se edificará el arte clásico alemán de fines del siglo XVIII del que Viena será
la capital. Todo esto era el signo de una comunidad de espíritu europea o por
lo menos germano-franco-italiana.
Todas estas ideas van a
repercutir en la melodía, la armonía y el nacimiento de nuevas formas como la sonata clasica
Del contrapunto cerebral y estudiado, se pasa a
una homofonía más natural y más accesible a un público cada vez más numeroso. En la ópera, de lo artificioso,
se pasa a lo natural, siguiendo el patrón ya iniciado en la ópera buffa
napolitana. Aparece la música como una suma de tres
principios, medida, número y orden. Esto se va a reflejar en la música, que
busca un equilibrio de la forma y de la armonía, la sencillez y comprensibilidad de la melodía.
En la música tuvo lugar un proceso de
transición gradual. El bajo continuo,
ese tirano de estilo barroco, acompañado de armonías expresadas en temas por encima
de la línea baja, se batía en retirada paso a paso. Los instrumentos para
continuo fueron perdiendo importancia: sólo el clave se mantuvo como soporte de
los recitativos.
Todo esto ocurrió de la mano de un cambio del
gusto. El contrapunto escolástico cayó en descrédito como un corsé pasado de
moda. La gente había oído ya más que suficientes fugas, cánones y otros
artificios polifónicos aunque el rígido estilo de escritura se mantuvo más
tiempo en la música religiosa.
Los músicos de este periodo, pulieron todas
esas pequeñas partículas musicales atomizadas del barroco que hasta configurar
con ellas un tema melódico, cantábile, proporcionado, simétrico y que debía
dejar entrever su armonía subyacente.
Técnicamente la época de la Galantería va
marcando el alejamiento del Barroco. El acorde sigue un ritmo más lento, una
vez abandonada la barroca percusión mecánica recurrente. La modulación avanza
con mayor morosidad y concatena tonalidades lejanas, lo que le permite alargar
las superficies de desarrollo. Y quizá el elemento más evidente del nuevo
estilo es la articulación de la frase en períodos simétricos regulares que
yuxtaponen nuevas unidades.
Entre las grandes contribuciones del siglo XVIII,
ya hemos tratado las aportadas por Bach. Corresponde ahora agregar la forma sonata, contribución no menos
considerable que se debió sobre todo a las iniciativas de C.P.E Bach. Con los
músicos de la nueva escuela, la forma sonata va a remplazar muy pronto a la
antigua suite de danzas como esquema general de la música para instrumentos. La
nueva forma sonata proviene de una transformación y una extensión de la antigua
suite: las cuatro partes tradicionales de la obra (alemanda, corrente,
zarabanda y giga) van a mudarse poco a poco en allegro, scherzo, andante y
rondó. Esto en lo que respecta al plano externo, pues la forma sonata
propiamente dicha concierne sobre todo al
allegro inicial, que en lugar de ser monotemático y bipartito como en
la antigua sonata italiana se volverá con C.P.E Bach en bitematico y
tripartito.
Vale decir que este allegro de nuevo estilo se
constituirá sobre dos temas que se presentan en la exposición, que consta de un tema principal, en la tónica,
seguido de un tema secundario; el desarrollo,
que se puede definir como un ensayo sobre los temas de la exposición, en donde
se explora el uso de tonalidades más o menos distantes de las originales,
creando así un drama tonal; la
recapitulación, en la que se vuelve a los temas iniciales, de forma tal
que queda resuelto el drama tonal creado durante el desarrollo. La esencia de
la forma sonata está en el drama tonal que se crea y la manera como se lo
resuelve.
El término “sonata” se utiliza para
definir la estructura de una pieza o movimiento, siendo preferible en estos
casos, referirse a forma de sonata, para evitar confusiones con las otras
acepciones (aclarando que esta forma puede ser igualmente aplicable al
movimiento de una sinfonía, de un concierto, de un cuarteto de cuerdas, o de una
sonata).
De tal manera se difundirá este esquema en el
espíritu de la nueva música; es decir en el espíritu melódico a la moda, que
hará abandonar las sutilezas contrapuntísticas del periodo precedente y se
convertirá en la estructura esencial de la música instrumental hasta la
sinfonía con gran orquesta.
Son estas diferentes adquisiciones las que,
unidas a las ideas estéticas de la melodía, la expresión y utilización de la
orquesta, y a la desaparición del bajo continuo de los antiguos maestros, constituirán
el estilo clásico surgido de la Escuela de Mannheim. Es lógico pues, que el
espíritu nacionalista alemán reinvindique desde entonces un lugar importante
para la escuela germánica.
Periodificación
del estilo galante o preclásico. Compositores preclásicos
Tratamos de saber cuándo empieza este preclasicismo y cuando termina. Esta
corriente musical se desarrolla en
Europa desde el fin de la época barroca hasta el clasicismo vienes.
La periodificación es compleja sobre todo en cuanto al origen. El estilo barroco cedió paso a los nuevos estilos preclásicos sólo de
manera gradual, y lo antiguo y lo nuevo,
barroquismo y clasicismo, existieron al mismo tiempo; Pero no fue hasta 1780
que el estilo preclásico se transformó
en un estilo de importancia mayor, el estilo clásico, que está representado en
su máxima expresión en las obras de Haydn,
Mozart y el joven Beethoven.
(Ulrich-Pisk)
La muerte de Bach 1750 y de Haendel
1757 puede señalarse como el momento en que la época barroca y todo su estilo,
brillaron por última vez como una espléndida puesta de sol. A pesar de que Haendel sobrevive nueve años y Telemann
diecisiete a la fecha simbólica que cierra el Barroco musical (1750 muerte de
Bach) esta nueva sensibilidad ya está presente en algunos de los representantes
de la época que declina.
Las nuevas corrientes, se pueden englobar dentro del
llamado periodo preclásico o clasicismo temprano (aproximadamente entre los 30
y los 70). Estas corrientes comienzan hacia 1730 a partir del estilo galante francés y con el nuevo tono italiano en la ópera bufa: “la Serva Padrona” cuyo estreno en 1733
se considera a menudo que representa
el momento histórico en que la música barroca se transforma al clasicismo.
Dos estilos o maneras generales de hacer
música se pueden distinguir dentro del así llamado periodo preclásico: por un
lado el rococó o galante y por otro el expresivo.
El primero fue cultivado en Francia, debido a que mucha de la música nueva fue
compuesta para el entretenimiento de la aristocracia y para el mundo a la moda
en general. El estilo se conoció en Francia como el style galant, derivado de las ornamentaciones refinadas que encontramos en algunas obras
de François
Couperin.
En la ópera, aparece por primera vez en las arias operísticas de Leonardo
Vinci (1690-1730), Pergolesi y Hasse. En las sonatas, con las obras para teclado de Alberti y Galuppi y en la música de cámara con Sammartini
y Boccherini
Una versión tardía de este estilo galante,
transportada al norte de Alemania y modificada allí en la dirección de una
mayor expresividad, apareció en las obras de compositores asociados con la
corte de Federico el Grande en Berlín y Postdam, alcanzando su culminación durante las décadas de 1760 y 1770.
De este modo, el
estilo galante francés fue modificado para conformarse a las necesidades
expresivas del temperamento Alemán del norte. Esta versión ha llegado a
conocerse como el Empfindsamer Stil, que se podría traducir como estilo
“sensitivo” “emocional”. Un estilo
de composición cercano al movimiento literario del Sturm und Drang (“tempestad
y empuje”) Su principal mentor fue Carl
Philipp Emanuel Bach, que lo llega a combinar con el estilo galante en sus
sonatas para teclado.
Si como sensibilidad el estilo galante es muy francés, los mejores
cultivadores del estilo galante musical serán los alemanes. Sus más
esclarecidos representantes son los hijos de Bach, Carl Philipp Emmanuel, J. Ch. Friedrich y Johann Christian Bach. A
su lado se alinean, Quantz, Hasse, Graun, Stamitz.
Johann Joachim Quantz, el mayor flautista del barroco alemán y posiblemente
uno de los más grandes de la historia de la música, ligó su destino al de su
señor, Federico II de Prusia.
Dos líneas maestras recorren la producción de Quantz:
la primera, italianizante, remite sobre todo a la lección de Vivaldi, con la
flauta ejerciendo un papel análogo al del violín en los conciertos del
veneciano. La segunda refleja el universo musical de la corte de Berlín y
muestra varias afinidades con los conciertos de Carl Philip Emmanuel Bach. A
este último grupo pertenecen el
concierto en sol menor que presentan un acusado rasgo Sturm und Drang, perceptible en el
calibrado dramatismo de los movimientos iniciales y en el lirismo inquieto de
los movimientos centrales. En cambio, el
concierto en sol mayor desprende un talante más brillante y despreocupado,
si bien el “Lento” del concierto en sol mayor asume los modos de un
introvertido recitativo instrumental.
Quantz Concierto en sol menor
Boccherini. Compositor italiano conocido por sus obras
de música de cámara y por haber sido uno de los primeros grandes virtuosos del
violonchelo. Nació en Lucca y estudió primero en su ciudad y luego en Roma.
Formó parte de la orquesta del compositor italiano Giovanni Battista Sammartini durante un corto
periodo de tiempo. Más tarde trabajó como compositor en las cortes de España y
Prusia. En 1769 se estableció en Madrid como compositore e virtuoso di camera
de don Luis, infante de España. La mayor parte de sus más de 350 obras son
tríos, cuartetos y quintetos para cuerda, y están marcadas por la elegancia y
el refinamiento del estilo postbarroco que dominaba en su tiempo.
adagio non troppo
Rondo
Hay una sutil evolución en la sensibilidad del
preclasicismo. Y así de la Galantería rococó se accede a una forma más íntima,
introvertida y replegada sobre sí misma de ser galante. En este proceso se
llega, a mediados de los años 70, al «Sturm
und Drang» “Tempestad y
Empuje” primer germen aislable de lo romántico, que será tormentoso,
sensible, delicado y de refinado gusto por la ornamentación como las
sensibilidades en que se gestó.
Hay un llamativo paralelismo entre el estilo
galante sensitivo del XVIII y el Romanticismo temprano, que cubre los largos
treinta años precedentes a la revolución de 1848 ( Schubert, Schumann…)
amabilidad, gusto por la obra de pequeñas proporciones, lirismo, delicadeza,
atmósfera muy acogedora y refinadamente burguesa, nostalgia de un mundo ideal
suavemente intuido, la naturaleza como referencia...
El acercamiento al Romanticismo (sentido muy
germánico de la vida) es desde aquí, desde el fondo del siglo XVIII, algo
perceptible e inexorable en la cultura alemana. La condición de acogedor y la
nostalgia, serán también cualidades de la música mozartiana.
Así lo justifica Carl Phillip Emmanuel Bach: “Para interpretar toda pieza según
su verdadero significado y con la expresión adecuada, sería oportuno que los
compositores encabezaran sus obras, además de con las indicaciones de tiempo,
con palabras que ayuden a comprender su esencia. Se me disculpará haber
utilizado en los estudios términos desacostumbrados, pero me han parecido aptos
para expresar mi pensamiento. Expresiones alemanas como «sehr traurig und ganz
langsam» (muy triste y muy lento), «erhaben und melancholisch» (exaltado y
melancólico), «mässig und sanft» (moderado y suave), «etwas lebhaft» (algo
vivo), «angenehm und mässig» (agradable y moderado), «munter» (animado) y otras
italianas que serán desde entonces moneda corriente («allegro di molto»,
«assai, ma non troppo», «un poco allegretto», «sostenuto»), responden a este
afán de precisar, de personalizar la intención del autor en la expresión de
emociones, algo que el Barroco descuidó.”
El estilo expresivo o estilo sensitivo era algo propio de la
clase media; era un estilo burgués. En lugar de ser muy ornamentado, en
algunas ocasiones puede ser ostentosamente plano o simple. Es un estilo que
domestica las afecciones del Barroco, y las convierte en sentimientos del alma
individual. En estos estilos más nuevos el bajo pierde cualquier vestigio de
liderazgo e independencia contrapuntística, y se convierte simplemente en un
apuntalamiento de la melodía, mientras que las voces internas son solamente
relleno armónico. (GROUT)
Conceptualmente, la característica fundamental
del estilo galante es conseguir la naturalidad o imitación de la naturaleza,
entendiendo naturaleza como sencillez. Esto encaja perfectamente con la
mentalidad racionalista del siglo de las luces: huir de la complejidad,
clarificar racionalmente los conceptos, conversar "galantemente". En
los círculos de tertulias literarias de los ilustrados se desarrolló esta
concepción de la música, parte integrante de este sistema de ideas que condujo
a una gran conmoción mental, social e incluso política, como fue la Revolución
francesa.
Frente a la simplicidad del estilo galante, el
estilo sensitivo buscaba la emoción del oyente. Para ello, recurrió al empleo
de elementos como disonancias avanzadas, alternancia de modos mayor y menor o
acordes interrumpidos.
En la próxima entrada veremos cómo contribuye el preclasicismo a la renovación
de las formas orquestales, y a la renovación instrumental. Asistiremos al
nacimiento de la sinfonía moderna de la mano de la Escuela de Mannheim
¡Muy buena información! ¡Gracias!
ResponderEliminarUn millón de gracias !!
ResponderEliminarPuedes poner l bibliografía que has usado por favor?
EliminarSi necesitas la bibliografía para un hacer un trabajo profesional. De grado etc... no te va a servir de nada la bibliografía que yo te muestre al ser un bibliografía muy básica. Es evidente que para trabajo profesional de nada te van a servir los libros que yo utilicé para esta entrada. No obstante aquí te los dejo. Recuerda que esto es un blog para aficionados.
Eliminar-Historia de la música en cuadros esquemáticos. Federico Sopeña. Edición 1978.
-Guía de la Música Sinfónica. Dirigida por François- René Tranchefort
-Los Grandes Compositores. Harold C. Schonberg-Historia de la música en cuadros esquemáticos. Federico Sopeña. Edición 1978.
- Histoire de la Musique. Paule Druilhe
- La Musica Alemana. Claude Rostand
A partir de ese material, la entrada no se hace sola sino que se elabora. Gracias
De lo mejor que se encuentra en internet sobre el periodo preclasico
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario. Me alegro que lo hayas disfrutado Francisco
EliminarGenial, muy buena y fundamentada información!
ResponderEliminarGracias, me alegro que sea de tu agrado. Un cordial saludo
EliminarInformación bien detallada de gran contenido histórico, gracias
ResponderEliminarMuy agradecido por su atención. Un cordial saludo 👋
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